La escasez de lluvias es uno de los principales problemas que enfrenta el país con su grave consecuencia en el suministro de agua potable en la zona metropolitana, hoy comprometida. La compleja situación obligó al gobierno a tomar una batería de medidas, como el aumento del nivel de cloruro y sodio en el suministro a cargo de OSE, pero nada ha sido suficiente porque el factor crucial que permitirá salir de esta situación escapa a todo control humano: las lluvias. Por eso la empresa estatal tiene “expectativa” por lo que pueda llover esta la semana ya que las precipitaciones que se dieron en los últimos días “no cambiaron el panorama”.
Montevideo y la zona metropolitana se abastecen de la planta potabilizadora de Aguas Corrientes, que se ubica sobre el río Santa Lucía Grande. Ese caudal, a su vez, se nutre del propio río Santa Lucía, la represa de Paso Severino y el embalse de Canelón Grande. Pero debido al déficit hídrico, OSE tuvo que a tomar el agua del Santa Lucía que, por mezclarse con otra proveniente del Río de la Plata se vuelve más salda. El cambio implicó una autorización del Ministerio de Salud Pública, y esto generó una oleada de críticas opositoras.
Como se esperaba con impaciencia, entre el viernes y el sábado cayeron algunas lluvias pero, según explicó a El País el asesor del Instituto Nacional de Meteorología (Inumet), Mario Bidegain, tuvieron un impacto limitado. En la cuenca de Santa Lucía, la “más crítica en la situación hídrica”, el promedio que se registró “fue escaso”, ya que acumuló de seis a 10 milímetros en los dos días. “No son suficientes para revertir la sequía”, recalcó el magíster en ciencias de la atmósfera.
Asimismo, los “montos más importantes” de las lluvias del viernes y sábado se dieron en el litoral, en el oeste y suroeste. Los niveles más altos estuvieron en Paysandú, donde cayeron entre 50 y 60 milímetros entre los dos días, añadió Bidegain, pero allí no está el problema con la gravedad del sur.
No obstante, las precipitaciones previstas para esta semana ayudarán a paliar la crisis, o al menos esa es la esperanza. El meteorólogo contó que se esperan dos o tres días de lluvias, comenzando el miércoles, que estarán en el sur y suroeste del país. Los modelos estiman entre 30 a 50 milímetros en promedio para esa zona del país. Esa cantidad, explicó, “no es despreciable ni mucho menos, pero no se sale totalmente de la sequía”. En otras palabras, “no revierte totalmente el déficit pluviométrico”.
En algunas localidades del territorio nacional “se podría llegar a lograr la tan ansiada saturación del suelo”. No obstante, debería llover unos 80 milímetros para que haya una “recuperación de los caudales y empezar a recuperar los embalses”, añadió el experto.
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Pero no todo es negativo. El asesor de Inumet destacó que las bajas temperaturas que se registran en esta época del año “ayuda” a la difícil situación. La evaporación de las aguas, en este momento, es “escasa”. Esta situación no se había dado en los meses anteriores, con un verano “muy seco y cálido que se extendió hasta marzo”.
Todo este análisis es en el corto plazo. Porque a mediano plazo se está a la espera de que se concrete el pasaje de la fase neutra a la fase cálida de El Niño, un fenómeno climático que afecta a la región. Se calcula que se dará en los próximos dos meses, “altamente probable” en julio. El cambio significa que se abre una perspectiva de lluvias “abundantes en el comienzo de la primavera”, indicó el Bidegain.
Mientras, por el clima que hay en Uruguay, se pueden esperar precipitaciones “por lo menos una vez por semana, o por lo menos cada cinco o seis días”. Pero la clave de la cuestión no está en la frecuencia, pues son lluvias insuficientes, un “poco como sucedió este último fin de semana (...) Tenemos episodios, pero son escasas. Diríamos, en lugar de lo normal, de que caigan 20 milímetros, son 5 milímetros”, señaló el magíster.
La situación, claramente, será diferente cuando se ingrese en la fase cálida de El Niño. En los episodios semanales de lluvia, si lo habitual es que se registren 20 milímetros, serán 40.
Cabe recordar que el país atraviesa un déficit de lluvias desde 2020 a la fecha que no tiene precedentes desde comienzos del siglo XX. Un informe de Inumet de la semana pasada destaca aún más la “excepcionalidad” del fenómeno ya que, por lo general, los “períodos prolongados de sequía meteorológica” son dos años consecutivos, pero este ya lleva tres años y medio.
Una semana con críticas y respuestas
Terminó una semana difícil para el gobierno. Después de cruces entre los directores de OSE y duras críticas de la oposición, el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, anunció una batería de medidas para enfrentar una situación que venía desde hace semanas.
Llegó en la noche anterior a una interpelación -solicitada por el Frente Amplio- a los ministros Robert Bouvier (Ambiente) y Karina Rando (Salud) y al presidente de OSE, Raúl Montero.
En el Parlamento, el miércoles, las autoridades recibieron el respaldo de los legisladores del oficialismo. Sin embargo, para el Frente Amplio, que ha sido más que crítico en las últimas semanas, fueron “totalmente insuficientes”. Incluso, creen que la gestión es “muy deficitaria”.