"Siempre soñé vivir en el campo con los caballos"

MARTHA AGUIAR

Soledad Ferreira

ENTRENADORA

Eligió vivir en el campo llevada por el amor que siente hacia los caballos. Asumió sin quejarse todos los inconvenientes propios de esa vida: la ausencia de los viejos amigos, la rutina, la distancia que la separa de su familia. Algo difícil para cualquiera, pero mucho más para una joven de treinta y pocos años. Pero el esfuerzo tiene su premio: Soledad tiene una chacra donde recibe caballos de las cabañas que crían criollos. La meta es convertirlos en ejemplares de exposición, luego de pacientes ejercicios y cuidada vigilancia.

-¿Sentís nostalgia de Montevideo, viviendo en el campo?

- Para nada. Toda mi vida soñé con vivir en el campo. Lo único malo es que ofrece una vida bastante solitaria. Especialmente para mí, porque toda mi familia está en Montevideo. Cada vez que quiero verla, tengo que recorrer más de 300 kilómetros. Tampoco puedo llamar a una amiga cuando estoy aburrida. Para encontrarme con amigos debo realizar una verdadera excursión. Son las desventajas de vivir en el campo. Pero tengo claro que a mí me encantan los caballos. Cuidar de ellos es la vida que elegí con todas sus ventajas e inconvenientes.

- En tu caso es como tener la oficina dentro de tu casa.

- Sí, más o menos. El centro de entrenamiento está en mi propia chacra, a 8 kms. de la ciudad de Young. Tengo 23 boxes, en este momento 18 caballos, potreros y lugares para monta y entrenamiento. Me los mandan los cabañeros para que yo los prepare para participar en exposiciones, tanto en morfología como en prueba de riendas. Paso el día montando, pero también estoy atenta a otros detalles. Me gusta que el caballo esté perfecto, impecable. Si veo que tiene la manta corrida, voy a enderezarla. Si tengo sed, pienso que ellos también. Vivo pendiente de cómo se sienten. Los caballos son mi gran pasión, por sobre todas las cosas.

- ¿Qué te gusta de ellos especialmente?

- Me gusta todo en ellos, la forma física y el comportamiento. Para mí, cada uno tiene su personalidad. Unos son mañosos, otros más dulces, infantiles y juguetones. Están los caballos desatentos y los maduros, que se toman el entrenamiento muy en serio y dan bastante menos trabajo porque aprenden muy rápido. Para mí, es como si fueran niños. Se aburren y hacen cualquier destrozo en los boxes.

- ¿Qué tipo de cosas les enseñas a los caballos durante el entrenamiento?

- Preparo a los caballos para competencias en las que demuestran su habilidad para trabajos de campo. Pero también pueden participar en exhibiciones o competencias internacionales de raza criolla. Técnicos que trabajan conmigo se encargan del entrenamiento físico del caballo, como si fuera un atleta al que se lo acompaña a correr todos los días y a practicar ciertos ejercicios.

Yo tengo a mi cargo la enseñanza propiamente dicha. En general, voy montada encima del caballo. Conmigo, ellos aprenden a hacer las rayadas, los giros, el trabajo con el ganado, etc.

- ¿Cómo haces para soportar un trabajo tan exigente desde lo físico?

- No soy tan madrugadora como la gente de campo. Lo puedo hacer un día, pero como estoy permanentemente en movimiento con los caballos, donde no descanse las horas necesarias me muero del agotamiento a la mañana siguiente. Si un día estoy cansada, no voy al galpón. Aprendí que ir contrariada resulta contraproducente porque le transmito el malestar a los caballos. Cuando estoy así, prefiero quedarme en casa, tomando mate, sentada afuera con los perros, mirando televisión o leyendo.

- ¿ Te ha tocado domar potros, como los del Prado?

- Puedo domarlos, pero no con la doma tradicional sino con técnicas de doma racional, que requieren paciencia y serenidad para obtener lo mejor del caballo. Lo que hago en mi chacra es pedir que otra persona me haga las primeras montas para después poder trabajarlo yo. No corro riesgos como antes, porque mi herramienta de trabajo es mi físico. Me rompo un brazo, y ¿quién me mueve los caballos?...

- ¿Has tenido muchas caídas ?

- Sí, me caí varias veces, pero nunca me fracturé un hueso, siempre caigo bien. Alguna vez recibí una patada, pero tampoco les tomé miedo por eso. Pienso: tengo que tratar de tener más cuidado la próxima vez.

PERFIL

Nombre: Soledad Ferreira

Nació: Montevideo

Profesión: Entrenadora de caballos

Otros datos: Es considerada una de las mejores jinetes de nuestro país

EL RECUERDO DE WILSON

Soledad, es nieta del único hermano de Wilson Ferreira Aldunate. Su padre fue ahijado del político. Cuando niña, Soledad iba continuamente al campo de su abuelo, que era lindero al de Wilson. Sin embargo, en esa época, estaba exiliado en Europa. Poco antes de su regreso al Uruguay, Soledad, de 11 años, y su familia lo visitaron en Brasil. Ella lo recuerda como una persona extraordinariamente atractiva, que lograba entretener con sus anécdotas a toda la familia durante horas, bueno y generoso al mismo tiempo. En esos campos, Soledad anticipaba a sus padres que quería domar potros y ellos sonreían, porque era impensable que una chica pudiera dedicarse a algo tan rudo.

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