Redacción El País
De domingo a domingo, no importa si diluvia o si el calor es abrasador, los vendedores de diarios y revistas están allí, trabajando. En el año, son solo cinco los días en que los kioskos cierran y los canillitas no reparten periódicos.
Ahora, el sector solicita ayuda a las autoridades ante una situación que define como “crítica”. De los 420 escaparates que alguna vez hubo en Montevideo, tan solo unos 230 permanecen abiertos, mientras que la cantidad de repartidores puerta a puerta bajó a 180.
Las publicaciones impresas son menos y las suscripciones digitales han aumentado. Mauro Espert, secretario general de la Caja de Auxilio del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas, señaló que el fenómeno no es nuevo, pero se “agudizó” con la pandemia por el covid-19. En el último tiempo el sindicato tuvo que cerrar tres de sus 12 puntos de distribución -donde se abastecen los canillitas-, porque no podía afrontar los costos de mantenimiento, y también comenzó a reducir otros gastos.
“Teníamos una colonia de vacaciones y lamentablemente tuvimos que entregarla. En la oficina éramos ocho o nueve personas, pero ahora solo hay dos. Lamentablemente, tenemos que achicar”, dijo Jorge Genta, el secretario general del sindicato.
Por esta razón, le solicitaron personalmente a la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, que habilite la venta “zafral” de otros productos en los escaparates, donde solo está permitida la oferta de publicaciones impresas.
Por ejemplo, así podrían ofrecer helados y refrescos, cuando haga calor, o útiles escolares, cuando estén por comenzar las clases. Genta explicó que la elección de esta venta “zafral” responde a que, si vendiesen de forma regular los productos, tendrían que abonar el mismo “uso de piso” que los kioskos convencionales, que es 15 veces mayor que el que pagan por los escaparates ($ 1.626,80, al día de hoy). En casi todos los países de la región, los puestos de diarios y revistas venden otros productos, como golosinas y refrescos,
Luis Enrique Espert, el presidente interino del sindicato, consideró que las conversaciones con Cosse “marchan por buen puerto”. Y adelantó que en los próximos meses posiblemente la comuna coloque publicidad en los escaparates, algo que antes hacía Antel, pero que se frenó al asumir Gabriel Gurméndez como presidente del servicio descentralizado, según el sindicato.
Más ayuda
Los vendedores de diarios y revistas también pretenden reunirse con autoridades del gobierno nacional para plantear la crisis del sector. “No estamos hablando de erogaciones que puedan desestabilizar. Con muy poco nos pueden ayudar. Por ejemplo, con publicidad”, indicó el presidente interino.
Asimismo, el sindicato pretende que se le restituya un derecho del que gozó hasta 1994, tras varias idas y vueltas. Un 5% del impuesto al papel, que todavía pagan las imprentas, se volcaba al Banco de Previsión Social para mejorar las jubilaciones de estos trabajadores. Sin embargo, ese beneficio se cortó y desde entonces deben hacer sus aportes como unipersonales. “Trabajamos 40 años sin licencia ni aguinaldo, a veces enfermos, y nos jubilamos con $ 17.000”, reprochó Guillermo Gálvez, presidente de la Caja de Auxilio, quien había adelantado a La Mañana que pretenden que su oficio sea considerado “insalubre” ya que trabajan a la intemperie y 360 días al año.
El sindicato, a su vez, busca rebajas en las tarifas de OSE y UTE.