Redacción El País
El conflicto sindical en Conaprole derivó en una pérdida de ventas de 1,5 millones de litros de leche larga vida, el pago de multas por “no cumplir en tiempo y forma” con exportaciones a China, así como en el incumplimiento de “algunos negocios” que la empresa láctea tenía pautados con otros países, dijo ayer su presidente de la firma Gabriel Fernández Secco.

El titular de la empresa que exporta más de 60 destinos calificó, en el marco de una conferencia de prensa, de “realmente caprichoso e innecesario” el conflicto que mantiene con la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole (AOEC). Para graficarlo, solo la pérdida de venta de leche supera el US$ 1 millón, dijo.

AOEC viene tomando medidas sindicales desde abril en contra de la decisión de Conaprole de reestructurar el sistema de trabajo en la planta de la ciudad Rodríguez (San José), tras la incorporación de una nueva maquinaria sueca para el envasado de leche larga vida.

Según el sindicato, la empresa rompió una cláusula de paz prevista anteriormente al “imponer” de forma “inconsulta” una nueva forma de producción, que según los trabajadores agremiados representa una sustancial reducción de las fuentes de empleo y cambiará, además, el régimen de trabajo en esa unidad.

“La idea de Conaprole es que esa máquina trabaje en nuestra planta de Villa Rodríguez con el padrón de trabajo con el cual recomienda el fabricante de la máquina. Es un equipo sueco, que tiene un padrón del orden de las 22 personas en dos turnos y medio, y que ojalá pueda llegar a trabajar tres turnos para poder poner más este producto en el mundo”, indicó el presidente de Conaprole.

“Esa incorporación de tecnología solamente lo que hace es ponernos en igualdad de condiciones con las (empresas) más eficientes del mundo, generar mano de obra y posibilidades de darle al consumidor un envase más amigable y al mundo un envase moderno”, remarcó.

Por otro lado, Fernández Secco indicó que hasta ahora se han derramado unos 4.000 o 5.000 litros de leche por parte de tambos.

“Hoy tenemos 5.500.000 litros en stock y podemos industrializar 4.500.000. Si esto se mantiene, va a llegar un momento (en) que los silos no van a alcanzar, y eso va a implicar que los tambos empiecen a derramar leche”, advirtió ayer en la conferencia de prensa.

El presidente de Conaprole valoró en diálogo con El País que la discusión es “bastante estéril”, tras considerar que “discutir cómo tiene que trabajar una máquina que opera en el mundo entero es como querer inventar la pólvora”.

Consultado sobre si habrá una reunión formal, o informal, con los trabajadores, el titular respondió: “No tenemos nada previsto en agenda, pero ojalá surja y se pueda destrabar el conflicto”. Y enfatizó: “Somos conscientes que esta situación no es buena para nadie, pero no somos nosotros los que la estamos provocando”.

Por otro lado, el dirigente de AOEC Luis Goichea remarcó a El País que “las medidas las generó Conaprole”, tras considerar que el sector UHT no esta trabajando hace tres semanas por “una decisión de la empresa”.

Apuntó que desde el 2 de mayo la firma “quiso pretender aplicar una nueva forma de trabajo e imponer formas en el sector que nada tienen que ver con la tecnología”.

Goichea lamentó que actualmente “no haya ningún ámbito de negociación” con Conaprole. El sindicalista enfatizó que no están tomando medidas de paro. “Lo único que estamos haciendo es trabajar a reglamento; que implica no trabajar horas extras, ni trabajar en días de descanso”, indicó.

No obstante, adelantó que el sindicato prevé activar medidas de paro de tres horas semanales “a partir de los próximos días si no hay un camino para poder tratar esto”.

“Las máquinas estas en el mundo trabajan como decimos: el maquinista es maquinista”, remarcó Goichea. “No aceptamos la polifuncionalidad, que no tiene nada que ver con la tecnología”, subrayó.

Los trabajadores en esa área cobran unos $ 2.300 al día, $ 69.000 nominales, remarcó el sindicalista.