Redacción El País
Álvaro Soto, referente de la Lista 1980 de la Asociación de Empleados y Obreros Municipales (Adeom) de Montevideo, rechazó los dichos de Valeria Ripoll, que esta semana lo tildó como un “acosador de mujeres”.
El cruce de declaraciones comenzó cuando, en la edición del pasado lunes de El País, el dirigente cuestionó que la exsecretaria general de Adeom hiciera valoraciones políticas —por ejemplo, sobre las presiones a periodistas de TV Ciudad— sin haber renunciado aún al gremio y a punto de empezar a militar por el Partido Nacional. En esa oportunidad, Soto acusó a Ripoll de haber incurrido en “prostitución política” y “dividir” al gremio, entre otras consideraciones.
Al día siguiente, Ripoll retrucó que el dirigente era una persona políticamente “muerta” en la interna sindical y “bastante perversa”. “Es un acosador de las mujeres. En la última directiva de Adeom pedí que constaran en actas mensajes de distintos momentos dedicándome canciones, diciéndome ‘mi amor negado’, ‘no se lo cuentes a nadie’. Tengo veinte mil conversaciones en WhatsApp. Es un tipo que lo que más le molesta de mí no creo que sea cómo me paro políticamente, sino el hecho de que sea mujer”, indicó a El País.
Sin embargo, el intercambio no quedó allí. Este miércoles, Soto aseguró a El País que las valoraciones de Ripoll fueron “injurias y calumnias”.
“Yo hice un juicio de carácter político y ético. La respuesta de Ripoll no es una respuesta política, sino una injuria, una difamación. Acusar a alguien de acosador de mujeres no solo es algo sancionable moralmente, sino también legalmente: es un delito”, indicó, y agregó: “Uno no tiene patente de corso porque esté circulando en los medios para estar injuriando y calumniando a otra persona”.
Además, Soto aseguró que no tiene “ninguna obsesión personal con Ripoll”. “Es raro que nunca haya tenido en Adeom ninguna denuncia de alguna compañera por acoso, habiendo inclusive una comisión para tratar estos temas”, planteó.
Para el dirigente, Ripoll pretendió “desviar el foco de atención sobre la discusión de cómo es posible que pase de un sindicato que tiene determinada plataforma reivindicativa a un partido que tiene un programa contrario a esa plataforma”.
A su vez, explicó que en la interna del sindicato también pidió que constara en actas que las denuncias de la exsecretaria general sobre los mensajes de WhatsApp que le envió son una “difamación”.
“Lo que ella pueda decir de WhatsApp está totalmente fuera de contexto, porque no hay que olvidarse de que en algún momento de su existencia ella militó en nuestra agrupación. Luego cambió la relación, producto de las divergencias políticas y personales que se fueron teniendo”, dijo.
“Nadie puede andar impunemente por la vida diciendo cualquier cosa de los demás. Me afecta como persona pública, como integrante de una familia que tiene hijos y nietos. Me afecta porque es una acusación absolutamente mal habida”, sentenció.
Esta no es la primera vez que Soto y Ripoll —referente hasta este martes de la Lista 27, la más votada— tienen discusiones públicas. El año pasado, a raíz del paro general que el Pit-Cnt había definido para el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, ambos dirigentes protagonizaron un cruce. Soto la trató de “reina de los ignorantes”, mientras que Ripoll lo calificó como “gagá y aburrido”.