Redacción El País
El Pit-Cnt se pronunció sobre los dichos del intendente de Artigas, el dirigente del Partido Nacional Pablo Caram, quien manifestó que en su departamento hay niños "de 13, 14 y 15 años" que trabajan en emprendimientos familiares, principalmente en la producción de tabaco.
La central obrera manifestó “profunda indignación” y repudio a las palabras del jerarca, que según consideró en un comunicado, “reflejan una total falta de conocimiento sobre la normativa legal vigente” en el país, “así como también una carencia de sensibilidad y conciencia frente a una problemática que debería ser prioritaria en la agenda de cualquier autoridad”.
El Pit-Cnt indicó que Uruguay tiene establecido en 15 años “la admisión al empleo”, aunque para trabajos rurales ese mínimo es 16, siempre que los empleos “no sean peligrosos”.
“El trabajo infantil es una violación flagrante de los derechos humanos y una realidad lamentable que debemos erradicar en su totalidad”, expresó la central y agregó que “Caram ha demostrado una postura desafortunada y carente de empatía”.
“Es crucial entender que el trabajo infantil impide el acceso a la educación de calidad, perpetúa el ciclo de pobreza y expone a los NNA (niños, niñas y adolescentes) a condiciones peligrosas y abusivas”, dice la misiva, que añade que “es inaceptable que un representante político minimice el impacto y la gravedad de esta situación”.
La postura de INAU sobre el trabajo infantil
Este viernes por la mañana también se expresó sobre el tema el presidente del Instituto del Niño y el Adolescente (INAU), Pablo Abdala, quien reafirmó que el trabajo infantil es ilegal.
"No es lo mismo que un niño en su casa colabore en las más diversas tareas con la familia, colaborando con sus padres, a que esté sometido al rigor de un régimen de trabajo de seis horas o de ocho horas o a realizar tareas complicadas que impliquen cargar peso, por ejemplo", dijo el presidente en diálogo con Desayunos Informales (Teledoce) y planteó que el instituto interfiere en todos los casos que puedan afectar la salud moral o emocional de los menores de edad o en la medida en que estas tareas "eventualmente conspiren" con su trayectoria educativa.
Abdala confesó que llamó a Caram tras sus dichos. "Le dije que estaba equivocado, le di mi opinión, y es verdad que hay una zona muy difusa en los hechos en cuanto a la colaboración de niños y adolescentes en tareas domésticas", aseguró.
El presidente de INAU sostuvo que desde el instituto reciben entre 20 y 30 denuncias anuales por trabajo infantil y que en el último tiempo no han aparecido denuncias vinculadas a este rubro de actividad.
Consultado sobre los riesgos de la naturalización que puede darse sobre el trabajo infantil en Artigas, Abdala planteó que se trata de "un riesgo candente" y que desde la institución no pueden dejarse ganar por la normalización en ningún tema que implique la vulneración de los derechos de los niños.
Pese a que Uruguay ha recibido varios reconocimientos internacionales por ser "un buen ejemplo de lo que está bien en materia de trabajo infantil", el INAU, junto al Ministerio de Trabajo, ordenó una inspección a la zona.