Redacción El País
Un conflicto en el rubro de la construcción en Maldonado llevó a que la Intendencia de ese departamento acusara al Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (Sunca) de provocar la postergación del realojo de cerca de 450 familias del barrio Kennedy.

La comuna lleva adelante desde hace años un plan de realojo para los habitantes del asentamiento, y según adujo en las últimas horas, estaba previsto comenzar con las mudanzas en los próximos días. Sin embargo, una serie de medidas de los trabajadores de la construcción llevó a que se hayan paralizado las actividades y la terminación de las obras se suspendiera.

El director general de Vivienda, Desarrollo Barrial y Salud de la comuna, Alejandro Lussich, dijo al canal de comunicación oficial de la comuna que “la obra se encuentra en asamblea permanente decretada por el Sunca, y eso supone que los obreros y los trabajadores están en la obra pero no trabajan, cuando hay un montón de trabajadores que sí quieren trabajar para no perder el jornal”.

Según el jerarca, “esto determina un montón de inconvenientes para las empresas que están trabajando, para la ciudadanía en general y para los vecinos del Kennedy que están esperando el realojo”, por lo que planteó que es “una situación lamentable”.

Además, indicó que este problema se originó “en una empresa que no es contratada por la intendencia” para la obra, sino que se trata de una planta “que provee de material” y está ubicada en Pan de Azúcar. Pero a raíz de las medidas tomadas en esa planta, “se detiene el trabajo de cinco empresas que están trabajando en el mismo realojo”.

“Tenemos que postergar el reinicio de las obras del barrio Kennedy” y “hay 450 familias que se ven perjudicadas”, y hoy no es posible “estimar una fecha” de entrega de las viviendas, apuntó.

Foto: Intendencia de Maldonado

Daniel Diverio, presidente del Sunca, explicó a El País el porqué de las medidas que han tomado, y desligó a su sindicato del atraso en las obras. Según dijo, el problema surgió en una empresa dedicada a la fabricación de materiales de premoldeado en Pan de Azúcar, donde se hizo una “reestructura” y “de 45 trabajadores que había, se despide a 17 sin previo aviso”.

Para el sindicalista, se trata de “un despido abusivo”, porque además “la empresa despidió a todos los trabajadores que se habían organizado y habían hecho reclamos”. Según dijo, pese a las negociaciones “no hubo avances” porque “la empresa lo que hace es ofrecer plata” y lo que el sindicato quiere es “sostener los puestos de trabajo”.

Tras las negociaciones fallidas, la agrupación se declaró en preconflicto y “se empezaron a tomar medidas” sindicales en toda la rama del hormigón, como paralizaciones para asambleas, y como contrapartida las empresas “tomaron la definición de enviar a los trabajadores al seguro de paro”.

Para Diverio, es esa resolución de las empresas la que afecta a las obras en Maldonado y no las medidas sindicales, entre otros motivos porque a raíz de la falta de personal las construcciones “no tienen suministro de hormigón”.

Gustavo Robaina, presidente de la gremial empresarial de la construcción del este, lamentó en diálogo con El País que un “problema puntual” en la planta de Pan de Azúcar haya afectado a “las empresas que trabajan en el realojo”, porque las firmas dedicadas al hormigón “quisieron enviar material a las obras y fueron trancadas”.

“El resultado es que quedó toda la industria rehén de esta situación. Las plantas de hormigón enviaron a toda la gente al seguro de paro porque no los dejan sacar hormigón”, señaló.

Para Robaina, es “una locura” la decisión que tomó el Sunca, “totalmente radical”, porque “hay ámbitos para discutir este tipo de cosas”. “Si ante cada problema de una obra en particular el Sunca parara la industria, tendríamos paro todos los días y no se trabajaría nunca”, sentenció.