Desde hace 15 días, el gremio de la construcción (Sunca) apela a una medida de gran potencia -aún mayor que un paro- que afecta la construcción de edificios de Maldonado y Montevideo. Se trata del corte de hormigonado en forma sorpresiva para dar inicio a una asamblea de trabajadores.

La medida genera dos impactos: uno, si el camión con el hormigón todavía no descargó, la pérdida de la empresa se limita al cemento que venía en el vehículo y, en segundo lugar, si esta se aplica en la mitad del llenado de una planchada, esta deberá necesariamente ser demolida o reforzada. Eso se resume en pérdidas importantes a las constructoras de las torres.

Según señalaron a El País empresas de Maldonado, el corte del hormigonado es una medida sindical muy violenta, ya que implica la interrupción de una tarea crítica sin una intervención técnica. Por ejemplo, si la obra de una torre se encuentra en una etapa solo de construcción de hormigón, queda paralizada.

En los últimos días, empresas de Maldonado y la filial del Sunca de ese departamento se reunieron para buscar una salida consensuada al problema, según las fuentes.

En los encuentros, las empresas advirtieron al gremio que estaban obligadas a enviar a decenas de trabajadores al seguro de paro porque la productividad en las obras son bajísimas y ello les genera un perjuicio porque deben pagar jornales debido a que las construcciones de los edificios no avanzan.

En su página de Facebook, la filial fernandina del Sunca informó el sábado 8: “Aplicando el plan de acción nuestro sindicato ya empezó a cortar en todo el departamento los hormigones y hacer las asambleas SORPRESIVAS explicándoles a nuestro compañeros/as que ya no es una idea sino que es una propuesta del sector empresarial la reducción de nuestro salario cuando hablamos del VIÁTICO en Maldonado, donde el sector empresarial habla de quitar zona 2 y zona 3”.

En las reuniones, empresas de Maldonado también señalaron al Sunca que no se resiste más la situación y solicitaron que el gremio flexibilizara los cortes de hormigonado.

Sin embargo, los representantes sindicales respondieron en forma negativa argumentando que no había consenso con la Cámara de la Construcción y la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay (Appcu) en las rondas salariales en el Ministerio de Trabajo.

Por su parte, fuentes del gobierno señalaron a El País que la Cámara de la Construcción y el Sunca negocian los acuerdos en forma bipartita.

En este momento, el gremio de la construcción no quiere dar marcha atrás a la medida de corte de hormigonado pretendiendo demostrar a sus miles de afiliados que es fuerte en la presión y movilización con el argumento de que la lucha paga. Sin embargo, agregaron las fuentes, por debajo el sindicato negocia con empresarios.

Otro tema que reivindicaba el Sunca era que el gobierno no había hecho público el dato de la inflación prevista para 2023, 2024 y 2025.

El 30 de junio pasado, la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, hizo públicas las expectativas inflacionarias desde este año hasta 2025. Con ese dato, la Cámara de la Construcción y el sindicato podrán negociar temas salariales.

Consultado por El País, el ministro de Trabajo, Pablo Mieres, afirmó: “Conocemos que hay un diálogo avanzado entre las cámaras empresariales y el sindicato y que en los próximos días podría haber un entendimiento”.

El País trató en vano de comunicarse con directivos de la Cámara de la Construcción del Uruguay.

El presidente del Sunca, Richard Ferreira, advirtió que hay un “retraso importante” en la negociación de un nuevo convenio colectivo con la Cámara. El sindicato reclama mejoras salariales, el cobro de un quinto día hábil y la creación de una fiscalía que investigue los accidentes laborales, entre otras reivindicaciones. También exige el pago de viáticos y la democratización del ingreso de personal a las obras, dijo Ferreira a El País. Y advirtió que en la negociación de ambos reclamos “hay diferencias importantes” con los empresarios.

El Sunca también plantea la creación de un registro de trabajadores no permanentes tanto de obra pública como privada. Un sistema parecido se adoptó en las obras de UPM y Montes del Plata, entre otras compañías. Actualmente, los llamados de personal no permanente se hacen a través de sorteos. “Pretendemos trasladar el sistema de registro (de trabajadores no permanentes) a toda la industria” de la construcción, explicó Ferreira.

Con respecto al pago de viáticos en Maldonado, el dirigente sindical sostuvo que los empresarios los pagaron sin problemas desde 2007 hasta la fecha. “Ahora no quieren hacerlo. Se trata de una rebaja salarial importante para los trabajadores de Maldonado”, señaló el dirigente sindical.

Con respecto a los “cortes de hormigonado”, el presidente del Sunca explicó que el sector hace 90 días que no tiene convenio colectivo. “Lo que llevamos adelante son asambleas no coordinadas. A veces coinciden con tareas de hormigonado en las obras y en otras no. Estas medidas se realizan en todo el país y no solo en Montevideo y Maldonado”, advirtió.

Ferreira sostuvo que esas acciones no implican un paro total de las obras. Y recordó que el 22 de junio el gremio llevó adelante una movilización con paro nacional y, al día siguiente, comenzaron las medidas sindicales en todos los centros de trabajo.

En tanto, en la página de Facebook del Sunca de Maldonado, un dirigente sindical señaló el sábado 1: “Esta es una lucha que va a llevar bastante tiempo. Estamos en pie de guerra”.