Por Diego Ferreira
El 2023 promete ser un año intenso, con movilizaciones y acciones de reclamo, para todo el movimiento sindical. El rechazo del Pit-Cnt al proyecto de reforma de la seguridad social que promueve el gobierno activará el primer paro del año el próximo jueves 23 (ver recuadro), pero es probable que la agenda de reivindicaciones que maneja la central sindical imponga nuevas medidas en el calendario, según anticiparon los dirigentes sindicales consultados por El País.

“Sin dudas va a ser un año con mucha movilización”, aseguró en ese sentido Daniel Diverio, secretario general del Sindicato Único de la Construcción y Anexos (Sunca) y responsable del área de relaciones laborales y conflictos del Secretariado del Pit-Cnt. “Para nosotros se definen muchas cosas y eso genera mucha iniciativa de movilización para lograr los objetivos”, explicó Diverio.

Las movilizaciones, consideró el dirigente, “son una respuesta o reacción ante decisiones que son regresivas para los trabajadores”.

El escenario de conflictividad proyectado para los meses que se vienen parte de la disconformidad de la central de trabajadores con la mencionada reforma jubilatoria, la discusión de la Rendición de Cuentas y “cierta incertidumbre” sobre cómo se va a recuperar el salario perdido en el marco de las negociaciones en los Consejos de Salarios.

El presidente de la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE), Martín Pereira, auguró así que lo que se viene es un año “movido”. “La mayoría de los grupos del sector privado van a negociar (en la ronda salarial) y será la última Rendición de Cuentas para incrementar el gasto”, dijo el también integrante del Secretariado del Pit-Cnt, que agregó: “Los públicos nos jugamos la última parada antes de que termine este gobierno, entonces será un año álgido”.

En este momento, el objetivo más inmediato que persigue la central sindical es “intentar que esta reforma de la seguridad social naufrague”. “Y, en consecuencia -destacó Diverio-, poder sentarnos a discutir en profundidad un proyecto mucho más integral y profundo, que realmente atienda la opinión de los trabajadores y en el que todos los actores de la seguridad social tengan incidencia en las decisiones”.

Porque los trabajadores organizados entienden que es “muy importante que la reforma tenga otro contenido y apunte a fortalecer la seguridad social y el BPS, entendiendo que hay sectores que están en condiciones de aportar y hoy no están contemplados”.

En relación a la ronda salarial, Diverio sostuvo que el punto de inflexión será la disposición de empresarios y gobierno a buscar “un acuerdo para recuperar lo perdido”, así como a dar una mayor participación en el crecimiento económico a los trabajadores de los sectores que han tenido un mejor desempeño. En tal caso, “está claro que el nivel de conflictividad va a ser más bajo”, dijo, aunque advirtió que han notado “que hay de un lado una intención clara de no generar los espacios” para llegar a acuerdos.

Para el sector público, la Rendición de Cuentas no sólo es clave por razones presupuestales sino también por generar expectativa en relación a la reforma de la carrera para los funcionarios estatales que impulsa la Oficina Nacional de Servicio Civil. “Si el gobierno entiende que no se va a hacer con la negociación colectiva, vamos a tener un problema grande. Si se sigue por el camino de la negociación colectiva tendremos menor conflictividad”, dijo Pereira, por su parte. En este marco, agregó su decepción con el alcance de la reducción impositiva anunciada por el presidente Luis Lacalle Pou: “Siempre que haya una rebaja se saluda, pero es insuficiente y la gran mayoría de los trabajadores queda por fuera”.

Como sea, los sindicalistas entienden que todo depende de lo que haga el gobierno, que “es mano”, como afirmó el presidente de COFE.