El teatro independiente denuncia que atraviesa una crisis de financiamiento. Ocho salas de Montevideo calculan que, sin más recursos, los fondos con los que actualmente cuentan solo bastarán para que permanezcan abiertas hasta marzo de 2024.
Sin embargo, la situación más dramática es la del teatro El Galpón, que estima que, sin una asistencia económica, deberá cerrar en noviembre de este año.
Con esta preocupación en carpeta, y sin que el Poder Ejecutivo haya reglamentado la Ley 19.821 de 2019 -que preveía la promoción de la actividad y fue votada por todas las bancadas parlamentarias-, la Federación Uruguaya de Teatros Independientes (FUTI) solicitó al Parlamento un “auxilio” de $ 40 millones anuales. El viernes pasado, una delegación hizo el pedido a la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda, que estudia la Rendición de Cuentas en la Cámara de Representantes y que se comprometió a analizar la solicitud.
Estos fondos alcanzarían para cubrir los gastos de funcionamiento de las 19 salas y 31 grupos de teatro que integran la FUTI, nucleados en Montevideo.
De acuerdo a los datos expuestos en el Parlamento, por ejemplo, tan solo al pago de salarios El Galpón destina mensualmente unos US$ 45.000 ($ 1.713.150) .
“Esos $ 40.000.000 son lo que a nosotros nos evitan el cierre del teatro, la inactividad. Nos permiten pagar los salarios, un funcionamiento medianamente decoroso, sin hacer grandes producciones, para estar en un plano que no sea de colapso, lo cual sería una vergüenza en la región”, aseguró a El País el secretario general de El Galpón, Héctor Guido.
De acuerdo a los últimos contactos que la FUTI tuvo con legisladores, aseguró el exdirector de Cultura de la Intendencia de Montevideo, hay voluntad de que el monto que piden pueda reasignarse de una partida de $ 98 millones, correspondiente a Institucionalidad Cultural, que en 2022 no se ejecutó.
Así se podría atender el “estado de emergencia extremo que están viviendo las instituciones”, según Guido. “A nivel internacional se nos han puesto a disposición recursos de los lugares más insólitos, pero entendemos que tenemos un gobierno con la sensibilidad necesaria para que atienda esta pequeña dificultad”, agregó.
Contracara
Sin embargo, al ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, no le consta que se esté evaluando la transferencia. “No sé de dónde sale esa cifra y no ha estado el tema en nuestras conversaciones con los parlamentarios. Si se les llegara a dar $ 40 millones, sería un inmenso crecimiento de lo que ya reciben y los pondría en una situación muy diferente a la de otras organizaciones”, señaló Da Silveira a El País.
El jerarca planteó que la FUTI recibe un subsidio anual de $ 7 millones, mientras que la Asociación de Teatros del Interior (ATI) -que nuclea a 40 agrupaciones- recibe $ 500.000 en el mismo lapso.
Además, dijo que hay organizaciones como la Asociación de Danza del Uruguay y la Red de Artistas Circenses del Uruguay que no tienen apoyo.
Particularmente, recordó Da Silveira, El Galpón recibió varias asistencias económicas durante este período de gobierno, como $ 360.000 para hacer reparaciones y $ 500.000 para presentarse en el Festival de Teatros Clásicos de Almagro, en España.
“No es que estemos ante un sector que no esté recibiendo apoyos. Esta es una situación típica de Rendición de Cuentas, en la que se están repartiendo recursos públicos y, como pasa normalmente en las sociedades democráticas, hay una competencia para ver cuál es el destino final. Lo que hay que tener presente es que no corresponde cierto tremendismo que se ha querido dar al asunto”, zanjó el ministro.
La visión de los funcionarios y actores del teatro independiente, no obstante, difiere de la del ministro. Washington Sassi, el presidente de la FUTI, dijo que la situación del sector es compleja desde hace años, pero se agravó con la pandemia, cuando los espectáculos públicos debieron restringirse.
La delegación recordó en el Parlamento que, antes de que se aprobara el último Presupuesto Nacional, la FUTI cobraba $ 14 millones. Además, señaló que en el período cayeron convenios con Ancap, UTE y el Banco República.
Guido, en tanto, sostuvo que El Galpón “está abierto por la buena voluntad de la Intendencia de Montevideo” y su Programa Fortalecimiento de las Artes.
Gobierno prepara ley de políticas culturales
Una de las principales reivindicaciones de la FUTI es la puesta en práctica de la Ley 19.821, que no se reglamentó ni se le otorgó presupuesto, pese a tener el respaldo de todo el espectro político en su momento. Entre otros puntos, mediante esta norma se creó el Consejo Nacional Honorario del Teatro Independiente, un “órgano rector de la protección, promoción y desarrollo de la actividad teatral independiente”. Debería estar integrado por un representante del Poder Ejecutivo, dos de la FUTI, dos de la ATI y dos de la Sociedad Uruguaya de Actores.
“Tratamos de buscar las mejores formas para poder lograr una ley que nos protegiera realmente”, indicó a El País el presidente de la FUTI, Sassi.
Tras los reclamos de algunos actores, Da Silveira contó que el gobierno está trabajando en un proyecto de ley para “armonizar” el marco normativo. “En 2020, al aprobarse la Ley de Urgente Consideración, se creó una estructura estatal para el desarrollo de políticas culturales, con una serie de institutos en la que quedó estructurada la Dirección Nacional de Cultura. Tenemos dos leyes aprobadas con muy poca diferencia en el tiempo con dos enfoques muy diferentes”, apuntó.
Para el ministro, en la ley aprobada en el pasado período, “el Estado no cumple ninguna función, excepto financiar”. “En la comisión que se encarga de distribuir los recursos, el Estado está en absoluta minoría. Según esa ley, los que deciden los destinos de los recursos son quienes los reciben”, indicó.
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