CENTRO DE ESTUDIOS
Tras más de dos décadas, se concreta la inauguración de la nueva sede de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República.
En la intersección de las rutas 8 y 102, en el extremo noreste de Montevideo, se está edificando un nuevo punto neurálgico de la capital. Porque al estadio de Peñarol y a la primera zona franca privada del país (Zonamerica), desde ayer se le sumó “la mayor obra de la universidad pública en los últimos 50 años”: la nueva sede de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República.
El edificio de la Facultad de Arquitectura, sobre Bulevar Artigas, construido en 1948, había sido la última gran obra universitaria. Le siguieron construcciones de menor escala, incluyendo centros en el interior y la sede de Comunicación e Información en el Parque Rodó. Pero las instalaciones de Veterinaria inauguradas ayer comprenden 20.000 metros cuadrados en un predio de 35 hectáreas. Y eso que “la proyección era para más metros construidos”, explicó el rector de la Udelar, Rodrigo Arim, sobre la obra cuya inversión total fue cercana a los US$ 30 millones
Todo comenzó hace dos décadas, cuando el entonces consejo de Veterinaria entendió que el viejo edificio, muy próximo al zoológico de Montevideo y que se había terminado de construir en 1912, ya no tenía la capacidad de albergar a ese servicio universitario. Necesitaban un predio que pudiera recibir al menos a 6.900 personas en 2025, en que los animales enfermos tuvieran un hospital de última generación y que a los animales muertos de gran porte se los pudiera conducir por una ruta nacional directo a la morgue.
El decano de Veterinaria, José Piaggio, insistió con que esta nueva obra era necesaria para el país porque “la salud es una sola”. En ese sentido, explicó, el 70% de las enfermedades infecciosas provienen del salto de un animal al humano. Por eso, enfatizó, el desarrollo de las ciencias veterinarias “va más allá del principal sector productivo”.
En esa misma línea, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, afirmó que una “sociedad tiene cierto grado de civilización en tanto y cuanto sepa tratar a los animales”, sea en la enfermedad o en la salud. Y que la universidad tiene “como fin primario generar buenos profesionales”.
No obstante, continuó el mandatario, “cada vez más en este mundo de habilidades blandas” se tiene como objetivo “la formación de buenas personas”.
De fiesta.
La nueva sede universitaria, que aún huele al hormigón recién pulido, sigue la lógica de campus: varios pabellones, sin demasiada altura, unidos por calles internas. En el estacionamiento central ayer, con motivo del Día del Veterinario y el corte de cinta inaugural del edificio, la Facultad de Veterinaria instaló una gran carpa blanca de esas que se usan en los festejos multitudinarios. A los costados había copones transparentes con hielo y botellas de agua. El himno fue amenizado por un violín y un acordeón. Salvo por la protesta de más presupuesto de los funcionarios de la Udelar, el resto se pareció a una velada en la que los invitados eran de los más diversos ámbitos y partidos políticos compartiendo una misma emoción.
El presidente Lacalle Pou aprovechó ese clima festivo en la recorrida por los pasillos de la nueva sede para distender el ambiente. Cuando le mostraron que en el hospital veterinario los perros y los gatos están separados para evitar el estrés de la convivencia, señaló al estadio de Peñarol y bromeó: “y allá está el gallinero”.
La siguiente víctima de los chistes fue la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse. Como la cinta inaugural tenía las rayas clásicas de la bandera uruguaya y se parecía a la banda Presidencial, el mandatario bromeó: “Tome, para que se la vaya probando (en alusión a la contienda electoral de 2024)”.
Y por último apuntó a su secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, quien se estaba sacando una selfie contra la luz solar: “Si querés llegar a algo (en alusión a la misma contienda electoral de dentro de tres años) vas a tener que aprender a sacar las fotos”.
Todo eso se dio en medio de un evento de más de tres horas en el que también hubo lugar para los reclamos serios: como la necesidad de mejorar la inversión en ciencia o la red de transporte y urbanización en el municipio F.