Redacción El País
El científico alemán Albert Einstein pasó una semana en Montevideo durante el otoño de 1925. Su gira con destino a América del Sur, región del mundo en la que no había estado hasta el momento, comenzó en marzo y lo llevó también a recorrer Brasil y Argentina. Einstein registró en su diario de viaje sus impresiones "sin filtro" sobre los países sudamericanos que visitaba. Y es que nada del contenido de esos escritos estaba pensando para ser publicado: el alemán buscaba hacer un registro privado para sí mismo, su segunda esposa y la hija más joven de ella, Margot.
Los diarios de viaje de Albert Einstein: Sudamérica, 1925 fueron publicados por la Princenton University Press en 2023.
El historiador Ze'ev Rosenkranz explicó en declaraciones consignadas por la BBC que uno de los elementos más llamativos de los diarios es que revelan una "clara discrepancia" entre sus pronunciamientos públicos, que eran "progresistas y humanitarios", y sus notas privadas, que "expresaban prejuicios y estereotipos" sobre las personas que conoció.
Uruguay: un país pequeño feliz
La valoración que hizo Einstein sobre Uruguay fue mayormente positiva. "En el Uruguay encontré una cordialidad auténtica como pocas veces en mi vida. Encontré ahí amor a la tierra propia, sin el menor delirio de grandeza", escribió en su diario de viaje.
Según lo que contó Rosenkranz a la BBC, el científico tenía predilección por los países pequeños. "Pensaba que todos los países grandes debían ser divididos en países pequeños", manifestó.
"También le atrajo que Uruguay era una república y que había una estricta separación del Estado y el clérigo. Eso era importante para él. Le impresionaron mucho los programas de bienestar social que existían", agregó.
La visita de Einstein en Uruguay
Einstein llegó a Montevideo diez años después de la difusión de su teoría: sus ideas provocaron conmoción entre los uruguayos y la prensa se hizo eco del debate científico, aunque pocos se atrevieron a ingresar en profundidad en la cuestión.
Sus tres conferencias académicas se realizaron ante auditorios repletos en el Paraninfo de la Universidad de la República. Curiosamente, cuando ofreció una rueda de prensa estaban presentes solo dos periodistas y un fotógrafo. Se comunicó generalmente en francés, por entonces la lengua preferida en cuestiones culturales.
Su agenda fue intensa. Además de las tres conferencias, fue recibido por el presidente de la República José Serrato y por el Senado, estuvo en una escuela pública, visitó las obras del Palacio Legislativo (que sería inaugurado meses más tarde), tuvo una cena con miembros de la colectividad judía en el Hotel del Prado, se reunió con el ministro plenipotenciario (embajador) de Alemania y asistió a una función de ópera en el Teatro Solís, entre otras cosas.
La charla entre Vaz Ferreira y Albert Einstein
"Mi concepto del universo es circunferencial; partiendo de un punto, la línea parece que se aleja de él, pero en realidad a él se acerca y en él termina. Quiero decir que lo que se aleja, se acerca; lo que se va, viene; que lo que está aquí, está realmente allí. Que la luz es sombra, que lo que es, no es...", dijo Einstein.
"No creo tanto, pero sí, que lo que se aleja, puede en realidad estarse acercando; que lo que está aquí, puede realmente estar allí; que la luz puede ser la sombra. Que las apariencias engañan, que lo que es, puede ser que lo sea y puede ser que no", replicó Vaz Ferreira.
Así comenzaba la charla entre el científico y el filósofo en la plaza de los Treinta y Tres, según tomó nota taquigráfica un periodista anónimo de El País. Al rato, el cronista "se quedó knock out" según él mismo escribió, y dejó de anotar.
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