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Pasó más de un mes del anuncio de que los restos de una mujer hallados hace 85 días en el Batallón 14 (Toledo, Canelones) no fueron identificados. El triste e histórico desenlace tras un análisis genético en Argentina abrió una investigación a nivel local para dar con más muestras de ADN que permitan aterrizar en un nombre y apellido.
Fiscalía, la Institución Nacional de Derechos Humanos (Inddhh), el Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF) y Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos (Famidesa) iniciaron un arduo trabajo para recabar más muestras de familiares de 18 mujeres detenidas y desaparecidas.
El fiscal especializado en crímenes de lesa humanidad, Ricardo Perciballe, dijo a El País que “en principio” se intenta obtener las muestras genéticas de los padres de Amelia Sanjurjo, la militante comunista desaparecida a los 41 años. Sobre todo por las “características de los huesos”, el “lugar de enterramiento”, entre otros puntos. Esto tras descartar que sean restos de María Claudia García de Gelman y Elena Quinteros, otras desaparecidas.
Sanjurjo es una de las 12 mujeres que están mal representadas, es decir, que las muestras acumuladas en el Laboratorio de Genética Forense del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) no resultan suficientes para obtener una identificación.
Ahora se busca, preferentemente, el ADN del padre o la madre de la detenida en noviembre de 1977, que no están en una base de datos. Según la calidad de la muestra, con tener uno de los dos perfiles alcanzaría para confirmar o no su identidad (ver aparte).
Los padres de Sanjurjo están fallecidos. Según supo El País, se determinó que los restos de su madre están en el Cementerio del Norte (Montevideo). Concretamente, en un panteón de Casa de Galicia, la mutualista que fue cerrada por la Justicia a fines de 2021.
Al no existir más el prestador de salud, hubo un “problema” al comienzo para obtener el registro de fallecidos que están en ese lugar. Además, como se trata de un panteón privado, no son datos que maneje el cementerio. Esto implicó saber la situación legal del registro, en manos de quién está y en qué formato.
Pese a que ahora se “allanó” el camino, lo cierto es que aún no se conoce el lugar exacto de los restos y, por ende, no comenzaron a tomar muestras. “Estamos trabajando en eso, accediendo a toda la información del registro de Casa de Galicia”, indicó una fuente. Al mismo tiempo, buscan dar con los restos del padre, que no están en el mismo cementerio.
La antropóloga forense Alicia Lusiardo, coordinadora del GIAF, dijo en conferencia de prensa el 21 de julio que “se privilegia el donante que es vertical (padre o hijo)”, porque su ADN permite dar más certeza que otros familiares.
Si bien esta “primera etapa” está abocada en obtener ADN de familiares directos de Sanjurjo, el trabajo también sigue con las otras mujeres. Perciballe libró oficios hasta en Chile. Allí se extrajeron muestras de uruguayas y buscan saber si las enviaron al EAAF.
Lusiardo dijo que se trabaja en mapas genealógicos de todas las mujeres, para luego buscar muestras que permitan más certezas.
“No estamos asumiendo que es Sanjurjo, hay un trabajo bastante amplio para reunir información genética de una cantidad de gente”, puntualizó desde el Inddhh, Wilder Tayler.
Dar con los restos no es garantía
“Estamos tratando que se acelere lo más posible, de trabajar muy rápido, pero esto puede llevar mucho tiempo”, dijo a El País la coordinadora del GIAF, Alicia Lusiardo, sobre la identificación de restos.
Para dar con la muestra de padres, familiares vivos que pueden dar datos o si no se buscan partidas de defunción y registros de cementerios. Tras ello se da una “minuciosa” trazabilidad del cuerpo. Al alcanzar los restos, se hace un análisis que confirme si el registro coincide con los análisis antropológicos.
“Es un proceso complicado, lento y hay que estar muy seguro porque no podés cometer un error”, dijo.
Advirtió que si los restos estuvieron sumergidos o en contacto con agua se “degrada el material genético y puede ser una complicación” para identificarlos. Si no hay problemas con los restos, se envían al EAAF.