SORPRESA
El presidente paró, conversó con los trabajadores y un rato más tarde dos funcionarios de Presidencia se acercaron con un obsequito para la parrilla.
Cada viernes, de 12.00 a 13.00 horas, los empleados y directivos de una empresa especializada en restauraciones edilicias realizan un asado de obra con fines de integración y descanso.
En las últimas semanas, trabajan en un sector del Palacio Salvo, por lo que el medio tanque da a Plaza Independencia y el presidente Luis Lacalle Pou suele saludarlos cuando pasa por allí. Incluso alguna vez les dijo que se quedaría a comer.
Pero este viernes, el mandatario dio un paso más. Cuando estaban preparando el fuego, Lacalle Pou pasó por el lugar en camioneta, bajó la ventanilla y le preguntó al asador cuál es su nombre. “Rodrigo”, respondió el joven, y el mandatario le dijo que enlenteciera el fuego porque iba a llegar un regalo.
Pasaron algunos minutos y mientras todos comentaban sobre lo ocurrido, llegaron dos funcionarios de Presidencia de la República que preguntaron por Rodrigo y le entregaron tres bolsas con chorizos enviadas por Lacalle Pou, contó a El País el arquitecto Francisco Collet Lacoste, director de la empresa Modilor, que se encarga de la obra.
“¡Quedamos de lo más impresionados!”, dijo el profesional.
Para registrar el momento, los encargados de la parrilla les pidieron a los funcionarios de Presidencia para tomar fotos del regalo. “Nos queda la ilusión de que en algún momento vaya el presidente, ya que dijo que alguno de estos viernes va a pasar”, agregó Collet Lacoste.
En julio del año pasado, el presidente hizo llegar la carne para el asado y, junto a Nicolás Martínez, su secretario privado, fueron a comer con los trabajadores de una obra que estaba en la calle Ciudadela.