CORONAVIRUS

El avión que despegó en la madrugada de este sábado del aeropuerto de Carrasco con 112 pasajeros australianos y neozelandeses que viajaban en el crucero Greg Mortimer aterrizó sobre las 18 horas —hora uruguaya— en Melbourne (Australia).

El canciller Ernesto Talvi anunció el arribo de la aeronave a través de su cuenta de Twitter: 

John Clifford es uno de los pasajeros que ayer descendió del Greg Mortimer. Entrevistado cuando todavía estaba en el avión por el medio australiano The Age dijo: “Todavía estaríamos en el mar si no fuera por los uruguayos y su actitud muy benevolente hacia nosotros y se les debe agradecer en cualquier manera que pueda decir”.

The Age detalla que dos hospitales de Melbourne fueron acondicionados para recibir a los viajeros, muchos de los cuales ya se sabe tienen coronavirus.

Annaliese van Diemen, jerarca del departamento de salud del estado de Victoria —donde se encuentra la ciudad de Melbourne— dijo al diario Herald Sun que se ha hecho una planificación “significativa” para asegurar que el movimiento tanto de pasajeros como de tripulación proveniente de Uruguay cuente con todas las garantías para su seguridad, al igual que para el resto de la comunidad de Victoria.

Todos los pasajeros serán sometidos a rigurosos exámenes médicos y puestos en cuarentena en hoteles o serán llevados a hospitales, agregó.

Los pasajeros neozelandeses, en tanto, viajarán a su país de origen en vuelos chárter.

Antes de atracar en el puerto de Montevideo el viernes para que estos pasajeros descendieran, el Greg Mortimer había estado fondeado durante días a 20 kilómetros de la costa uruguaya. Durante ese tiempo ocho personas fueron evacuadas del buque y enviadas a diferentes sanatorios de la capital por tener coronavirus. Ayer, tres de esas ocho personas abordaron el vuelo que hoy llegó a Australia.  

En el crucero —que llegó a Montevideo proveniente de Ushuaia, Argentina— quedaron pasajeros de otras nacionalidades y también la tripulación, y allí transcurrirá su cuarentena. Tras eso, los primeros dejarán Uruguay en vuelos comerciales, mientras que los trabajadores se irán de en la propia embarcación.