POR LA OLA DE CONTAGIOS
“Ya desde hace un par de semanas hubo algunas cancelaciones, y lo veíamos como una advertencia de que esto se podía complicar", dijo la presidenta de la Cámara Uruguaya de Turismo.
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No está cuantificado con precisión, pero ya se percibe. La escalada exponencial de casos decovid-19 en todo Uruguay debido a la llegada de la variante ómicron ya empezó a impactar en la caída de las reservas en la costa Atlántica, donde están los dos departamentos del país -Maldonado y Rocha- que concentran la mayor cantidad de infectados en la última semana en relación al tamaño de su población.
Esto no significa -es muy pronto para saberlo- que la temporada turística empiece ya a adoptar un rumbo distinto al esperado por autoridades del gobierno y el propio sector, que confían en una temporada estival revulsiva en la reactivación económica. Pero empezaron a aparecer algunas señales de preocupación.
“Ya desde hace un par de semanas hubo algunas cancelaciones, y lo veíamos como una advertencia de que esto se podía complicar; sabíamos que había que ser muy cautelosos porque la situación podía cambiar en 10 minutos”, dijo e El País la presidenta de la Cámara Uruguaya de Turismo, Marina Cantera.
Y en 10 minutos la cosa cambió. “Es la realidad: estamos teniendo varias cancelaciones” en los distintos lugares de hospedaje, dijo la empresaria. Y se refirió, puntualmente, a los turistas que llegan desde el exterior, ya que “Todos los días hay cancelaciones de las aerolíneas”. Por suerte para el rubro, continuó Cantera, las bajas de las reservas no son algo que se dé aún en forma “masiva” y tampoco ha tenido, hasta el momento, “un impacto muy fuerte, aunque seguramente siga creciendo”.
En el caso de Rocha, se destaca el vaso medio lleno de que, en algunos casos, la necesidad de hacer cuarentenas ha generado que los turistas extiendan su estadía. Sin embargo, la preocupación persiste, sobre todo al pensar en cómo continuará la temporada hacia la segunda mitad de enero en días en que, uno a uno, van rompiendo el récord de contagios diarios.
Delvair Amarilla, presidenta de la Corporación Turística de ese departamento, dijo en ese sentido que el temor es que las reservas “mermen en la segunda quincena” y empiecen a sumarse las “cancelaciones”, que le consta que “ya están habiendo”.
En Maldonado, específicamente en Punta del Este -su principal balneario- la situación es parecida. Alejandro D’Elia, presidente del Centro de Hoteles puntaesteño, apuntó también a la influencia de las cancelaciones de las compañías aéreas, y reconoció que, si bien la temporada por ahora es “buena” -la ocupación hotelera ronda entre el 80% y el 85%-, la escalada de contagios es algo que en el sector no tenían “previsto”.
Javier Sena, presidente de la Cámara Inmobiliaria de Punta del Este, dijo asimismo que la “caída de reservas” se empezó a notar entre el 26 y 27 de diciembre, y que han habido casos en que se “renegociaron” las señas con los propietarios para correr la fecha del alquiler, o que directamente cancelaron las vacaciones.
También en este rubro la temporada es relativamente buena, aunque no tanto como en los hoteles -la ocupación de propietarios es del 90%, pero la de los habitués baja al 60%, aproximadamente-. “Estamos teniendo muchas dificultades, es cierto; tenemos 1.000 contagios diarios, por lo que exhortamos a todos los que vengan a que tomen todas las precauciones”, pidió.
El mensaje del gobierno.
En la conferencia de prensa que encabezó este lunes el presidente Luis Lacalle Pou se hizo al menos dos veces referencia a la importancia de que el turismo tenga una buena temporada, pese a los golpes de la pandemia. “Estamos en ese fino equilibrio que hemos tratado de tener siempre, con el escudo de una muy buena vacunación, ante una variable menos dañina, menos letal, y tratando de tener una temporada lo mejor posible para un sector que venía muy castigado, y que no resistía otro verano sin este rubro principal”, dijo el primer mandatario.