Utilizando maquinaria pesada, funcionarios de la Intendencia Municipal de Canelones (IMC) desarmaron ayer campamentos precarios situados al costado de un túnel de la línea del Ferrocarril Central y a unos 200 metros del centro comercial de Las Piedras.
La aparición del contingente de funcionarios municipales, acompañados por policías de Canelones, no sorprendió a los ocupantes.
Desde hace una semana, empleados de la Unidad de Contralor Urbano de la comuna canaria y agentes policiales concurrieron asiduamente al lugar para instar a las personas a retirarse porque ocupaban espacios públicos.
La Unidad de Contralor Urbano, creada por la intendenta Gabriela Garrido, se integró por funcionarios de las direcciones Gestión Ambiental, Contralor, Conviértete, Desarrollo Humano y Cuadrilla de Obras.
La labor de los trabajadores dio frutos. Los ocupantes sabían que ayer los iban a desalojar de cualquier manera y aquel que se opusiera a la medida corría riesgo de ser denunciando ante la Justicia por incurrir en una falta.
En el enorme predio, por donde pasan las vías del tren, llegaron a convivir 15 carpas. Ayer solo tres estaban ocupadas. Dos de ellas alojaban a dos hombres y en la tercera residían dos mujeres con embarazos de pocos meses.
Los dos hombres le pidieron a los funcionarios de la Intendencia de Canelones que les permitieran retirar algunos objetos que consideraban valiosos y luego estuvieron de acuerdo a que se levantaran sus campamentos.
En tanto que las mujeres —madre e hija—, que cursan embarazos de tres y cuatro meses respectivamente, pidieron para quedarse durante dos días porque un familiar les prometió un lugar donde vivir.
Posteriormente, varias cuadrillas de empleados municipales comenzaron a desarmar las carpas vacías. Sacaron sofás viejos, trozos de madera, nylon, lonas de piscinas, parrillas de camas y todo tipo de ropas y zapatos.
Los objetos fueron colocados dentro de bolsas o tirados directamente a las cajas de dos camiones, las cuales fueron llenadas en poco más de media hora.
Finalmente, las estructuras de hierro o de maderas desparramadas por el suelo del enorme descampado, fueron levantadas por una máquina retroexcavadora y depositadas encima de la caja de un camión.
En tanto, funcionarios de la Unidad de Contralor Urbano informaron a las personas que viven en calle que tenían la posibilidad de ir a un refugio ubicado en Las Piedras.
"El problema es que los refugios están llenos", dijo uno de los ocupantes a los trabajadores de la intendencia.

La trabajador municipal respondió, en su lugar, que sí podían acceder a un centro diurno.
Mientras observaba las tareas de limpieza de la vereda, una agente de la Policía Comunitaria de Las Piedras informó a su superior que trató de llevar un registro de las personas que estaban viviendo en calle, pero que no logró terminarlo.
La uniformada alcanzó a relevar a 100 personas, pero el número siguió creciendo. "Vienen muchas personas corridas de Montevideo. Es difícil cuantificarlos porque, además, se mueven todo el tiempo", explicó la agente.
Según señaló la funcionaria policial, la gran mayoría de las personas que viven en carpas precarias o en los campamentos tienen antecedentes penales y sufren problemas de adicciones a las drogas.

El operativo.
Ayer fue el primer día del operativo planificado por la Intendencia de Canelones para retirar pertenencias de personas que viven en la calle en la ciudad de Las Piedras. El operativo durará 10 días, según dijo la intendenta Garrido.
A las 10:30 horas de ayer, la comitiva de la comuna canaria se detuvo frente a dos hombres que dormían en colchones en la esquina de Francisco Soca y Garibaldi.
Los funcionarios municipales les informaron que no podían dormir en la calle y los instaron a ir a un refugio. Uno de ellos se quejó de la cantidad de trámites que debía hacer para sacar el permiso de cuidacoches. El inspector le explicó dónde debía ir y le dio un contacto en la intendencia para que la persona pudiera realizar el trámite.
La otra persona escuchó la lista de actividades que podía hacer en el refugio y dijo que concurriría al lugar porque "le gustaba leer".
A unos 50 metros de la calle principal de Las Piedras, un cuidacoches instaló una carpa de tres por dos metros, que ocupaba una gran parte de la vereda.
"Le dicen el jefe", comentó un policía. "No quiere salir de acá porque varios comerciantes le dan comida a cambio de que no les roben", agregó.
Los funcionarios municipales elaboraron un acta. Durante más de 20 minutos estuvieron desarmando la carpa y cargando los objetos más variopintos que el cuidacoche había guardado allí.
En la avenida "Dr. Enrique Pouey", otra persona en situación de calle armó una carpa. Le ofrecieron ir a un refugio y lo rechazó. Y agregó: "El único lugar donde me ayudaron fue en una institución de beneficencia ubicada en Juanicó. El único que me saca de esta vida soy yo".
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