La calzada de la avenida 21 de Setiembre, entre Sarmiento y Bulevar Artigas, está cerrada desde el 1° de junio por obras viales de la Intendencia de Montevideo (IMM). Es un tramo de apenas tres cuadras, que para recorrerlo basta dar 274 pasos.
Pero allí se concentra una gran cantidad de comercios: una heladería, una pizzería, dos estaciones de servicio, una casa de equipamiento digital. También un puesto de comida armenia, una almacén, dos farmacias, un local de cobranzas, una veterinaria y un centro de pilates. A su vez, una peluquería, una fábrica de pasta, una pinturería, una panadería, una frutería, una bicicletería, una policlínica, consultorios médicos y un centro estético.
Por ello, los planes de la comuna -que solo permiten un pasaje acotado de vehículos fuera del horario de trabajo e implican la supresión temporaria de dos paradas de ómnibus- trastocaron la vida comercial en la zona.
En una primera etapa, la IMM hará un recapado asfáltico y entiende que, cuando termine, en aproximadamente dos meses, “inmediatamente” se notarán las mejoras. La secretaria general del gobierno capitalino, Olga Otegui, explicó a El País los detalles de la obra, enmarcada en el Proyecto de Tránsito Adaptativo, que prevé unas 80 intervenciones en 10 áreas de la ciudad donde suelen generarse embotellamientos. (Ver recuadro)
Sin embargo, en el presente, la preocupación inmediata de los comerciantes es la pérdida de ingresos que colateralmente se está generando.
Este martes, mientras nueve trabajadores de la construcción se concentraban en tan solo una de las aberturas hechas sobre la calle, varios vendedores coincidieron en que mermaron las ventas en los primeros 13 días del cierre de la calzada.
Para algunos la afectación ha sido mayor que para otros. En la estación de servicio Disa, ubicada en la esquina de 21 de Setiembre y Carlos Berg, le adelantaron la licencia con goce de sueldo a dos tercios de los pisteros, que en total son seis. Los dos que siguen trabajando pasaron de recolectar $ 500 diarios de propina a menos de una quinta parte de este monto.
“La situación es horrible. No vendemos y algunos productos frescos se vencen. No entran autos; ayer de noche vendieron 60 litros de nafta, unos $ 4.000”, señaló a El País Romina Lens, la cajera del minimercado de esta estación.
El dueño del restaurante armenio Gyros, que se instaló allí hace tres años, aseguró que se ha visto “bastante afectado” por el cierre de la calzada, particularmente al mediodía. Y estimó que las ventas bajaron entre 20% y 30% desde que comenzaron las obras.
Otros comerciantes se vieron menos perjudicados. Mientras tres clientes esperaban a ser atendidos, Sergio Kodjayan, el encargado de la panadería 21 de Setiembre, contó que siguen “trabajando bien”, aunque perdieron parte de la clientela por la suspensión de la parada de ómnibus afuera del local, que hacía que algunos pasajeros compraran de pasada sus productos.
En tanto, Javier Vila, el dueño de la fábrica de pastas Dei Vila, indicó que todavía no saben si comercialmente los afectó la obra porque no ha pasado suficiente tiempo como para hacer estimaciones.
Lo que sí comparten todos los comerciantes consultados, sin excepción, es la incertidumbre sobre la duración y el propósito de las obras.
Un día antes de que comenzaran a levantar el pavimento, trabajadores de la empresa Grinor les acercaron un papel donde se leía el siguiente mensaje: “Buenos días, por este medio informamos que la empresa constructora Grinor S.A. comienza el primer tramo de las obras para IMM sobre la calle 21 de Setiembre. (...) Por cualquier duda o consulta dirigirse a las oficinas ubicadas en el parque Villa Biarritz sobre Ellauri y Vázquez Ledesma”.
Ante la consulta de El País, los vecinos no tenían claro cuánto durarían los obras. Hubo quienes estimaron que el cierre duraría un mes o un mes y medio, y otros que se extendería por dos o tres. Toda esta información surgió en conversaciones informales que mantuvieron con el personal que trabaja en la obra, aseguraron. Y agregaron que no hubo un contacto institucional, sino que tan solo recibieron la esquela de la empresa constructora.
Otegui aseguró que han estado en contacto permanente con los vecinos y comerciantes afectados, a quienes se les comunicó con claridad los pasos que se darían. “Todo lo que se resolvió, se resolvió en el marco de mucho, pero mucho diálogo. Se conversó con una cantidad de vecinos y comerciantes de la zona, que quedaron en conocimiento de cuáles van a ser las intervenciones. Todo lo que se resolvió fue junto a los vecinos y fue de recibo”, afirmó la secretaria general.
No obstante, de comercio en comercio persistían las dudas durante la recorrida de El País.
“Me llegó el rumor de que la calle va a perder los espacios para estacionar y eso sí nos perjudicaría”, comentó Kodjayan, de la panadería 21 de Setiembre, que también mencionó una posible repavimentación, que en tal caso podría solucionar “el problema de que cuando llueve a cántaros, la calle se inunda”.
Otro comerciante de la zona, que prefirió no ser identificado, se mostró escéptico ante el plazo de finalización de las obras anunciado por la IMM. Sobre todo, por el ritmo de trabajo llevado adelante en las dos primeras semanas. Si bien el jueves 1° de junio hubo un “despliegue bárbaro” de maquinaria y personal, dijo, en los tres días siguientes no hubo avances.
“Ya ves el movimiento que hay, está quieto. El fin está buenísimo. Lo que mata es el ritmo y el daño comercial que eso provoca”, comentó.
En la tarde del martes, decenas de transeúntes pasaban por la avenida como si fuese una peatonal. De los siete puntos donde el pavimento ya se había levantado, todo el personal estaba concentrado en el más grande: el del cruce de 21 de Setiembre con Prudencio Vázquez y Vega. Desde una retroexcavadora levantaban material de la calzada, mientras otros operadores taladraban, rastrillaban y levantaban los escombros.
Otegui se mostró confiada en que podrán cumplir con el cronograma fijado, por más que en cualquier obra puedan surgir imprevistos, y señaló que el ritmo de trabajo es adecuado. “No tenemos dudas de que se está trabajando con celeridad. Tenemos experiencia en esto, hemos hecho un sinfín de obras del estilo. Una vez que levantamos la capa asfáltica podemos encontrarnos con situaciones que no siempre se ven y pueden generar alteraciones en el cronograma. Queremos que se dé con la mayor celeridad, por supuesto que sí, porque estos impactos nos afectan a todos”.
“De inmediato” solucionan percances
Otegui, la secretaria general, aseguró que la IMM está atenta a los planteos de los vecinos. Por ejemplo, cuando advirtió que el acceso a una de las estaciones de servicio quedaba bloqueado -ya que la otra vía para ingresar era una calle flechada- habilitó la circulación en ambos sentidos y la dio a conocer, para que el negocio se viera menos perjudicado.
“La planificación es en los escritorios. Pero una vez que se lleva adelante, la Dirección de Obras siempre está presente. Porque a veces hay que hacer ajustes en el momento, hora a hora. Los vecinos tienen que tener la tranquilidad de que ante una dificultad, de inmediato la solucionamos”, expresó.
La ingeniera recordó que inicialmente, la IMM había previsto flechar un tramo de 21 de Setiembre hacia la rambla para descongestionar el tránsito. Sin embargo, como los comerciantes habían reclamado cómo impactaría en las ventas esta decisión, la administración dio marcha atrás y diseñó un nuevo plan. Desde entonces se ha estado en contacto con los vecinos y vendedores, según Otegui.
¿Qué otras intervenciones se harán en esta avenida capitalina? Después de terminar el recapado asfáltico en este tramo de 21 de Setiembre, se aplicará el mismo procedimiento en dos trechos más: primero entre la avenida Sarmiento y José Ellauri, y luego entre Ellauri y la rambla.
Además, en una etapa posterior se prohibirá el estacionamiento en determinados tramos horarios, como ya ocurre -por ejemplo- en la avenida Millán. En la zona también habrá “cambios en cuanto al flechamiento de las calles”, se colocarán nuevos semáforos, se eliminarán dos giros y se creará un eje de carga. “Todas las intervenciones apuntan a dar fluidez en el tránsito”, señaló Otegui.