¿Cómo son los hogares uruguayos? Esta es una de las preguntas que responde el Censo 2023, al dar detalles sobre cuántas personas viven en cada vivienda —donde se confirmó el aumento de las personas que viven solas—, qué energía utilizan para calefaccionarse y para cocinar, el número de mascotas que tienen —solo cuentan perros y gatos—, y la relación que tienen con el inmueble donde residen (es decir, si son dueños, alquilan, ocupan, usufructúan o viven en cooperativa).

Uno de los datos que se destacó del censo es que el 29,2% de los hogares son unipersonales, es decir, personas que viven solas. Un fenómeno que creció desde 2011, año en el que era el 23,3%, cuando se realizó el relevamiento anterior. También es una situación que se vive en otras partes del mundo, dado que en España, por ejemplo, se registró un porcentaje similar (28%) en su último censo (del que se divulgaron datos preliminares en enero).

El resto de la población uruguaya, en cambio, vivía en compañía de más personas al momento del relevamiento. No obstante, sus situaciones se pueden dividir en categorías de lo más disímiles.

Un 24,9% reportó que vivía en pareja con sus hijos —que puede ser de uno o de ambos adultos— en el último censo, lo que significó una reducción en comparación a 2011, cuando era el 31,5% de los hogares. Por otra parte, se mantuvo estable la proporción de viviendas con parejas sin hijos, dado que en 2023 era el 17% y en 2011 había sido el 16,7%.

Otra categoría es el hogar extendido, que quiere decir que se convive con otros parientes (más allá de la posibilidad de que haya o no un cónyuge o hijos). Este es otro valor que se mantuvo casi estable: 13,4% en 2023 y 12,2% en 2011.

Por otra parte, la cantidad de viviendas monoparentales, que es cuando está el jefe o jefa de hogar con sus hijos, subió levemente en el periodo intercensal: se registró un 12,5% y antes era 11,1%.

Por último, un 2,6% vivía en lo que se cataloga como un hogar compuesto, que significa que hay personas que viven en la vivienda que no son parientes del jefe o jefa de hogar (más allá de que haya cónyuge o hijos). Desde el último censo se redujo la proporción de viviendas en esa situación dado que era el 5,3% en 2011.

En 2023 se reportó que no hay datos de un 0,4% de las viviendas.

Otra de las cualidades que relevó el INE es cuál era el vínculo que tenían las personas con la vivienda en la que vivían. De los censados, más de la mitad (57,3%) declaró que es propietario del inmueble donde reside, cifra que se mantuvo estable desde 2011, cuando era el 58,4%.

Lo que sí subió es la proporción de personas que alquila o es arrendataria del 20,8% en 2011 a 25,5% en 2023. Por otra parte, hubo una caída en la cantidad de hogares en situación de usufructuario u ocupante —que puede ser por relación de dependencia en un trabajo, una vivienda que da el BPS, vivir sin permiso de los propietarios, entre otros—, dado que en 2023 era el 11,7% mientras que en 2011 era el 18,3%.

Otra modalidad de vínculo con la vivienda era ser integrante de una cooperativa, proporción de los hogares que se duplicó de un censo al otro (5,2% en 2023 versus 2,7% en 2011).

Para este punto también se reportó que no hay datos de un 0,4% de las viviendas en 2023.

Otra cualidad de las viviendas que se relevó es la cantidad de hogares con mascotas, en específico de perros y gatos. La mayor parte (67,2%) tenía animales de compañía: el 22,7% de los hogares tenía perros y gatos; el 36,5% solo perros y el 8% gatos. Por otra parte, el 32,2% no tenía ninguna y de un 0,4% no hay datos.

En el censo se relevó la cantidad de viviendas en Uruguay: se encontraron 1.659.048 inmuebles, de los cuales 1.336.073 estaban ocupados y 322.975 desocupados.

A lo largo de los años, el número de viviendas creció de una manera mucho más grande que la población. Una de las explicaciones detrás del fenómeno es que cambió la cantidad de personas por hogar. En 1908 eran casi seis personas por vivienda, y en 2023 la cantidad disminuyó a 2,5 personas. Un dato que va en la misma línea es la cantidad de habitantes que viven en hogares unipersonales: el 29% de la población vivía sola al momento del relevamiento.

En la presentación de datos del martes, la historiadora y subsecretaria de Educación y Cultura, Ana Ribeiro, explicó que el fenómeno se explica en que está la “libertad personal de decidir sobre tu vida y con quién y cómo vivir”, en comparación a lo que sucedía en otro momento. En ese sentido, señaló que “los demógrafos hablan de infertilidad social, ya no (de) infertilidad biológica”, y que es un fenómeno de “soledades sociales” por “decisión”.

El INE divulgó datos vinculados al “confort” de los uruguayos. Dentro de esa categoría, se encontró que el 50,1% de los hogares tenía automóvil o camioneta en 2023 y el 28,3% moto. Después se relevó el 77,9% tenía acceso a internet, el 58,3% computadora, laptop o tablet, y el 42,7% servicio de streaming.

Dos puntos de “confort” tuvieron amplia cobertura en los hogares: en el 93,4% había calefón, termofón o similar, y en el 95,9% refrigerador o freezer.

¿Cuáles eran las fuentes de energía que utilizaban los residentes en Uruguay para cocinar al momento del censo? Por lejos, el supergás: 77% de los hogares lo declaró como el principal medio. Le siguieron la electricidad con el 17,7% y el gas de cañería con 2,9%. Ya en proporciones menores se posicionaron las categorías: leña o carbón con 0,8%, ninguna 0,3%, otra 0,1%, y de un 0,4% no hay dato.

Por otra parte, se informó cuál era la principal fuente para calefaccionar los ambientes. Dos métodos quedaron casi cabeza a cabeza: leña o derivados con el 34,2% y electricidad con 32,2%. Los otros mecanismos tuvieron un menor nivel de preferencia: el supergás (18,6%), el gas por cañería (1,5%) y el queroseno (0,4%). Al mismo tiempo, hubo un 11,6% de los hogares que declaró que no utilizaba ninguno de los métodos.