Redacción El País
La ciclovía en la Avenida 18 de Julio sigue generando críticas, aunque también elogios desde la Intendencia de Montevideo (IMM) que promueve el proyecto. Con respecto a la probabilidad de accidentes, otro elemento en cuestión es la colocación de separadores o conos a los extremos de los carriles.
En Buenos Aires se hizo viral un video de un auto que “mordió” un separador como el que se colocó en la ciclovía de la principal avenida de la ciudad. Arturo Borges, director del Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV), dijo a El País que si un auto “muerde” estos conos “se puede cambiar de senda totalmente a contramano, como con la cordoneta amarilla que hay en la Rambla”. “Hubo muchos accidentes con esa cordoneta por autos que al morderla pierden el control del volante”, recordó.
“Acá puede pasar con esto, cuando quede a la vista. Uno no puede hacer futurología, pero ya ponerte en el cordón de la vereda o caminando hay un riesgo en el tránsito. Alguien que no esté bien experimentado puede correr un riesgo”, añadió.
Borges contó a El País que hoy cuando volvía del trabajo se sorprendió por algunas cosas que vio de cómo los usuarios están utilizando la ciclovía. “Vi a dos personas en bicicleta juntas (una al lado de la otra en la misma dirección) y del otro lado venía otro. Se tuvieron que abrir porque no entraban tres ciclistas. Me gustaría saber cómo van a hacer para no salir de la ciclovía”, aseguró.
Además, el experto en seguridad vial hizo una recomendación: “Yo no le diría a ningún ciclista que ahí adentro va a estar más seguro que como andan ahora, cuidándose de los ómnibus. El que crea que ahí adentro está más seguro se va a distraer, donde saque un brazo para el costado o pedaleé mal y salga de la línea lo cepilla un ómnibus seguro”.
“La exposición al riesgo no tiene ninguna diferencia a la que tiene hoy, que pasan por al lado de los ómnibus, pero se cuidan. El tema es que donde bajen la guardia hay que advertir que deben estar más atentos que antes”, reflexionó.
Por otro lado, Borges cree que a la ciclovía “van a subir monopatines, bicicletas eléctricas, motos eléctricas”. “Hoy vi peatones que llegaron hasta la mitad de 18 de Julio y se paran ahí. Entonces el ciclista tiene peatones esperando la verde para cruzar”, relató.
Borges consideró que “todo tiene que ser parte de un plan integral, de un programa que se pueda advertir, comunicar y educar”. “Es un cambio muy fuerte. Ojalá no pase nada, pero viendo cómo vi hoy a los ciclistas no sé si estarían tan seguros. El ómnibus pasa a un metro y donde un ciclista pierda estabilidad al lado de otro puede chocar”, advirtió.