Tras el COVID-19, ¿cuáles pasaron a ser los principales problemas para los uruguayos?

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Personas con tapabocas realizando compras en Paso Molino. Foto: Leonardo Mainé
Gente usando tapabocas, o mascarilla, de compras en locales comerciales sobre Av. Agraciada en el barrio Paso Molino en plena pandemia de coronavirus Covid19 en el pais, en la ciudad de Montevideo, ND 20210422, foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine/Archivo El Pais

OPINIÓN PÚBLICA

El clima de preocupaciones pos-pandemia instala la duda sobre cuáles serán los principales frentes que deberá atender el gobierno.

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Cuando Uruguay surfeaba la gran ola del COVID-19 durante el segundo trimestre del año, cuando los muertos diarios a causa de esta infección llenaban un ómnibus, casi un tercio de la opinión pública consideraba al coronavirus como el principal problema del país. Pero acorde la pandemia se fue controlando, la sociedad volvió a posicionar a la delincuencia y las preocupaciones económicas a la cabeza de las dificultades locales.

“Salvo que la nueva variante (Ómicron) genere un cambio en la marcha epidemiológica, todo hace pensar que el coronavirus como problema del país camine hacia la extinción y, como contracara, suben todas las otras preocupaciones: la corrupción, la delincuencia, los problemas económicos y la educación que llega a su techo de menciones con respecto a los dos últimos años”, señala el sociólogo Rafael Porzecanski, director de opinión pública de la consultora Opción.

Porque la última encuesta de esta consultora, a cuyos resultados accedió El País en exclusiva, muestran que en noviembre menos de uno de cada diez uruguayos consideraba al coronavirus como el principal problema. En cambio, casi la mitad (47%) posiciona en lo más alto de las preocupaciones a la marcha económica, algo más de la quinta parte (22%) entiende que el principal problema es la delincuencia y el 14% coloca a la educación a la cabeza.

El clima de preocupaciones pos-pandemia instala la duda sobre cuáles serán los principales frentes que deberá atender el gobierno. Porque en 2019, cuando la coalición resultó triunfadora en las elecciones presidenciales, siete de cada diez uruguayos rechazaba el desempeño en seguridad, y este era uno de los puntos en los que más hacían hincapié los distintos miembros de la coalición.

En este sentido, aclara el sociólogo Porzecanski, “es difícil saber qué motiva el reciente aumento de la preocupación, otra vez, por los temas de seguridad: por fuera del asunto sanitario, hay un empeoramiento de los indicadores de delincuencia y la gestión del ministro del Interior (Luis Alberto) Heber viene teniendo más cuestionamientos que la administración del fallecido Jorge Larrañaga”.

Porzecanski se refiere a que en un solo fin de semana de noviembre hubo ocho homicidios, a que este año hubo récord de muertos en cárceles y a los casos de violencia de género.

La encuesta de Opción -realizada por teléfono a 800 entrevistados- fue previo al asesinato de Lucas Zanolli y al incendio en el exComcar, por lo cual cualquier posible efecto de estos eventos en la opinión pública quedaron por fuera de la medición.

Entre quienes en octubre de 2019 votaron al Frente Amplio, en cambio, el desempleo y la pobreza figuran en lo más alto del podio de las preocupaciones. Mientras para el 17% de los votantes de la izquierda la pobreza es el principal problema del país, eso descendente al 6% entre los votantes del gobierno.

“La pobreza es una preocupación que es más frecuente en los sectores socioeconómicos altos. No es que a los pobres les importa más la pobreza, sino que le preocupa sobre todo a quien levanta cabeza y tiene una visión más asociada a la igualdad o desigualdad en el conjunto de una sociedad”, analiza el sociólogo.

Los resultados de la Encuesta Continua de Hogares del primer semestre de 2021 indican un descenso en el porcentaje de personas que viven por debajo de la línea de pobreza: se pasó del 11,6% al 10,2%. Eso significa, medido por el nivel de ingresos, que la cantidad de personas pobres en el país serían menos que el año anterior, aunque más que en la época prepandemia.

Esta marcha de los indicadores, explica Porzecanski, podría incidir en la opinión pública del electorado más informado. “Pero un electorado opositor suele ser más resistente a las noticias que le son favorable al gobierno. Para los frenteamplistas, por ejemplo, estamos bastante peor en la economía que para los multicolores. Ese sesgo existe”.

Las camisetas políticas parecen perder fuerza a la hora de juzgar la educación. Allí cerca de la séptima parte de los oficialistas y opositores coinciden en que el estado de la enseñanza es el principal problema, lo que ubica a esta preocupación en el tercer lugar del ranking.

Tampoco hay diferencias significativas entre quienes observan el principal problema en la corrupción (cerca del 10% del electorado) o entre quienes están preocupados por el costo del Estado (un 5%).

Porzecanski concluye: “La delincuencia y la preocupación económica lucen como los dos grandes desafíos de gestión que va a tener el gobierno. En términos electorales, las preocupaciones económicas son incluso más importantes que la seguridad”.

Sucedió en el último gobierno de Tabaré Vázquez: “solo un tercio de los frenteamplistas decía que la gestión en seguridad era buena o muy buena, sin embargo, esos frenteamplistas votaron luego al Frente Amplio. En algún punto disculpaban la gestión de seguridad, pero era más raro que perdonasen las preocupaciones económicas”, concluyó el experto de la consultora Opción.

Ficha técnica

Encuesta a teléfonos celulares de 800 personas mayores de 18 años residentes en el territorio nacional. Muestreo aleatorio simple. En el caso de las proporciones de las variables de interés de este informe, el margen de error máximo es de +/-4.1% para un nivel de confianza del 95% y se calcula teniendo en cuenta el diseño muestral y la metodología de ponderación implementada. Fecha de realización: 29/10 al 8/11.

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