Descenso del crucero Greg Mortimer pone punto final a la pesadilla de la tripulación

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Tripulantes del Greg Mortimer son evacuados hoy hacia dos hoteles mediante corredores humanitarios. Foto: Francisco Flores

EVACUACIÓN

Los tripulantes del crucero Greg Mortimer, los positivos al test de COVID-19 como los negativos, descenderán hoy del buque y serán trasladados a dos hoteles de Montevideo.

En pocos segundos los timbres de los teléfonos se apoderaron del silencio dentro del crucero Greg Mortimer y se convirtieron en el sonido predominante en el barco varado frente a Montevideo.

Cuando los tripulantes levantaban sus tubos, iban escuchado una suerte de despertador que los iba a levantar de la pesadilla que venían sufriendo desde hace más de un mes.

Ese despertador era la voz de otro compañero con las palabras que más necesitaban escuchar: “Nos bajamos del crucero”. Después de un mes de permanecer encerrados en sus camarotes, los tripulantes del crucero Greg Mortimer se enteraron que el gran barco donde estaban aislados iba a prender sus motores para atracar finalmente en el puerto y poder descender para ir a un hotel.

“Empezamos a llamarnos de cabina a cabina para correr la noticia. Había muchos que gritaban de emoción, otros que lloraban y fue algo muy bonito”, cuenta a El País Javier Alvarado, uno de los tripulantes del Greg Mortimer.

El Greg Mortimer este lunes en el puerto de Montevideo. Foto: Francisco Flores
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“Nos cambió lo feo que sentíamos, el miedo y nos pusimos mejor, más alegres”, agrega mientras espera en su cabina ansioso para bajar de ese buque que se volvió “una pesadilla”. “Todos queremos ir a ver a nuestras familias”, agrega.

El Greg Mortimer este lunes en el puerto de Montevideo. Foto: Francisco Flores
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Con voz calma Alvarado -hondureño y de 30 años- dice que “gracias a Dios todo terminó”, pero no esconde su alegría al repetir que está feliz, que espera ansioso por bajar y salir de ese barco en donde el coronavirus corre “hasta por los ductos del aire”. Fue precisamente ese virus el que llevó a que se decretara una alerta de emergencia en el buque, luego de que el médico del crucero detectara el primer posible caso de COVID-19. En ese momento el ánimo de pasajeros y tripulantes cambió por completo.

“La mente de uno entró en pánico y ahí empezó el caos, un caos terrible, y desde ahí llegó el temor, el miedo, el nerviosismo empezamos a vivir la pesadilla de que algo horrible nos pasara”, cuenta. Pero ese mal sueño que vivieron durante más de treinta días hoy llegó a su fin y Alvarado agradece a Uruguay por eso.

“Es un gran país con un corazón inmenso, con gente verdaderamente maravillosa. Los llevamos en el corazón y no hay palabras para agradecerles y sé que Dios los está bendiciendo por todo lo que están haciendo”, dice, feliz.

Una de las personas que estuvo en contacto telefónico dentro de ese hospital flotante con Alvarado fue Mauricio Usme, el médico colombiano a cargo de la salud en el crucero.

“Aquí la gente se estaba deprimiendo, gente decía que se iba a tirar al agua. Si no se hacía algo iba a haber un desastre, un amotinamiento o algo peor”, narra desde uno de los camarotes del Greg Mortimer.

“Siempre he trabajado en emergencias y ahí tú tienes mucho contacto con tragedias y te tienes que volver un poco psicólogo para ti mismo, para el paciente y su familia”, dice sobre su experiencia de escuchar al resto de los tripulantes desesperados por estar encerrados en un barco contaminado con coronavirus.

Usme explica que los tripulantes se fueron haciendo amigos y que el apoyo emocional se dio con la forma de una cadena de favores.

“Todos somos como una familia, entonces cuando alguien te llama y notas que ya no es la persona que tú conoces y que se está quebrando, me toca ayudarlo. Al otro día él me ayuda a mí”, explica Usme sobre el apoyo de unos con los otros. El médico colombiano explica que el vínculo entre los tripulantes del crucero “se volvió una relación de confraternidad donde todos nos dábamos la mano, el pilar fundamental fue la oración y la fe”.

Detalles del desembarco del crucero

Según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, el procedimiento de descenso se hará hoy con “garantías sanitarias tanto para ellos y para la población”. A las 11 llegarán dos ómnibus, ambulancias y escolta policial. A las 12 un grupo (los que no tienen COVID-19) se dirigirá al Hotel Regency Golf Hotel Urban. A las 13 bajará el segundo grupo y se alojará en el Regency Way Hotel.

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