Por Pamela Díaz
"Olor insoportable a pescado en mal estado”, “humo tóxico que se filtra en las casas”, “dueño de comercio cría conejos, cuis y un cerdo en el fondo de un supermercado”, son algunas de las 946 denuncias que recibió el Ministerio de Ambiente en 2022. Los reclamos, que se extienden a lo largo de todo el país, tuvieron un leve crecimiento de 2,6% frente al año anterior.
Las denuncias que recibe la cartera de Ambiente son de lo más variadas. Un gran número refiere a olores o posible contaminación del aire. También hay vinculadas a la venta de animales, diferentes impactos por construcciones, ruidos molestos, quejas por talleres o fábricas en zonas residenciales, entre muchísimas otras cosas.
La cantidad de reclamos viene en aumento desde que se creó el Ministerio de Ambiente. En su primer año, 2020, recibió 892 denuncias. La cifra se elevó a 922 al año siguiente y a 946 en 2022. Parte de las denuncias son derivadas a las intendencias correspondientes. Así lo hizo la cartera con 226 en 2020, 228 en 2021 y 396 en 2022, de acuerdo con datos brindados por la cartera en respuesta a un pedido de acceso a la información pública que realizó El País.
La mayor parte de las denuncias se dieron en Canelones y Montevideo. El año pasado los canarios realizaron 231 reclamos (24,4% del total) y los montevideanos 211 (22,3%). Le siguieron los fernandinos con 124 (13,1%), los rochenses con 60 (6,3%) y los colonienses con 47 (5%). Ya con un número menor se ubican San José con 42 denuncias (4,4%), Paysandú con 38 (4%), Florida con 32 (3,4%), Lavalleja con 29 (3,1%).
Y al final de la lista se encuentran Durazno con 24 (2,5%), Treinta y Tres con 22 (2,3%), Salto con 21 (2,2%), Tacuarembó con 20 (2,1%), Soriano con 14 (1,5%) y Río Negro con 9 (1%). Por último se posicionaron Rivera y Cerro Largo -cada uno con 7 reclamos (0,7%)-, Artigas con 6 (0,6%) y Flores que solo tuvo una denuncia en todo el año (0,1%).
Hay varias denuncias vinculadas a la contaminación del aire. En Sauce, Canelones, una persona reclamó por la “cría de cerdos con comida en descomposición que genera olor”. Otro individuo en Montevideo acusó “olores y gases tóxicos provenientes de un taller de templado de hierro clandestino”. También en la capital hubo un reclamo por “humo negro que proviene de (un) laboratorio que obliga a estar con las ventanas cerradas”.
Hay otras que están vinculadas a la convivencia en comunidad. Un denunciante en Tacuarembó, por ejemplo, se queja de que su “vecina barre periódicamente para la vereda del vecino residuos varios”. En Montevideo, otra persona denunció que un “vecino realiza sus necesidades fisiológicas en un balde y después lo vuelca a la vía pública, provocando un olor nauseabundo”.
Por otra parte, en Canelones una persona denuncia que su vecino lindero “sistemáticamente” desde 2010 “quema basura en el parrillero”. En ese sentido, indica que el “humo tóxico” que se genera “ingresa totalmente” a su casa “una vez por semana”.
También hay varias vinculadas a la venta o tenencia de animales. En Toledo, Canelones se denunció que alguien comercializaba crías de nutria para mascotas y la existencia de un afiche donde se ofrecen erizos. A su vez, desde la capital se advirtió a la cartera por la venta de hurones. Y Treinta y Tres no fue la excepción: se denunció la venta ilegal de carpincho a través de una página de Facebook.
En relación a la comercialización de aves, en diferentes partes del país se reclama por la tenencia y venta ilegal de lechuza de campanario. También de cotorras en jaulas, aves reina mora, cardenal amarillo y de copete rojo, y loros.
En San José, Rocha, Canelones y Montevideo se alertó a la cartera por la venta de tortugas. En la capital, en concreto en La Blanqueada, una persona dice que hay dos “muchachos” comercializándolas “al rayo del sol y con 30 y pico de grados”.
Se debe tener en cuenta que en algunos casos aparecen denuncias iguales, lo que puede tratarse de denuncias realizadas por una misma persona más de una vez. Hay al menos 15 reclamos vinculados a una construcción de una cancha de fútbol sobre la franja costera en La Aguada, Rocha. Una de las acusaciones es que se “rompieron médanos y vegetación costera” para realizarla; pero hay varias que repiten el mismo texto idéntico.
Una de las denuncias que aparece en Paysandú, más en específico en Guichón, es por la contaminación del arroyo Santana con “glifosato, insecticida, hierro y arsénico”. En 2022 el Ministerio de Ambiente sancionó a la empresa UPM por el daño a través de agroquímicos utilizados en un vivero. En una resolución de octubre indica que “solo dos de los productos” que usan estaban registrados para esa actividad. En ese sentido, se lo intimó a “cesar en forma inmediata y definitiva el uso de agroquímicos que no cuenten con el registro habilitante”.
Por otra parte, hay varias denuncias vinculadas a la construcción del Ferrocarril Central desde que se creó el Ministerio de Ambiente. En febrero, una persona acusó en Durazno la tala de un monte indígena en el río Yi y “relleno de balasto”. Meses después, en Florida, un denunciante comunicó que la “construcción de pluviales no alcanza para evacuar el agua de lluvia y peligra por inundaciones”.
También hubo una en Canelones, más en concreto en noviembre. A raíz de las obras, denunció la persona, “se desvió el tránsito por calles laterales no adecuadas para tránsito pesado”. La “mayoría son de balasto y es un grave problema la cantidad de polvo que hay en el aire. Esta situación genera a los vecinos que tenemos algún problema respiratorio estar siempre con dichos problemas”, indica la denuncia.
Hay incontables reclamos que están vinculadas a la falta de saneamiento. En Maldonado, por ejemplo, una persona denunció el “vertido de pozos negros en vía pública”. Algo similar se reclamó desde Ciudad de la Costa, Canelones: los desechos van “mediante un caño a la cuneta desde hace muchos meses”. Y añade que “se habló con el vecino pero respondió que es común hacerlo y no pensaba sacarlo”.
Otro denunciante dice que su “vecina, que tiene muchos animales, realizó (una) perforación en un muro de su casa para drenar los desechos de sus mascotas”.
Por otra parte, están quienes denunciaron la tala de montes nativos en varias zonas del país. En ese sentido, también hay varios reclamos vinculados a la faja de defensa de costa, ya sean construcciones -actuales o futuras-, la presencia de vehículos, plantación de vegetación, la “apertura de camino para pasar una lancha”, la instalación de una piscina, entre otros.
“Vecino toca instrumentos todo el día a alto volumen”
Sucedió en Belvedere, Montevideo. Un vecino denunció a otro, según consta, por “tocar instrumentos todo el día a alto volumen”. Pero no es el único que se queja por ruidos molestos. También en la capital alguien realizó un reclamo ante el ministerio porque otra persona que vive cerca utiliza la batería. Hay una decena en el mismo sentido. Otro individuo indicó que el “ruido por música altísima y los gritos de los docentes hacen imposible las tareas diurnas”. Y otro marcó que siente “ruidos los fines de semana y feriados a causa de que salta la alarma y está sonando dos horas”.
En Las Piedras, Canelones, por otra parte, una persona contó que sufre “ruidos molestos por construcciones irregulares en el predio “en la madrugada y “olor por quema de cables en la noche”. También vinculado a obras, en Chihuahua, Maldonado, una persona denuncia la utilización de “pala sin silenciador que genera un ruido insoportable para los vecinos”.
En la capital, alguien reclamó que “se escucha un ruido constante y a toda hora, como un zumbido agudo de muy alto volumen y en toda la manzana”. Por la localidad canaria Marindia una persona denunció que “continuamente andan chicos de 14 y 15 años en moto sin caños haciendo ruidos”.
(Procesamiento de datos: Faustina Bartaburu)