Redacción el País
Parece como si fuera ayer el día que Milagros Costabel, una joven ciega oriunda de Colonia, publicaba emocionada en las redes el momento en el que la Universidad de Harvard (EE.UU.) le notificaba que había sido seleccionada para estudiar allí. A menos de un año de finalizar su carrera, la joven ha compartido sus aventuras por todo el mundo, acompañada de su fiel compañero, un perro guía llamado Indio.

La joven contó este martes que días atrás estaba sola con Indio en Viena, "más perdidos que otra cosa" y recordó "por qué es el mejor compañero de vida" para ella.

"Indio ha trabajado en 8 países y se ha subido a 29 aviones. Ha andado en barco, tren, subte, bus...nada le parece mal. En Praga usamos transporte público, bastante nuevo para nosotros, pero subimos al tren y él me lleva a un asiento vacío, como si lo hubiese hecho toda la vida", narró Milagros en su cuenta de la red social X.

"Indio sabe que casa es donde sea que vayamos a dormir esa noche y me lleva, aunque estemos a cuadras de distancia, directo a la puerta. Hace unas semanas en España nos quedamos en 3 hoteles distintos y 2 apartamentos. Por unos días todos eran casa para él", agregó.

Foto: Instagram/ Milagros Costabel

"En Viena todo esto me chocó de golpe: los cruces no estaban marcados, así que dependía de Indio para que parase y me mantuviese segura. Habían muy pocas referencias, muchísima gente y ruido, pero él me mantenía en el camino, rodeando todo como si nada. Me sentí imparable", siguió relatando Costabel.

"Fuimos a conciertos y restaurantes, y no tenía que depender de nadie para ir a los lugares; podía seguir a gente sin tocarla, encontrar una silla de forma independiente y- si quería salir- íbamos hasta la salida aunque estuviese muy lejos. Todo esto hace unos años era impensable para mí, y él es la razón principal por la que hoy me siento libre de vivir mi vida de la forma en la que quiero hacerlo. Nunca pensé que diría algo así, pero es como si fuese parte de mí", detalló la joven.

Foto: Instagram/Milagros Costabel

"Les mentiría si dijese que no tengo miedo; Indio ya tiene 6 años, y el tiempo no espera a nadie. No quiero imaginarme lo que va a pasar el día en que no pueda trabajar más. Mi sueño es quedármelo como mascota, pero realisticamente no sé si voy a poder costear algo así".

"Intento no anticiparme y disfrutar todo lo que puedo, y de fondo hago todo lo posible para que —cuando llegue el día— podamos seguir juntos. Mientras escribo esto, él ronca en mi cama, con su cabeza contra la mía, y ahora mismo no me imagino otro lugar en el que quiera estar", sentenció Milagros.