CINES RECONVERTIDOS EN TEMPLOS
El pastor pidió a los presentes que levanten su mano, “pero no vacías”.
Luego de seis años, el Cine Teatro Plaza reabrió ayer sus puertas. Lo hizo como templo de la “Iglesia Pentecostal Dios es Amor” ante centenares de fieles que colmaron el lugar luego de trasladarse desde varios puntos del país.
El evento, que fue transmitido en vivo por Facebook, tuvo la participación del pastor brasileño Lourival De Almeida y de la cantante y una de las directoras de la iglesia, Débora Miranda. Se trata de la hija del fundador de esta congregación, David Miranda, fallecido en 2015.
“Hoy estamos muy contentos celebrando con una fiesta tan linda y hermosa. Es una conquista que preparó el pueblo uruguayo. Fue un trabajo hecho con la ayuda de todos. Dios bendiga a todos en el nombre de Jesús”, comentó De Almeida.
Luego de más de una hora en la que oraron sobre “el triunfo de Dios”, el pastor instó al público a levantar la mano con “la ofrenda”. Él, Lourival De Almeida, tenía un billete de 50 reales en su mano izquierda mientras sostenía el micrófono con la mano derecha.
“En nombre de Jesucristo, muchas gracias. Hemos empezado una gran obra y vamos a terminarla. Levanten sus manos, pero no vacías”, expresó. Luego, un grupo de mujeres pasó con un recipiente en mano para invitar a los asistentes a dejar allí el diezmo.
Los pastores, vestidos de traje y corbata, realizaron una oración y cantaron el himno nacional de Uruguay, cuya melodía fue entonada por una orquesta de esta iglesia. La mercadotecnia no faltó en semejante evento: los fieles flameaban banderas uruguayas que en el dorso tenían el logotipo de Dios es Amor.
CÓMO LO COMPRARON.
En su intervención, la hija del fundador recordó emocionada cómo fue que compró el local. En el comienzo de esta década, su padre le dijo: “Yo quiero que busques un lugar en 18 de Julio”. Por eso, Débora Miranda viajó a Montevideo obsesionada con sumar una sede en la principal avenida de Montevideo. Durante todo el día recorrió la calle buscando padrones vacíos que estuvieran a la venta.
Esa noche durmió en el hotel Balmoral Plaza, frente al hoy excine. A la mañana siguiente, el pastor Lourival De Almeida, quien acompañó a Miranda en ese viaje, abrió la ventana y observó el Cine Plaza. Pensó que ese debía ser el lugar del nuevo templo.
“No había un letrero que dijera ‘Se vende’. ‘¿Cómo vamos a comprarlo, si no está a la venta?’, pensamos. Y fuimos a hablar con el dueño”, relató Miranda, emocionada.
Al final hablaron con el apoderado, quien no se mostró convencido respecto a quién le iban a dejar el lugar. “Cuando le dijimos que queríamos comprar el cine, los muchachos pensaron que éramos uno más. ¿Qué loco no? No conocían el tamaño de nuestro Dios”, comentó y desató el aplauso de los presentes.
Si bien acondicionaron la iluminación y volvieron a pintarlo, en general el lugar mantiene la vieja estructura. Además, el letrero “Cine Plaza” se mantiene en su fachada.
POLÉMICA.
La venta de este lugar, que costó entre 3 y 4,5 millones de dólares, generó una ola de críticas. El entonces director de Cultura de la Intendencia de Montevideo, Héctor Guido, manifestó en su momento que era una “pérdida enorme” para la ciudad.
En ese momento, el sociólogo Gustavo Leal (hoy asesor del Ministerio del Interior), lanzó una campaña de recolección de firmas en la que pedía al gobierno expropiar el sitio. Firmaron más de 11.000 personas.
Hubo reuniones entre la Intendencia y el Ministerio de Educación y Cultura para buscar una solución, pero al final quedó en la nada.
Tras adquirir el padrón, la iglesia pidió la exoneración de la Contribución Inmobiliaria contemplada en el artículo 5º de la Constitución de la República para templos religiosos. Le exoneraron el pago de $ 3.635.715 entre 2013 y 2018.