El episodio de humo en el aire que afectó ayer a Uruguay, originado por los incendios forestales en la Amazonia brasileña, en la boliviana, en el Chaco paraguayo y en las provincias argentinas de Formosa y Chaco (hay alrededor de unos 70 focos descontrolados), se repetirá en los próximos días. Incluso, puede llegar a ser de mayor magnitud en la próxima semana.

Para el meteorólogo Mario Bidegain esto tiene explicación y es que en setiembre se dan varios factores que llevan a este tipo de fenómenos suceda. Las quemas que se hacen en las zonas antes mencionadas para preparar la tierra para siembra se descontrolan y junto a ello el viento norte llega con mayor frecuencia al país, según detalló Bidegain en diálogo con El País.

En octubre el fenómeno disminuye porque en el norte de la Amazonia brasileña se inicia la temporada de lluvias, explicó.

Actualmente las tres principales ciudades bolivianas, Santa Cruz de la Sierra, Cochabamba y La Paz, tienen serios problemas de calidad en el aire. También se ve afectada la vasta región conocida como Cerrado en Brasil, en el centro-sur de ese país. En menor medida, los incendios también afectan a varios departamentos de Colombia y a su capital, Bogotá.

En relación a Uruguay, lo que se pudo ver esta semana se explica por la mezcla de la neblina generada por partículas líquidas en suspensión y la ceniza originada en los incendios. Si bien el frente frío que ingresará hoy supondrá un respiro ya que el viento “llevará” las partículas a Brasil, seguramente este volverá a producirse el martes o miércoles de la próxima semana. Esto ocurrirá cuando regrese el viento norte, explicó, por su parte, el meteorólogo Núbel Cisneros. “Será una mancha muy grande, más grande que la de esta semana y afectará a todo el país”, sostuvo.

Foto: Ignacio Sánchez/El País.

Un factor que supone una complicación adicional es la prolongada sequía que está afectando a la Amazonia brasileña que ha contribuido a que la temporada de incendios en el país norteño sea la peor en algo más de dos décadas, explicó Bidegain. “El número de focos está siendo importante y la situación de sequía agrava todo”, agregó.

Por su parte, el meteórologo José Serra comentó que “mientras estén los incendios en la región el material particulado puede retornar a esta latitud”.

Según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil, desde que inició este año se identificaron más de 159.411 focos ígneos en ese país y otros 58.107 en Bolivia, y estos valores equvalen al doble de los verificados en ambos países en 2023. También se registran incendios en Paraguay y el norte de Argentina, pero en menor cantidad, se detalló desde el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet).

En las zonas de incendios el viento seca y genera nuevos focos, por lo cual las quemas habituales se ven incrementadas por factores meteorológicos. El viento supone, además, un importante inconveniente para el control de estos incendios.

Las partículas de carbón pueden llegar hasta los 9.000 metros de altura. Cuanto más pequeñas sean, más dañinas pueden resultar para las vías respiratorias ya que pueden llegar a afectar al flujo sanguíneo.

Foto: Ignacio Sánchez/ El País.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) emitió un comunicado en el que advirtió que el humo, los gases y el material particulado generalmente son irritativos y afectan los ojos y el aparato respiratorio. Pueden causar irritación y ardor tanto a nivel ocular como en la garganta, mucosidad nasal, tos, dificultad para respirar, dolor de cabeza, malestar digestivo, descompensación de enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas preexistentes como broncoespasmo, crisis de asma, arritmia, dolor precordial.

A aquellas personas con enfermedades respiratorias crónicas (como EPOC y asma), enfermedades cardiovasculares, alergias u otras condiciones de riesgo se les aconsejó limitar la exposición al humo, suspender las actividades al aire libre como la práctica de deportes y caminatas en las zonas afectadas, mantener las aberturas, ventanas, puertas y rejillas de ventilación cerradas, para prevenir el ingreso de humo a domicilios y vehículos de transporte y, si se dispone de aire acondicionado, utilizarlo en modo “ventilación” o “recirculación”.

El uso de mascarillas respiratorias puede reducir la exposición al humo y las cenizas en aquellas personas que deben permanecer al aire libre durante lapsos largos, explicó el comunicado del ministerio.

Las personas con mayor probabilidad de verse afectadas si se exponen al humo proveniente de los incendios son los adultos mayores, las mujeres embarazadas, los niños y las personas con afecciones respiratorias y cardíacas preexistentes. De hecho, según se constató en diversas ciudades brasileñas los habitantes están sufriendo algunos de estos síntomas.

Producción: AFP.