SERÁ DECRETO
Desde el sector empresarial advierten que los niveles de reciclaje de estos productos son muy bajos, inclusive en el primer mundo.
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¿Qué pasa cuando una heladera, un lavarropa, un televisor, un celular o algún otro artículo eléctrico se rompe? Va a parar con el resto de la basura. En promedio, todo esto suma unas 37.000 toneladas al año. Pero en 2022 ya se prevé llegar a las 40.000.
ElMinisterio de Ambiente busca cambiar el sistema y hacer responsables a los importadores y productores de artículos eléctricos y electrónicos de la recuperación de un porcentaje de los productos. Lo hará a través de un decreto que saldrá “en no más de 10 días”, que obligará a ciertos actores a presentarle a la cartera un plan de acción para darles una segunda vida a estos productos. Incluso, deberán decir cómo piensan financiar esto, indicó a El País el ministro Adrián Peña.
La gran pregunta es cuál será el porcentaje de artículos que el Poder Ejecutivo obligará a las empresas a recuperar. Peña dijo que aún no se definió la cifra pero que “no podría ser menor al 30%”.
Desde el lado empresarial advierten que los niveles de reciclaje de estos productos son muy bajos, inclusive en el primer mundo. Fuentes de la Cámara de Comercio señalaron a El País que será “muy difícil conseguir un porcentaje de dos dígitos”. La aspiración en la cartera “es alta”, añadieron.
Las compañías tendrán seis meses para presentar en conjunto o por separado una propuesta al ministerio de cómo piensan recuperar los artículos, contó Peña. El colorado recordó que en otros sectores donde ya se implementaron medidas similares, como es el caso de los envases de agroquímicos, las empresas aportan un dinero a un fideicomiso en relación a los productos que ingresan al país o producen. El jerarca se imagina que en este caso será “algo parecido”, y comentó que podrían implementar algún incentivo para que las personas lleven sus productos rotos a los lugares destinados para ello.
Existe un trabajo en conjunto entre Ambiente y la Cámara de Comercio por el futuro decreto. Peña comentó que se consiguieron fondos, “que no es mucho dinero, pero que va a ayudar a que se diseñe el plan”.
“Los queremos ayudar en eso, pero está claro que tienen la responsabilidad y que va a tener un costo. Pero bueno, se debe cumplir con la ley”, señaló el ministro.
En tanto, fuentes de la Cámara de Comercio advirtieron sobre la dificultad de la puesta en práctica de los planes de la cartera. Entienden que lo “más complejo será levantar los residuos y llevarlos a las plantas recicladoras”. Además, se tendrá que coordinar con todos los departamentos, porque no hay plantas en el interior del país. Tendrían que encontrar lugares de acopio, tener personas que reciban la mercadería y después trasportarla a Montevideo, comentaron.
A su vez, advirtieron que no esperan que las personas lleven los productos a los puntos indicados. “Si es demasiado grande se debe contratar gente para que lo mueva y lo lleve (al lugar de reciclaje). En los países del primer mundo no se logra que esto pase, así que es lógico que va a llevar un tiempo lograr en Uruguay porcentajes importantes”, dijo una fuente.
También se refirieron al costo que les implicará llevar adelante la recuperación de los productos. Desde la Cámara de Comercio dijeron que no quieren hacer un “aporte demasiado costoso que después no redunde en nada”, ya que saben que “lo que se recicla es poco”. En ese sentido, quieren “pagar lo correspondiente a lo que efectivamente se recicle”.
El Ministerio de Ambiente piensa implementar algo similar para los residuos de la construcción. La cartera publicará entre octubre y noviembre un decreto, aunque ya están trabajando con la Cámara de la Construcción en la creación de un plan de acción, contó el jerarca. El colorado explicó que el 30% del volumen de basura en la usina Felipe Cardoso corresponde a restos de obras. “Gran parte se puede aprovechar de nuevo. Hay que clasificarlo y se transforma en arenado que se puede utilizar en construcciones”, añadió.