Redacción El País
La pelusa que desprenden los plátanos es motivo de conversación en las veredas, en los ascensores y en las oficinas cada primavera. Es que la invasión de esos elementos amarillos provoca incomodidad en algunos montevideanos, pero también alergia en el peor de los casos. Sin embargo estos árboles también tienen varios beneficios y además un valor patrimonial. Un informe de la Intendencia de Montevideo (IMM) al que accedió El País resume cuál es la situación de este ejemplar vegetal y qué sucederá con él a futuro.
En el escrito la comuna planteó que los plátanos en cuestión son de la especie Platanus x acerifolia (también llamado Plátano de sombra) y esta "compone un 10% del total del arbolado con aproximadamente 23.000 ejemplares".
El plátano, indicó la IMM, "tiene un valor ambiental muy importante ya que al lograr alcanzar un gran porte, actúa como un filtro eficaz para los productos contaminantes del aire, provenientes fundamentalmente de la combustión de los motores de automóviles".
La comuna también agregó que estos ejemplares "retienen material particulado menor a 10 micras", unidad de longitud equivalente a la millonésima parte de un metro, que son la "causa de varias afecciones respiratorias".
También absorben "óxidos de azufre y de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles que son tóxicos". El informe de la IMM señaló además que "capturan el anhídrido carbónico, uno de los gases responsables del efecto invernadero".
Efecto de los plátanos en el freno a la lluvia
En el informe la IMM destacó que los plátanos cumplen también un rol en la "regulación del ciclo natural del agua de lluvia", evitando que una parte de las precipitaciones llegue al pavimento. Esto lo consigue "evaporando y drenando por sus alcorques", es decir, los agujeros cuadrados hechos en el piso alrededor de su base para que les llegue el agua.
La proporción de las precipitaciones que de esta forma no llega a las veredas y calles "ha sido estimada en algunos estudios entre 15 y 30% del total del agua de lluvia".
Por otro lado, también se destacó en el informe "el efecto en la regulación de la temperatura", que "no es menor", ya que en verano produce sombra sobre un área "muy importante", bajando así la temperatura "entre 10 y 15°C en la vía pública y las viviendas contiguas".
La capacidad de adaptación de los plátanos
"Además es la especie más resistente en caso de esfuerzos provocados por el viento, en eventos meteorológicos exigentes. De hecho es la especie más segura en este sentido", se añadió en el informe.
La comuna también hizo referencia en el texto al "valor patrimonial" de la especie, que está dado "por constituir de las arboledas más antiguas", ya que se planta desde fines del siglo XIX. Se plantó en barrios como el Centro y el Cordón, Colón y Malvín, al igual que en la zona del Hotel del Prado y en avenidas como 19 de Abril, Carlos María Ramírez, San Martín, Garibaldi y Rivera.
Estos árboles "han resistido los grandes cambios que han sucedido en la ciudad" tanto en el pavimento como en las veredas y en las construcciones de edificios, elementos a los que otras especies "no se han adaptado" se requirió su sustitución. Ejemplos de estas otras especies son los Olmos de las calles Guaná y Bulevar España y los Tilos de la calle Palmar.
Una "sustitución paulatina" de los plátanos
Fuentes médicas consultadas por El País indicaron que la pelusa del plátano tiene "un componente alergénico" que provoca una reacción en algunas personas, fundamentalmente una irritación en los ojos y en la nariz.
El plátano irá disminuyendo su cantidad de ejemplares en la ciudad. Así lo tiene dispuesto la IMM, que ha decidido ir a una "sustitución paulatina" de esta especie.
Si bien no está previsto eliminar ejemplares adrede, sí se decidió optar por otras especies en la medida en que los viejos plátanos vayan deteriorándose y requieran ser cortados. En este sentido, la IMM prevé la "inclusión de especies nativas", como meses atrás se hizo a lo largo de 18 de Julio.