EN MALDONADO
Es la segunda prórroga que se le dio al empresario en solo un mes; desde el entorno del italiano sostuvieron que uno de los problemas para la realización de este proyecto pasa por la financiación.
El proyecto del nuevo hotel y casino San Rafael, que el empresario italiano Giuseppe Cipriani pretende edificar en Maldonado, es una de las inversiones en turismo más importantes de las planteadas para Uruguay. Se habló de una obra de unos US$ 400 millones. Pero el tiempo pasa y los plazos para confirmar el megaproyecto se acaban sin señales claras del italiano de que vaya a estampar su firma.
El viernes 28 es la fecha límite que las autoridades del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) fijaron para que la empresa Fosara -propiedad de Cipriani- firme el contrato con el Poder Ejecutivo para la concesión de la explotación privada del casino.
Este nuevo plazo fue determinado después de dos pedidos de prórroga del empresario Cipriani. En el primero, concedido sobre fines de 2021, argumentó que no podía llegar al país para firmar por encontrarse en Dubái, desde donde no podía salir por haber contraído covid-19.
En aquella instancia se determinó que el 14 de enero, antes de las 12 horas, el empresario extranjero firmaría el contrato con el Estado, ya luego de haber sido dado de alta. Sin embargo, eso no ocurrió.
Días antes de vencido ese plazo, la empresa de Cipriani volvió a solicitar que se aplace la firma, ahora sin esgrimir de forma pública razones que le impidieran sellar el acuerdo. Allí fue que las autoridades del gobierno decidieron dar este nuevo plazo que se termina el viernes 28 de enero, dentro de dos días, en el entendido que para el Estado uruguayo el proyecto de inversión es de especial importancia por el desarrollo económico y el impacto del turismo en Punta del Este.
Al día de ayer reinaba la incertidumbre en varias autoridades del gobierno, la Intendencia de Maldonado, operadores turísticos y parte del sector empresarial. No había señales claras de que este viernes se pueda concretar la firma del acuerdo.
Según pudo saber El País con una fuente cercana a los desarrolladores del emprendimiento, la dificultad de Cipriani para acordar, anunciar el plan de obras y “apretar el acelerador” en la edificación del nuevo Hotel San Rafael en Punta del Este, pasan por la financiación.
“No está siendo fácil conseguir los fondos en estos momentos de pandemia mundial”, dijo esa fuente que pidió reservar su nombre, ya que se está trabajando bajo un total hermetismo para evitar que el proyecto naufrague.
El ministro de Turismo, Tabaré Viera, declaró a los medios de prensa el 14 de enero, luego de la última prórroga, que la situación venía generando sorpresa en las autoridades. “Ya en diciembre (de 2021) se debería haber firmado el contrato. Hubo un pedido razonable porque estaba enfermo con covid-19 y no podía venir. Ahora no hay mayores explicaciones para este pedido de prórroga que fue mucho más allá de lo que finalmente el gobierno le otorgó como último plazo”, opinó el ministro.
El integrante del gabinete sostuvo que si para el 28 de enero “no hay firma, seguramente caerá la concesión”.
Esta incertidumbre se da al mismo tiempo que llegan un número importante de extranjeros a radicarse en Punta del Este, y muchos de ellos planean invertir en el país. Por eso, para las autoridades del gobierno es importante evitar que naufrague un proyecto de la magnitud del San Rafael, pues pueden darse “señales contradictorias” a posibles inversores.
La obra: de la torre gigante a las “matracas”
El proyecto del San Rafael no solo tuvo varios tropezones de cara a la firma de la concesión del casino. También hubo problemas en cuanto al diseño arquitectónico, ya que en un principio se presentó una maqueta con una torre especialmente alta, que fue criticada por afectar la armonía del paisaje de la zona. Ese proyecto fue cambiado por otro que no contenía esa torre alta, y con dos construcciones horizontales detrás de la reconstrucción del histórico edificio. El intendente Enrique Antía las describió como “una matracas”.
De todos modos, esta segunda maqueta tampoco prosperó y los dueños del proyecto anunciaron que trabajarán en otra idea para que sea autorizada por la Intendencia de Maldonado. Ya hace un tiempo de esto y nada más se supo del proyecto.