Redacción El País
Los temporales en Rio Grande do Sul ya causaron 100 muertes y más de 120 desparecidos, y aún hay personas a la espera de ser rescatadas debido a las inundaciones. Ante esta situación, los brasileros generan redes de colaboración para ayudar a sus compatriotas, así como también reciben ayuda desde el extranjero. Dos uruguayos que viven en Porto Alegre, Fabiana Aguinsky y Gonzalo Braz Da Luz, contaron cómo enfrentan esta situación catastrófica.
Gonzalo vive en Porto Alegre desde 2005, cuando emigró después de terminar el liceo. Hoy, con 37 años, contó a El País que con su pareja están “sin agua desde el domingo de mañana” y se les corta la electricidad. Su situación -en comparación a la tragedia que viven otros- es privilegiada porque está en una zona sin riesgo de inundación.
El uruguayo, que definió la situación como “crítica” y “muy dramática”, tiene familiares políticos, amigos y compañeros de trabajo que debieron irse de sus casas, algunos a las de otros conocidos o incluso a refugios.
También contó que es “impresionante la movilización” de personas que ayudan a los damnificados. Incluso les sucedió que el martes debieron recorrer varios refugios hasta que uno les aceptó los 150 sándwiches que prepararon porque estaban “colmados de donaciones”.
![Los habitantes de Porto Alegre esperaban las inundaciones pero no tan graves](https://imgs.elpais.com.uy/dims4/default/9faee9c/2147483647/strip/true/crop/1500x843+0+0/resize/1440x809!/quality/90/?url=https%3A%2F%2Fel-pais-uruguay-production-web.s3.us-east-1.amazonaws.com%2Fbrightspot%2Fb2%2F7e%2F80d1026b48359bc87b95a4c1cc69%2Flos-habitantes-de-por.jpg)
Para Fabiana, por otra parte, es “como si hubiera pasado un tsunami” ya que las “ciudades quedaron sumergidas”. En su caso, están en un barrio alto y no tuvieron problemas con el suministro de agua, pero es uno de los “pocos” lugares que está en ese contexto. Brasil atraviesa un estado -contó a El País- que nunca se imaginaron vivir; y llamó a no concentrarse en si se podría haber evitado llegar a la situación actual, ya que “ahora lo que importa es salvar vidas”.
La uruguaya, de 52 años -de los que hace 26 está allá-, marcó que es una “calamidad”, y que hay niños separados de sus padres. Y añadió que se vienen “tiempos muy difíciles” ya que después vendrá la etapa de reconstrucción.