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Por Maite Beer
De un segundo para el otro se oyen los primeros gritos alegres, correteos y conversaciones. Son las ocho de la mañana y van apareciendo uno a uno con sus relucientes túnicas decoradas con moñas azules. Atraviesan las puertas de la escuela y despiden a sus padres y abuelos con un beso que va por los aires. Se distinguen entre sí por sus mochilas coloridas, algunas con sus dibujos animados favoritos. Adentro llevan todo lo necesario: cuadernos, libros, cartuchera y abrigo. Pero a partir de este mes se sumó otro elemento. Ahora todos llevan una botellita con aguamineral de sus casas.
Tanto docentes como padres decidieron tomar medidas ante el aumento de los niveles de sodio y cloruro en el agua que suministra OSE en la zona metropolitana, algo que se debe a la persistente sequía. Si bien el Ministerio de Salud Pública (MSP) indicó que la población general que no tenga diagnóstico de hipertensión arterial puede continuar consumiendo agua de la canilla, la proporción excesiva de sal hace que, en algunos casos por salud, pero en otros simplemente por el gusto, muchos hayan pasado a comprar agua mineral.
El martes pasado, la Intendencia de Montevideo emitió un informe al detectar un incumplimiento del límite máximo de sodio por litro de agua en policlínicas de la capital. De acuerdo a estos datos, en dos casos se superó el límite provisorio que fijó OSE por 45 días de 440 miligramos de sodio por litro de agua (mg/l) para el área metropolitana.
Antes de la sequía el máximo era 200 mg/l, que fue aumentando primero a 280 mg/l y más tarde a 440 mg/l frente a una solicitud de OSE para “asegurar el abastecimiento” de la población del área metropolitana ante el intenso déficit hídrico.
Hasta el momento, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) solamente otorgó partidas a la escuela N° 200 y a la guardería de Primaria de Montevideo para que puedan comprar agua embotellada. El resto de las escuelas públicas de Canelones y la capital no han recibido fondos ni donaciones de agua mineral.
La directora interina de Primaria, Olga de las Heras, informó a la prensa que están trabajando en conjunto con el Programa de Alimentación Escolar, el MSP y OSE para evaluar el estado de situación e impartir recomendaciones para las maestras, estudiantes y comunidad educativa. Además, realizaron un relevamiento de los centros educativos de alto riesgo debido a población hipertensa o con otras cuestiones de salud. Sin embargo, existe preocupación por el subregistro de niños con hipertensión arterial.
Cada centro se ha organizado -en mayor o menor medida- para enfrentarse a la problemática del consumo de agua. Las escuelas Pedro Figari (N° 90), Francia (N° 3), N° 66 (Ubicada en Piedras Blancas) y N° 199 (ubicada en Colón) exhortaron a sus alumnos que lleven una botella o termo con agua mineral de sus casas, e incluso la primera de ellas decidió no habilitar los bebederos.
Pero también hay escuelas en las que se decidió comprar bidones de agua para los niños a través de las comisiones de fomento, co-mo sucedió en la Escuela Brasil (N° 17) y en la Escuela Abraham Lincoln (N° 11). Lorena Farcilli, subdirectora de la Escuela Lincoln, dijo a El País que “los niños se adaptan rápido” y que muchos son conscientes del problema que atraviesa el país ante la carencia de agua.
Esto se vio reflejado en la pregunta que le realizó un alumno del colegio y liceo Impulso, ubicado en Casavalle, al presidente Luis Lacalle Pou el jueves pasado en la inauguración de Primaria. “¿Qué pasa que el agua está salada?”, cuestionó el niño.
El primer mandatario bromeó con que esa pregunta había sido planteada por uno de los periodistas en la rueda de prensa durante esa tarde y luego prosiguió con su respuesta: “Tenemos que esperar que llueva, optimizar el uso del agua, solo para lo necesario”. Lacalle Pou les explicó a los niños que mientras se lavan los dientes deben cerrar la canilla para no desperdiciar el agua.
Los jardines de infantes han sido los que más han actuado para evitar que los niños tomen agua de OSE. Los jardines N° 328, N° 398 y N° 322 solo consumen agua embotellada que compran desde el centro educativo o a partir de bidones que llevan los padres. En tanto, el jardín N° 325 les pide que traigan botellas individuales de su casa.
La respuesta de los jardines se condice con las recomendaciones del MSP en cuanto a que no se agregue sal a los alimentos en los niños lactantes de hasta dos años que estén iniciando la ingesta de alimentación semisólida y sólida. De ser posible, también exhortaron a que se utilice agua mineral en la preparación de fórmulas para lactantes.
En cuanto a los colegios privados, se decidió que cada familia se haga cargo del consumo de agua de sus hijos, sea llevando botellas individuales con agua mineral o permitiendo que continúen tomando agua de los bebederos (que en la mayoría de los casos cuenta con filtros).
El St. Brendan’s, Seminario, Elbio Fernández, Jesús María y el Alemán no prevén la compra de agua embotellada para los alumnos, pero todos cuentan con cantina en donde se puede comprar el agua mineral. Por el contrario, el Colegio Stella Maris decidió adquirir bidones, tanto para estudiantes como funcionarios, pero señalaron a El País que la compra se hace difícil porque el incremento de la demanda.
Supermercados, almacenes y comercios pequeños dijeron que la demanda de agua embotellada aumentó desde que OSE decidió obtener el agua de la represa de Aguas Corrientes, donde hay agua con mayor salinidad que en los otros embalses porque tiene contacto directo con el Río de la Plata.
Daniel Fernández, presidente del Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu), dijo a El País que “indudablemente con esta paranoia el consumo de agua embotellada ha aumentado”. “Ya venía de todo el año, con la sequía y el verano, donde siempre hay más consumo. Y ahora hay un pico”, detalló.
A su vez, fuentes de Tienda Inglesa informaron a El País que toda la categoría de aguas tuvo el pasado fin de semana un aumento de ventas del 74% respecto al mismo período de 2022. Por su parte, la cadena de supermercados Disco, Devoto y Géant apuntó que “en los últimos días el volumen en litros de agua embotellada se duplicó en todos los locales y también a nivel de la venta en los sitios web”.
El Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) aprobó dos circulares para que se comience a dar agua mineral en los centros de gestión directa, tanto para los hogares 24 horas como los de tiempo parcial (CAIF, clubes de niños y centros juveniles). El presidente del INAU, Pablo Abdala, dijo a El País que pusieron especial énfasis en los niños menores de dos años y en los lactantes que consumen fórmula. No solo adquirieron agua embotellada por compra directa, sino que también recibieron una donación de Salus de 28.000 litros.
Uruguay atraviesa la mayor sequía del último siglo
La sequía que se extiende desde hace más de tres años “es la más importante del último siglo” en Uruguay , indicó el director de Meteorología y Clima del Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) Néstor Santayana.
“No hay precedentes” del déficit hídrico actual, que ya “superó” a la intensa seca que transcurrió entre 1987 y 1989, de acuerdo a lo que adelantó el jerarca sobre un informe que publicó a El País este viernes.
La situación crítica, que llevó a OSE a adoptar polémicas medidas como el aumento del nivel de salinidad del agua, tiene como agravante que los pronósticos de lluvias no son alentadores en lo que respecta a las próximas semanas.
Mientras, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) avanza en un plan para entregar partidas para comprar agua embotellada -a partir del viernes, con partidas de $ 1.200, lo que serviría para comprar 10 bidones, entre otras políticas- y la Intendencia de Montevideo (IMM) distribuirá 4.000 bidones en policlínicas para entregarlos a usuarios desde mañana lunes.
Santayana indicó que la situación de sequía en febrero ya “había igualado” la que se registró entre 1987 y 1989”, pero que “a esta altura, después de tres años y medio, es la más importante en el último siglo”. Por su magnitud, acotó, están “evaluando el pedido de retorno, que es en cuántos años puede volver a repetirse este fenómeno”.
El panorama no es muy auspicioso, sobre todo para el área metropolitana donde se dan los mayores perjuicios. La demanda para esta zona es de 650.000 metros cúbicos de agua por día. Actualmente un tercio proviene de Aguas Corrientes, que toma agua más salada del Río de la Plata. Y el resto lo cubren las tradicionales reservas de Paso Severino y del Santa Lucía Grande.