Experta asegura que “en el litoral se generan las tormentas más intensas”

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Árbol caído tras temporal en Mercedes, Soriano. Foto: Nicolás Pereyra

TRAS TURBONADA EN MERCEDES

"Se está analizando para entender por qué aquí son más intensas que en la región de tornados de EE.UU”: Madeleine Renom, investigadora del Área de Ciencias de la Atmósfera de Pedeciba Geociencias.

La nube densa y amazacotada de desarrollo vertical le avisa que debe salir de paraguas. El Cumulonimbus le garantiza que lloverá y que habrá actividad eléctrica y alguna que otra vez que también caerá granizo. Pero, dependiendo de las condiciones del lugar y del momento, el paraguas quizás no le servirá de nada porque habrá tanto viento que le quedarán en la mano solo alambres retorcidos. Una posibilidad es que se genere una turbonada, lo que sucedió en Mercedesesta semana, un fenómeno localizado que, por alguna razón que todavía no es entendida en su totalidad por los científicos, se genera con mayor intensidad en el litoral del país.

“El litoral y también el norte están dentro de una zona en donde se han generado las tormentas convectivas más intensas que pueden dar tornados o no. La zona comprende también las sierras de Córdoba y se está analizando para entender por qué, de hecho, aquí son más intensas que en la región de tornados de Estados Unidos. No se comprende todavía”, apuntó Madeleine Renom, investigadora del Área de Ciencias de la Atmósfera de Pedeciba Geociencias y expresidenta del Inumet.

¿Qué son?

Una turbonada no es lo mismo que un tornado y ninguna de estos dos es lo mismo que un ciclón extratropical. Para empezar, una turbonada o una corriente descendente son sinónimos: son dos nombres para una misma dinámica. La corriente descendente hace que ingrese aire al Cumulonimbus favoreciendo la precipitación; pero cuando es muy potente genera un pasaje de tormenta muy rápida, con mucha precipitación y con mucho viento. Es lo que sucedió en Mercedes y también en San Carlos en diciembre de 2016.

“Ese viento que es hacia abajo choca contra el piso y genera un vórtice. ¿Cómo te das cuenta, más allá de los impactos, que no fue un tornado? Porque una descendente muy intensa te tira las cosas de cuajo. Los árboles caen de raíz. En un tornado el viento rota y arranca las cosas a una media altura”, explicó Renom.

La escala espacial y duración de ciclones.

Los vientos intensos en nuestro país están asociados a los ciclones extratropicales y a los fenómenos de mesoescala, tales como complejos convectivos y líneas de turbonada.

En cuanto a los ciclones, la escala espacial de los vientos intensos asociados es del orden de cientos de kilómetros y pueden durar varias horas. La velocidad de los vientos sostenidos (promedio en 10 minutos) en superficie puede alcanzar los 100 km/h en casos extremos, con rachas de viento superiores en zonas costeras. “Lo que pasó en Mercedes, que fue dentro de la rama del frente frío, fue una convección muy intensa pero el frente afectó a todo el país. El ciclón estaba muy abajo en la parte sudeste del Atlántico. No sufrimos los vientos pero los vientos existieron en algún lugar. Como es una estructura más grande la podés prever con otra predictibilidad; lo que es más difícil de identificar con un ciclón extratropical es dónde se va a centrar exactamente su baja por los impactos que puedas tener y si se profundiza”, explicó Madeleine Renom, investigadora del Área de Ciencias de la Atmósfera de PEDECIBA Geociencias y expresidenta del Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet).

Los ciclones son el principal agente causante de daños importantes en la infraestructura costera.

Los científicos han detectado en los últimos años que hay una disminución en la frecuencia de ocurrencia de los sistemas de bajo presión al sur de Uruguay durante el verano, otoño e invierno, lo que puede dar lugar a ciclones, y un aumento de ciclones sobre el Atlántico durante otoño e invierno.

Un ciclón extratropical es lo que ocurrió el 23 de agosto de 2005. Ese episodio generó ráfagas de viento en la costa cercanas a los 180 kilómetros por hora. Ese fue uno de los más intensos pero no hay que olvidar que Uruguay está ubicado en una de las regiones más ciclogenéticas de Sudamérica, por lo que son (y seguirán siendo) frecuentes.

Los vientos tienen distintas escalas en el tiempo y en el espacio. Por ejemplo, una turbonada se comprende dentro de la mesoescala (el fenómeno afecta un área de entre 50 y 500 kilómetros); un ciclón extratropical abarca la escala sinóptica (entre 500 y 1.000 kilómetros) y tiene una duración mayor en el tiempo. La diferencia es importante a la hora de hacer un pronóstico. “En el caso de mesoescala, son procesos rápidos y tenés que estar monitoreando continuamente para emitir una alerta, tal vez, una hora antes”, indicó la experta. Un ciclón extratropical, que tarda más en formarse y abarca más espacio geográfico, permite hacer un seguimiento más prolongado. Para lo primero, Renom afirmó: “No estamos preparados”. Se debe contar con tecnología específica que permita hacer mediciones en “la vertical”. Para eso se necesitan radares con la capacidad de hacer radiosondeo y el país no cuenta con eso. Un equipo de estas características lanza sondas, impulsadas por un globo, para recabar datos de temperatura, humedad relativa, presión, velocidad y dirección de viento desde la superficie hasta la estratosfera.

Esta tecnología permitiría emitir alertas ante los fenómenos de mesoescala y, además, entender por qué estos son más fuertes en el litoral y norte del país. Aquí pueden intervenir factores como el uso de suelo o la cantidad de aporte de humedad proveniente del norte. “Hay algunos estudios pero todavía no está claro cuál es la dinámica ni las condiciones específicas de la zona”, dijo Renom.

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