Redacción El País
La historia de Falucho, “el perro pistero”, no deja de adquirir notoriedad. El animal apareció hace dos años y medio en una noche de tormenta en la estación de Ancap de Petrovolpe (Paysandú), fue adoptado por el personal y ahora es uno más, hasta con su propia placa de identificación.
“La primera noche que apareció por la estación de Petrovolpe era piel y huesos, lo alimentaron con restos de una bolsa de comida para perro y le dieron agua. Con mucho miedo y desconfianza se acercó y de un bocado se terminó todo el plato. Desde esa noche se quedó, haciéndose querer por todo aquel que pasara por la estación. Increíble su transformación, tras los días su pelaje cambió, recuperó su salud y ahora está cuidado, feliz de ser parte del staff”, informaba en 2021 la página de Facebook de Estaciones Ancap.
Ahora, el perro continúa viviendo en la estación de servicio e interactuando con el personal y los clientes. “Le trajimos una casa, le compramos un collar, a los chiquilines se les ocurrió ponerle una identificación como tienen ellos”, contó una trabajadora del lugar, Luciana Gutiérrez, en conversación con Subrayado (Canal 10).
La casa a la que hace referencia es una casita de perro de plástico, que colocaron dentro de la estación de servicio y en la que duerme Falucho. La identificación, en tanto, está enganchada al collar del animal y reza: "Usted está siendo atendido por Falucho”.
Luciana también relató que una veterinaria que pasó por allí un día subió fotos del perro a las redes sociales y “se hizo viral”.
En las imágenes compartidas por Subrayado, se ve al perro acompañando a los pisteros en sus tareas, interactuando con clientes y caminando por el lugar. “Lo gracioso es que vienen perros de clientes, que se bajan y juegan con él. Tiene amigos acá en la estación”, aseguró la trabajadora.
“Es súper manso, agradecido de haber conseguido un lugar. Además todos lo adoran acá en la estación”, expresó.