Francisco pidió consejo a Sturla antes de designar a Aemilius

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Gonzalo Aemilius y el Papa Francisco. Foto: AFP.

ELECCIÓN

El exdirector del Liceo Jubilar se convirtió ayer en el nuevo secretario del Papa.

Hace una semana sonó el teléfono del cardenal Daniel Sturla. Del otro lado escuchó la voz del papa Francisco. El objetivo de la sorpresiva llamada era muy concreto: quería sondear la posibilidad de designar al sacerdote uruguayo Gonzalo Aemilius como su secretario personal, después que el argentino Fabián Pedacchio abandonara el cargo en noviembre.

Aemilius, quien cobró notoriedad en Uruguay como director del Liceo Jubilar Juan Pablo II entre 2005 y 2012, defendió el lunes 20 de enero su tesis y terminó así el doctorado en Teología, que realizó en la Universidad Gregoriana -la universidad de los jesuitas en Roma- y debía definir su futuro.

“Gonzalo pertenece a la Arquidiócesis de Montevideo y el Papa entendía que debía conocer mi opinión, como yo lo veía”, contó Sturla a El País. ¿El arzobispo daba el visto bueno para que Aemilius fuera el secretario del papa? La respuesta fue positiva, claro. “Sería una alegría para la Arquidiócesis que Gonzalo pudiera estar a su servicio. Para la Iglesia uruguaya es un honor y un orgullo que un uruguayo esté sirviendo al sucesor de Pedro”, le respondió Sturla a Francisco.

De todos modos, el papa no le confirmó la designación a Sturla en ese momento y le dijo que lo iba a pensar un poco más. La confirmación llegó unos días más tarde: fue el propio Aemilius quien le contó que el papa le había realizado el ofrecimiento. Sturla se puso feliz por la noticia. “Para todo católico el papa es vicario de Cristo y estar al servicio del papa es estar en el corazón de la Iglesia”, dijo Sturla.

Ayer la Santa Sede oficializó la designación mediante un comunicado. Aemilius ya está en el cargo y vive junto al papa en la Residencia de Santa Marta, un edificio construido en 1996, adyacente a la Basílica de San Pedro. Lo acompaña el segundo secretario del papa, el sacerdote egipcio Yoannis Lahzi Gaid.

Su familia

Aemilius nació en Montevideo el 18 de septiembre de 1979 y fue ordenado sacerdote el 6 de mayo de 2006, según dijo el portavoz vaticano Matteo Bruni. Se bautizó a los 11 años por su propia voluntad. Proviene de una familia de clase alta de Montevideo, de abuela judía y padres no creyentes.

En 2005 fue designado director del Jubilar por el monseñor Nicolás Cotugno. En aquel momento aún era seminarista.

Un año más tarde, en 2006, conoció al actual papa. Jorge Bergoglio era cardenal y arzobispo de Buenos Aires y lo llamó porque había escuchado hablar de su trabajo con niños de la calle. Bergoglio realizó una donación al liceo. “Desde entonces para mí no sólo ha sido testigo de la fe, sino cómplice de todo aquello que andaba rumiando en mi corazón”, dijo Aemilius hace unos años al diario español la Razón.

En marzo de 2013, el sumo pontífice agradeció durante una misa en el Vaticano el trabajo que desarrolló el liceo Jubilar y presentó a Aemilius ante miles de fieles en la plaza San Pedro. “Quiero agradecerle su trabajo”, dijo Francisco y lo abrazó. Lo presentó como un hombre “venido de lejos que desde hace tiempo trabaja con los niños de la calle y con los drogadictos en una escuela”.

Después el sacerdote escribió en su cuenta de Twitter: “En el abrazo de los míos estaba el abrazo de cada uno de ustedes y en su abrazo está el que les daré”. En una entrevista con La Razón, Aemilius afirmó: “Cuando escuché que él había sido el cardenal elegido para ser Papa, se generaron sentimientos encontrados. Por un lado, una profunda alegría por la Iglesia universal. Por otro, un dolorcito por el amigo que perdía. Pero ayer descubrí que el Papa no se olvida de sus ovejas, que las reconoce entre un millón”.

Aemilius fue director del Jubilar hasta 2012. Luego estuvo unos meses al frente de la parroquia San Lorenzo de Puntas de Manga, antes de viajar a Roma.

¿Y la visita a Uruguay? Por ahora no hay novedades

Hace años que se habla de una eventual visita del papa Francisco a Montevideo, pero hasta ahora no se ha concretado. Todo indica que se debe a que, si viene a Montevideo, Francisco sí o sí debe ir a Buenos Aires y eso aún no está en los planes. El cardenal Daniel Sturla dijo a El País que esa eventual visita deberá seguir esperando, al menos por ahora. “No hay novedades ni creo que las haya próximamente”, afirmó. También contó que la designación de Gonzalo Aemilius como secretario del papa no cambia nada en ese sentido ni implica ningún privilegio para la Iglesia uruguaya: “No significa nada más que una cuestión de honor, un uruguayo sirviendo al papa en esta tarea”. Francisco “aprecia muchísimo” a Aemilius y se trata de un puesto de “mucha confianza”, indicó Sturla a El País. La relación entre el sacerdote y el papa ha venido creciendo en los últimos años, hasta llegar a la designación conocida ayer.

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