PUNTA DEL ESTE

“La iglesia está cerrada por un tema de inseguridad y listo”, confirmó el padre Jorge a El País.

La parroquia Nuestra Señora de la Candelaria de Punta del Este cerró sus puertas por razones de seguridad, según reza un cartel colocado en su puerta principal.

“La iglesia está cerrada por un tema de inseguridad y listo”, confirmó el padre Jorge a El País. “A la parroquia le robaron sus alcancías. Esto ocurrió el pasado jueves 20 de junio. Alguien entró y las rompió”, agregó.

No fue el único hecho de inseguridad registrado en la jurisdicción de Punta del Este en los últimos días. Y se trata de un robo que se suma a otro ocurrido en otra capilla del departamento. Estos hechos determinaron la adopción de medidas de seguridad por parte de la Iglesia.

“Semanas atrás -explicó el padre Jorge- robaron la campana de la capilla del barrio Kennedy de Punta del Este”.

Con buen humor, el párroco adelantó que de ahora en más las puertas del templo se abrirán una hora antes de cada misa. Lo mismo pasará cuando se realice un bautizo o un casamiento.

La parroquia, desde su fundación a comienzos del siglo pasado, siempre mantuvo sus puertas abiertas para recibir tanto a los feligreses locales como a los extranjeros que llegaban para rezar o meditar dentro del templo.

Se encuentra en el predio delimitado por las calles El Faro, Sutileza y Virazón, en la zona del faro esteño, otro icono del casco histórico.

La iglesia fue levantada en recuerdo de la decisión de Juan Díaz de Solís de designar a la península y a la bahía de Maldonado como “Santa María de la Candelaria”. Y tuvo varias ampliaciones en el curso de su historia.

Las obras de construcción de la nueva parroquia se iniciaron en febrero de 1941. Y fue inaugurada el 1º de febrero de 1948. Otras intervenciones llevadas a cabo con el correr del tiempo mejoraron la belleza del edificio, como así también las prestaciones del mismo respecto a las disposiciones emergentes del Concilio Vaticano II, a comienzos de los años sesenta.

En la actualidad, decenas de feligreses concurren los domingos a misa. Y en el verano, centenares de personas participan de la misma, a tal punto que el enorme edificio no da cabida a todos.

No es el único templo católico de la zona cuyos responsables impusieron medidas de seguridad ante la presencia de personas extrañas o por hechos de inseguridad registrados. También está el caso de la propia Catedral, ubicada frente a la céntrica plaza San Fernando de Maldonado. Tiempo atrás, las autoridades locales resolvieron colocar rejas alrededor de la entrada del templo que da sobre la calle 18 de Julio de la capital departamental.