Faltaba un poco más de una hora para terminar el turno de la única funcionaria del “Residencial Adulto Mayor” de la ciudad de Treinta y Tres. La joven mujer, de unos 30 años, miró el reloj. Faltaba una media hora para las seis de mañana.

Una residente pidió para ser higienizada. No era habitual porque a esa hora los 10 internos del residencial duermen profundamente. La funcionaria la llevó al baño. Habrá demorado apenas unos 20 minutos en la tarea. Cuando salió del baño junto con la anciana, la empleada observó un gran humo que envolvía a los dormitorios del residencial. Sacó hacia el exterior a la anciana que había atendido y regresó al inmueble por otro adulto mayor. Logró sacarlo. No pudo volver al residencial. El humo la había intoxicado.

Minutos más tarde, llegaron los policías y Bomberos. Los agentes se dividieron con el objetivo de atender a los residentes que se encontraban en las camas, mientras que los bomberos sofocaron el foco ígneo. Siete adultos mayores, que estaban acostados en sus camas, ya habían fallecido por intoxicación. Los efectivos lograron sacar a otra persona con vida. Lamentablemente, las tres personas que llegaron al hospital perecieron como consecuencia del monóxido de carbono.

El incendio fue de proporciones. Desde la calle se podía observar que el humo tiñó de negro las persianas blancas de dos habitaciones del residencial que dan hacia la fachada y de un tercer cuarto, ubicado en un segundo piso, donde se realizaban ejercicios de fisioterapia a algunos residentes.

Las muertes de los 10 adultos mayores, cuyas edades oscilan entre 65 y 96 años, se transformó en una tragedia para Treinta y Tres y para el país. Se trata del mayor accidente ocurrido en un residencial en la historia del Uruguay.

El impacto del siniestro fue tal que la morgue de la ciudad quedó desbordada. Para poder identificar a los fallecidos, la Policía debió trasladar cuerpos a morgues de Río Branco y Minas. En esos tres lugares se realizaron las autopsias.

El “Residencial Adulto Mayor” se encuentra en la intersección de Manuel Melendez y Simón del Pino, a una cuadra de la calle principal de la ciudad de Treinta y Tres.

Según informó el Ministerio de Salud Pública (MSP), el residencial había sido inspeccionado por funcionarios de la cartera, estaba en buenas condiciones y su habilitación estaba en trámite.

Ayer trascendió que la dueña del local es una persona que posee conocimientos de gestión de residenciales. Con una socia que es licenciada en enfermería, gestionó el establecimiento. Luego sus caminos se separaron y la licenciada en enfermería abrió un segundo local para alojar adultos mayores.

Foto: Francisco Flores/El País

En su declaración ante efectivos policiales, la funcionaria del residencial señaló, luego de ser dada de alta, que pudo apreciar mientras trasladaba a la anciana hacia el exterior que el foco ígneo había surgido de un cortocircuito en una parte de la instalación eléctrica.

“Yo estaba sola. En una hora (a las 7 de la mañana) me iban a relevar. Mi turno va de 22:00 horas hasta las 7”, testificó ante la Policía.

Fue la única persona que sobrevivió al incendio.

Las pericias de Bomberos, que llegaron a Treinta y Tres desde Montevideo, se centraron en ubicar la fuente de calor que provocó el incendio. Una de las hipótesis es que se inició un foco ígneo por un cortocircuito de la instalación eléctrica o por la caída de alguna ropa o sábana encima de una estufa, según pudo saber El País.

Luego de establecer las identidades de las víctimas, la fiscal de Treinta y Tres, Alicia Abreu, y la Policía se centrarán en las eventuales responsabilidades.

En los próximos días serán indagados la propietaria del residencial -ayer estaba devastada por la muerte de los diez ancianos según dijeron sus familiares-, otros empleados y la única sobreviviente del siniestro.

En el lugar también trabajaron especialistas de Policía Científica tratando de detectar las causas del siniestro.

Foto: Facebook de la periodista Laura Vaz 

Según fuentes del caso, el residencial tenía un funcionario por turno y en horarios diurnos había dos. Agregaron que el total de empleados rondaba los seis, con alguna persona más como apoyo.

Para los habitantes de Treinta y Tres hoy es un día de duelo. El dolor surge de que algunos de los ancianos integraban conocidas familias de la ciudad. Y hay un caso que genera gran congoja: un anciano fue internado el día anterior a la tragedia y 24 horas después pereció.

Consultada por El País, la fiscal Alicia Abreu dijo que hoy no tomará declaraciones porque no hay ninguna persona detenida y agregó que la investigación sobre las causas del accidente continúa en forma reservada. “El origen del siniestro es la parte más importante de la investigación. Hay versiones por ahí sobre los hechos que no ratificamos ni desmentimos”, advirtió la fiscal.

Hoy se realizarán los sepelios de los 10 fallecidos.

El Frente Amplio pondrá en marcha una serie de acciones parlamentarias para determinar eventuales responsabilidades políticas. El diputado Nino Medina adelantó a El País que cursará una serie de pedidos de informes y que algunos de sus compañeros promoverán un llamado a comisión a los ministros de Salud Pública y de Desarrollo Social, como responsables de controlar, desde el punto de vista sanitario y social, a estos establecimientos de larga estadía. Medina dijo que los directores departamentales del Ministerio de Salud y del Ministerio de Desarrollo Social, le aseguraron que el local era controlado.

Luego de que la mayor tragedia en un residencial de ancianos de Uruguay de que se tenga registro provocase la muerte de ocho mujeres y dos hombres en el centro de la ciudad de Treinta y Tres, el gobierno explicó, a través de la ministra de Salud Pública, Karina Rando, que el lugar estaba “en muy buenas condiciones”.

Al comienzo de la tarde, Rando tenía la intención de no hacer declaraciones a la espera de las conclusiones de la investigación en curso, pero luego realizó una conferencia de prensa a las 18 en el hall del Ministerio de Salud Pública, en la que explicó que si bien aún “estaba en vías de habilitación”, el local de Treinta y Tres había sido inspeccionado recientemente y se le hicieron “observaciones mínimas que habían sido levantadas”.

Foto: Francisco Flores/El País

“Es realmente una tragedia para todos”, dijo Rando, y manifestó que “aparentemente fue un accidente” lo que desencadenó el fuego. En la materia están trabajando el Ministerio del Interior y la Fiscalía que están “haciendo las averiguaciones correspondientes”.

Expresó que “el residencial estaba en vías de habilitación”, al igual que otros casi 600 de los aproximadamente 1.400 que hay en el país, de acuerdo con los relevamientos realizados durante la pandemia de covid 19.

Por otro lado, el ministro de Desarrollo Social, Alejandro Sciarra, dio a entender que está dentro de la normativa que hubiese una sola funcionaria para las diez personas mayores que se encontraban en el residencial. “Se necesita una persona cada diez si no son autoválidos o una persona cada 20 si son autoválidos”, explicó el ministro. La empleada logró escapar por la puerta de un garage.

La tragedia de Treinta y Tres hace recordar lo ocurrido hace ocho años en un residencial ubicado sobre la Avenida Millán, en Montevideo. En mayo de 2016, siete adultos mayores murieron allí por quemaduras directas y en las vías respiratorias a raíz de un incendio. Una colilla de cigarrillo mal apagada en una habitación fue la que originó el siniestro. En junio, un hombre de 77 años y una mujer de 72 fallecieron a consecuencia de un incendio ocurrido en un residencial psiquiátrico en Melo, Cerro Largo.

(Producción: Fabían Cambiaso)

Foto: Estefanía Leal/El País.