Cada día de este año el Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia (Sipiav) debió dar respuesta a cinco nuevos casos de agresiones a niñas, niños y adolescentes.
A estas 947 situaciones que se constataron entre el 1° de enero y el 30 de junio, de acuerdo a los datos a los que accedió El País, se sumaron otros casos que el Sipiav continúa atendiendo por denuncias iniciadas años atrás, lo que totalizó 6.296 casos a los que se dio respuesta en la primera mitad del año.
Esto implicó un descenso en comparación con el mismo período del año anterior sobre los nuevos casos ya que entre enero y junio de 2022 se habían identificado 1.283 nuevas agresiones a niñas, niños y adolescentes. Sin embargo, el total de casos atendidos fue inferior en esa primera mitad de año ya que en 2022 se alcanzaron los 5.944.
Si se analizan los datos globales de situaciones en las que intervino el Sipiav en el primer semestre de los últimos años es evidente una tendencia al alza. En 2020, por ejemplo, fueron 2.559; en 2021 se incrementaron a 3.957; en 2022, 5.944 y este año 6.296.
De continuar la tendencia de este primer semestre, es esperable que el total de situaciones a las que el Sipiav debió dar respuesta supere las 7.473 que se registraron durante todo el 2022.
Agresores
Los datos, que serán divulgados en las próximas horas, muestran que el mayor tipo de agresión que se identificó en los casos atendidos fue por maltrato emocional. Un 39% de las situaciones correspondió a estos ataques. Otro 25% fue relacionado a casos de negligencia, un 19% a abuso sexual, otro 16% a maltrato físico y un 1% a situaciones de explotación sexual.
Estos porcentajes mantienen una distribución similar a la del 2022. Al igual que si se analiza quién fue el perpretador de las agresiones, siendo principalmente algún referente afectivo del menor de edad.
El 90% de los casos ocurren a nivel intrafamiliar. De ese porcentaje, un 39% corresponde al padre, seguido por un 25% de la madre. Luego aparece en un 14% de los casos otro vínculo familiar y otro 13% señala a la pareja de la madre.
Por otra parte, los datos relevados por el Sipiav también están discriminados por sexo y edad de las víctimas. El 55% de los casos atendidos correspondieron a mujeres mientras que el restante 45% a varones.
En cuanto a la edad de las víctimas, el 38% de las situaciones involucró a adolescentes de entre 13 y 17 años. Otro 35% implicó a niñas y niños de entre seis y 12 años. Un 12% a mayores de 18 años, otro 8% a niños y niñas de cuatro a cinco años y el restante 6% a menores de tres años.
Nuevo centro en Treinta y Tres
El próximo lunes 21 se firmará un convenio para la puesta en marcha de un centro que funcionará como dispositivo de reparación del daño para víctimas (niños y familiares) en el departamento de Treinta y Tres.
El convenio será firmado por el INAU, el Ministerio de Desarrollo Social, la Administración Nacional de Educación Pública y la Intendencia de Treinta y Tres.
Línea Azul
El Sipiav involucra la participación de diversos organismos del Estado: los ministerios de Desarrollo Social, de Salud Pública y del Interior; la Fiscalía, la Administración Nacional de Educación Pública y el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU).
Un punto de recepción de las denuncias es la Línea Azul del INAU donde se llama para alertar sobre casos de agresión a menores. De acuerdo a los datos al 31 de julio, las denuncias ciudadanas fueron 8.067.
El número es mayor al total de los casos atendidos por el Sipiav porque no todas las llamadas implican situaciones de violencia. De ese total 2.219 se consideraron denuncias. Otras 2.825 fueron pedidos de orientación. Y los demás casos o no corresponden o son reiteraciones de casos ya formalizados.
Abdala llama a que se denuncie
El presidente del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), Pablo Abdala, dijo que es necesario “poner de relieve esta situación para asumir la responsabilidad colectiva ante un problema real” porque se trata de “un fenómeno que crece en sus diversas manifestaciones”.
“Nos convoca a una actitud de responsabilidad social, que es colectiva e individual a la vez, donde se debe colaborar a través de la simple denuncia cuando se tiene indicios”, afirmó en diálogo con El País.
El jerarca nacionalista dijo que “una lectura favorable” que se constató es que “se está registrando mejor” el fenómeno comparado con períodos anteriores. Aunque reconoció que existe un subregistro porque al ocurrir la mayor parte de las agresiones en el ámbito familiar, un gran número no se denuncia.
Por ello, Abdala aseguró que si bien “el número de casos nuevos fue menor en el primer semestre que en el mismo período del año pasado, hay que tomarlo con prudencia en cuanto al registro oculto” que implican los casos no denunciados y que suelen estimarse en un número elevado.