Redacción El País
Un grupo de investigadores de distintos ámbitos académicos de Uruguay (Facultad de Ciencias, Facultad de Ingeniería, Centro Universitario Regional Este y el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable) enviaron una carta a la fórmula presidencial electa en el balotaje del domingo 24 de noviembre para expresar sus reparos al Proyecto Arazatí en San José.
En la misiva, a la que accedió La Diaria y El País, dirigida a Yamandú Orsi y Carolina Cosse, realizan una serie de argumentos en los que justifican que hay "amplio cuerpo de evidencia del que se deduce inconveniente utilizar el estuario del Río de la Plata como fuente de agua potable para Montevideo y su zona metropolitana".
Sobre los aspectos ambientales y sanitarios, los investigadores aseguraron que "la variabilidad ambiental de la zona genera una serie de problemas asociados a dos grandes fenómenos".
- "Las características fisicoquímicas del agua, con elevada salinidad por largos períodos, abundante materia orgánica que junto con el cloro y el ozono son precursores de la formación de trihalometanos (THM) y de bromatos, compuestos incluidos en el grupo 2B (posibles cancerígenos para humanos) por el Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por su sigla en inglés). Ambos compuestos están limitados por la norma de calidad de agua potable del Uruguay".
- "La concentración de cianobacterias tóxicas y toxinas en el agua. Estos fenómenos tienen graves consecuencias para la salud existiendo un conjunto importante de evidencia científica sobre su recurrencia y gravedad. Se presentan los hechos más relevantes sobre estas temáticas, resumiendo conocimiento científico actual y también hechos reconocidos en el informe entregado por el consorcio. Estos fenómenos afectan la calidad del agua en la zona de forma continua. Por lo tanto la instalación del presente proyecto impone un riesgo a la salud y al ambiente elevado, que además debido a no haber sido caracterizado correctamente en los análisis técnicos del proyecto, está siendo subestimado. Esto representa una amenaza a la soberanía nacional, siendo particularmente preocupante la afectación a la soberanía hídrica y sanitaria de Uruguay".
Por otro lado, con respecto a la calidad del agua señalaron que "afecta directamente a la salud de la población". "Si el agua se encuentra altamente contaminada, como es el caso del Río de la Plata, es muy difícil de potabilizar e incluso el alcance de los parámetros del decreto que establece los límites admisibles", añadieron.
"La calidad del agua depende de lo que ocurre en los ecosistemas acuáticos y en los suelos de sus cuencas, si los suelos están contaminados las lluvias arrastran y concentran estos contaminantes en el agua. El estuario Río de la Plata está sometido a una creciente contaminación debido a que abarca 5 países (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay) y actúa como una suerte de sumidero del agua que se escurre en los territorios de los mismos", añadieron.
En ese sentido, advirtieron por "las actividades humanas que se llevan a cabo en esos territorios (urbanización, agricultura con uso de agrotóxicos y fertilizantes, ganadería extensiva e intensiva, productos farmacéuticos y veterinarios, actividad industrial, plantas nucleares, etc.) afectan y/o ponen en riesgo la calidad del agua del Río de la Plata".
Soberanía nacional y salinidad
Otro aspecto que preocupa a los investigadores es la soberanía nacional. Indicaron en la carta que el proyecto Neptuno "presenta una serie de problemas ambientales que amenazan la soberanía nacional en varios niveles, siendo particularmente preocupante la afectación a la soberanía hídrica y sanitaria de Uruguay".
"La soberanía sanitaria se refiere a la capacidad de las sociedades democráticas para asegurar, a través de su organización estatal, la equidad en la producción, distribución y acceso a los recursos esenciales para mantener la vida y la salud de las poblaciones", añadieron.
En otro orden, los investigadores expresaron preocupación porque el Río de la Plata "se caracteriza por presentar valores elevados de salinidad, particularmente variables en la zona de Arazatí, la cual no puede ser removida con las tecnologías del proyecto Neptuno ya que no se trata de una planta desalinizadora".
Además, señalaron que "ha quedado demostrado por análisis de agua supuestamente potabilizada, realizados por la Intendencia de Montevideo, que aún en agua con tenores de salinidad acorde a la norma, la presencia de bromatos, evidenciaba que era potencialmente tóxica".
Ida y vuelta entre Lacalle y Orsi
Horas después de que el Ministerio de Ambiente anunciara la concesión de la Autorización Ambiental Previa (AAP) al Proyecto Arazatí, y en medio de los “reparos” expresados desde el Frente Amplio a la obra que busca reforzar el suministro de agua potable para el área metropolitana, el presidente Luis Lacalle Pou remarcó ayer que seguirá adelantecon la iniciativa.
El presidente electo, Yamandú Orsi, declaró ayer en rueda de prensa que en reuniones de trabajo, en el marco de la transición, se va a "pedir más información" del proyecto, sobre todo porque recibió "informes técnicos", de la Universidad de la República, "contrarios a la decisión tomada por Ambiente".
Una vez que estén "cotejados" ambos estudios, Orsi dijo que conversará con el presidente, "tratando de resolver las cosas que complican una decisión". Y añadió : "El presidente ya sabe que hay cosas que me gustaría resolverlas mejor; él se comprometió a hablar cuando tuviera por tomar la decisión".
"Capaz que hay acuerdo o desacuerdo, pero lo importante es poner todo arriba de la mesa, para que lo que se decida no comprometa el agua potable, que es lo que más interesa", remarcó el presidente electo.
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