HABLAN LOS EXPERTOS
Arquitectos y urbanistas discutieron sobre el proyecto MVD 360, el que enfrenta al gobierno y la oposición.
Las discusiones sobre la propuesta MVD 360, que implicaría la creación de una isla artificial en la costa montevideana, a la altura del barrio Punta Gorda, continúan. Ayer se realizó en el Piso 40 una mesa redonda organizada por el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) con la participación de expertos, que expusieron sus puntos de vista. El País pudo consultar a dos de los profesionales que participaron de esa instancia, titulada “¿Qué hacemos con la costa? La isla y otras ideas para la costa de Montevideo”. Se trata de Federico Bervejillo, exdirector nacional de Ordenamiento Territorial, y la secretaria general de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU), Stella Zuccolini. Ambos expresaron reparos.
El debate comenzó con la iniciativa de la empresa Jirkel S.A., aprobada por el Poder Ejecutivo este año, en una resolución del Ministerio de Transporte y Obras Públicas fechada el 17 de marzo. Luego, jerarcas de la intendencia se pronunciaron en contra de la iniciativa -la jerarca departamental, Carolina Cosse, afirmó que la isla operaría como “un agujero negro para todo Montevideo- y la SAU declaró que veía “con preocupación la consideración de propuestas aisladas que desconocen los procesos de planificación territorial y ambientales en curso”. Por otra parte, un grupo de arquitectos se pronunció a favor de la creación de dicha isla.
Bervejillo dijo a El País que no quiere adoptar “un pronunciamiento frontal”, y que si el proyecto fuera exitoso tendría un valor en sí mismo, “para la economía y para cierta imagen de la ciudad”, aunque añadió que no creía que la isla fuera un beneficio “de tipo urbano” para Montevideo. Lo sería, agregó, si el proyecto “ayudara a revitalizar una zona de la ciudad, y al desarrollo de un barrio o zona existente”.
En este caso, para Bervellijo, eso estaría en duda: “La isla se ubicaría en el tramo más privilegiado de la costa a la altura de Punta Gorda, muy cerca de Carrasco. No son barrios que requieran de una operación de esta envergadura para ser buenos. Son los que menos requieren de inversión pública para completar su desarrollo. Más bien, son barrios protegidos hoy por hoy”.
Para él, la discusión se polarizó rápidamente pero más allá de eso, es un debate a dar. Entre otras cosas, agrega, porque la rambla “sufre un abandono desde hace décadas. No ha ocupado en la conversación de los uruguayos el lugar que tendría que ocupar, porque es nuestra vidriera al mundo. Hoy, la rambla tiene un conflicto entre sus valores cívicos y su valor como ruta de automóviles”.
Pero también es una discusión importante porque “en el mundo está cambiando el concepto de movilidad, el lugar que le damos al auto, la movilidad activa... También está cambiando la jerarquía del espacio público”.
Zuccolini, por su lado, dijo que SAU aún tiene muchas interrogantes sobre MVD 360. “Con la poca información que hay disponible, no se puede dar una opinión rotunda. Nos hacemos muchas preguntas. Sobre todo si hay necesidad de crear nuevos suelos, cuando la propia ciudad tiene muchos disponibles”.
La secretaria general de SAU dijo también que la institución va a hacer un pedido de información pública para acceder al expediente sobre la iniciativa, y que dentro del seno de la misma existen múltiples opiniones sobre MVD 360, incluso contrapuestas.
“En la SAU hay miradas muy diversas sobre esto, y en nuestros estatutos dice que debemos expedirnos ante temas socialmente relevantes. Estas formas de hacer ciudad son relevantes, porque tienen impactos sociales, ambientales... Nos paramos desde ese lugar para pedir todos los estudios que sean necesarios para justificar esta propuesta tan disruptiva para nuestro medio”.
De acuerdo a Zuccolini, MVD 360 rompe “con esquemas y preconceptos de cómo es un urbanismo tradicional y cómo se debe planificar y gestionar una ciudad”.
La SAU fue sorprendida por “grupo de los 400”
En la polémica sobre la creación de la isla artificial -luego de un primer comunicado emitido por la SAU- un grupo de arquitectos y profesionales expresaron su apoyo. Stella Zuccolini, de SAU, dijo que esa intervención “sorprendió” a la organización: “Ese grupo se formó como contraposición a aquellos arquitectos que manifestaron apoyo por Daniel Martínez en la campaña electoral. Pero ese colectivo no se organiza, no tiene vida institucional. Allá ellos. El mundo es libre”.