La "Cárcel del pueblo": recorrida por las celdas diminutas de los cautivos del MLN

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La "Cárcel del pueblo". Foto: Leonardo Mainé.
Carcel del Pueblo, casa donde fueron vivieron en cautiverio, secuestrados, Ulises Pereira Reverbel y Carlos Frick Davie, en Juan Paullier 1190, Montevideo ND 20220408 foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine/Archivo El Pais

UNA PUERTA AL DOLOR 

Esta semana se habilitó un régimen de visitas mensual a la "Cárcel del pueblo" para el cual hay que agendarse. Según supo El País, en cuatro días se inscribieron 320 personas.

Zúñiga se sintió ahogado. Por su cabeza cruzó la imagen del metro ochenta de su tío abuelo. El que durante su niñez lo invitaba a almorzar cada semana con estricto protocolo y adoraba hacer cuentos de sus viajes y sus experiencias como embajador en Grecia. El que al morir le dejó sus colecciones de música clásica y piedras. El que jamás hablaba con su familia acerca de aquel secuestro, pero cuya sordera delataba el daño sufrido.

Zúñiga había leído sobre la Cárcel del pueblo, pero eso no amortiguó el impacto de estar allí. Algunos carteles plastificados colocados por el Ministerio de Defensa le dieron indicaciones: “Retrete de la guardia”, “sistema de ventilación”, “entrada al túnel (en construcción) para llegar a la red cloacal”. En un precario panel de llaves de luz, una bombita roja encendida emula la forma que habían ideado los tupamaros de avisar a los cuatro carceleros si algo andaba mal. Aún están las camas y los colchones de polifón fino en los que dormía la guardia. A un costado, algunas bolsas de tierra y escombros. Sobre una cortina azul deshilachada y sucia, los militares colocaron una fotocopia de un cartel con la característica estrella de los tupamaros, que quienes han revisado esta historia en diarios viejos encontrarán familiar: “Alto!! Traes la capucha puesta? No se aceptan autocríticas”.

Y al traspasar la cortina, el horror. Se abre un corredor del ancho y la altura de una persona mediana. A la izquierda, una mesada con una breve pileta y luego un depósito de barro con la inscripción “retrete de los secuestrados”. A la derecha, tres celdas minúsculas, una pegada a la otra, separadas por tejido de alambre. La primera solo está identificada con el número 15; hay quienes afirman que allí estuvo preso el embajador británico Geoffrey Jackson. En la del medio, la 16, tenían a Pereira Reverbel, que al momento de su captura presidía UTE. En la 17, la del fondo, se indica que estuvo Frick Davie, quien fuera ministro de Ganadería durante la presidencia de Jorge Pacheco Areco. A Pereira Reverbel lo secuestraron el 30 de marzo de 1971 y a Frick Davie el 14 de mayo de ese año. Ambos estuvieron allí más de un año. Salieron juntos el 27 de mayo del 72.

La "Cárcel del pueblo". Foto: Leonardo Mainé.
La celda de Frick Davie en la "Cárcel del pueblo". Foto: Leonardo Mainé.

En la celda que ocupó su tío abuelo, Zúñiga vio una foto, ya conocida, que los carceleros le tomaron durante el secuestro. Se lo ve barbudo y flaco, aunque no tanto como lo retrataron al momento de su liberación. Por unos segundos imaginó lo que fue para él estar ahí tanto tiempo, sin luz solar, casi sin espacio para moverse, con mínima ventilación, y se le cayeron las lágrimas. A los cinco minutos se fue, agobiado, pero a la vez conmovido por el valor que tuvo su tío abuelo de sobrevivir a ese calvario “y no volverse loco”.

Museo, no

Desde aquella visita, el ministro Javier García estuvo analizando la posibilidad de abrir las puertas de la “Cárcel del pueblo” para la población en general. Este lunes García anunció en el Parlamento que finalmente había resuelto hacerlo.

“Lo que nos pareció es que no era explicable ni tenía fundamento que eso estuviera cerrado. Es parte de una historia muy trágica y triste del Uruguay, pero es parte de nuestra historia y la historia hay que conocerla sin recortes y sin parcialidades. Después cada cuál llega a sus conclusiones”, expresó.

Esta semana se habilitó entonces un régimen de visitas mensual para el cual hay que agendarse. Según supo El País, en cuatro días se inscribieron 320 personas.

La "Cárcel del pueblo". Foto: Leonardo Mainé.
La zona de los guardias en la "Cárcel del pueblo". Foto: Leonardo Mainé.

Ayer, el Ministerio de Defensa permitió a varios medios de prensa conocer el lugar. Estaba allí personal de la cartera y una funcionaria del Estado Mayor de la Defensa (Esmade) que abrió y cerró la casa. El Esmade se ha ocupado del mantenimiento desde que, una vez desbaratada la cárcel tupamara, se usó como centro de detención y tortura de la dictadura.

Años después, los dueños de la casa, José Luis Porras y Zulema Arena -que integraban el MLN y que por años mantuvieron una vida normal, junto a sus cuatro hijas chicas, sin que nadie en el barrio sospechara que allí había hombres cautivos-, intentaron recuperarla, pero la Justicia falló a favor de la cartera de Defensa. También se evaluó, durante los gobiernos frenteamplistas, que pasara a la órbita de la Intendencia de Montevideo y se estableciera como sitio de memoria, pero eso no prosperó.

Para el sobrino nieto de Pereira Reverbel, que tiene 32 años, la decisión de García “es un paso fundamental”, pero anhela que se den más y se convierta en museo. “No sé si para visitas de escuelas o qué, pero la gente tiene que saber cómo pasó”, dice, y piensa sobre todo en los más chicos. A su tío, en cambio, no le interesa demasiado. Él, que forma parte de la generación que fue joven en esa época, entiende correcta la decisión de abrir el lugar pero a la vez no cree que “sirva” de nada. “Lo que atinó a hacer el ministro está bien, pero no es para mí. Y no creo que sirva porque el discurso dominante sigue siendo el del MLN, replicado perfectamente en la educación”, opinó.

En el Ministerio de Defensa no tienen previsto que más adelante se instale en Paullier 1190 un museo. De hecho, en las visitas no habrá una persona guía para dar información, sino solo funcionarios que indicarán por dónde pasar y el tiempo restante. No habrá explicaciones; solo la vivencia de una puerta abierta al dolor, hasta ahora impedida.

En cuatro días se inscribieron 320 personas

El Ministerio de Defensa emitió un comunicado en el que especifica que “en consideración a las características del lugar y a la sensibilidad que evoca la memoria”, habrá un protocolo para conocer la “Cárcel del pueblo”. Las visitas serán coordinadas para el cuarto sábado de cada mes en el horario de 10 a 12 horas.

Solo se podrá agendar la recorrida por el mail coordina.horario@mdn.gub.uy. Una vez recepcionada la solicitud y confeccionada la agenda correspondiente, dice el comunicado, se confirmará el día y la hora a través de ese mismo medio. Deberá proporcionarse nombre, cédula de identidad y celular de quien concurrirá. Las visitas se organizarán con un cupo máximo de 25 personas por día, dispuestas en cinco grupos de cinco integrantes por vez. El tiempo máximo de visita y recorrido no deberá superar los 20 minutos. Hasta ayer había anotadas 320 personas, con lo cual habrá 295 que quedarán en una lista de prelación en función del orden de recepción de los pedidos, y serán incluidas en la agenda del próximo mes.

Para cancelar la visita se pide avisar con 48 horas de antelación.

“Un secuestro por dentro”

El día que las Fuerzas Conjuntas ingresaron a la “Cárcel del pueblo” y liberaron a los dos secuestrados sin que nadie resultara herido, Ulysses Pereira Reverbel pidió unos minutos para recoger unos papeles: eran el registro de su vivencia allí y luego serían base de su libro, Un secuestro por dentro. Lo publicó en 1999 y murió en 2001.

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