Mía nació sin sus dos manos, pero hace días experimentó algo que le cambió la vida. La pequeña, de 10 años, va a la escuela Aprender, en Salinas Norte (Canelones). Hace un par de semanas, su maestra, Luz, la notó triste y decidió lanzar un pedido de ayuda que culminaría con la felicidad y pura alegría de la niña.

"Yo me encargo de buscar y tocar puertas", dijo la maestra, y se puso en contacto con la fundación Manos de Héroes.

La organización, que comenzó en 2020, se dedica a hacer manos y brazos en impresión 3D gratis para quienes lo necesiten. Desde su creación, alcanzaron los 19 departamentos del país y brindaron más de 100 manos y brazos gratuitos. Hace unos días, compartieron el caso de Mía en su cuenta de Twitter.

Luego de ser consultados por Luz, Manos de Héroes comenzó a trabajar y dos semanas después convocaron a la maestra, a la niña y a su madre. El único pedido -o más bien sugerencia- de la educadora, era que a Mía "le encanta el violeta".

Para la fundación, "hacer dos manos era algo impensado, (y) que un niño se las ponga y entienda cómo articularlas y moverlas juntas es muy difícil". "Pero Mía se las puso sin miedo, con los ojos iluminados al ver los unicornios que le habíamos puesto que combinaban con la vincha que llevaba en su pelo", indicó la organización.

Foto: @manosdeheroes

Las manos en 3D que hicieron para Mía son violetas, con partes rosadas y con stickers de unicornios y flores. Y fueron recibidas por la niña con mucha ilusión.

"Probó sostener cosas, con una mano y con la otra, apoyarlas Le dijimos si se animaba a hacernos un dibujo. Sostuvo un marcador rosado y empezó a dibujar, tan natural, tan impresionante que logró que hiciéramos silencio y nos quedáramos mudas. Lloramos todas", señaló Manos de Héroes.

En un video, se ve como Mía, con un marcador rosado que tiene un agarre especial para su nueva mano, dibuja un gato con facilidad.

"Cuando iba solo pensaba : ¿cómo será? Tenía miedo y estaba medio nerviosa. Llegamos al edificio y sentí vergüenza, me gustó el ascensor", contó Mía, sobre su llegada a la fundación.

"Cuando vi las fotos en la pared pensé (en) todos los niños que tenían el mismo problema que yo... Y cuando vi las manos me encantó, sentí mucha alegría cuando cerré mi puño. Quedé impresionada. Cuando fui a dibujar ya tenía pensado lo que quería hacer, y me descontrolé al dibujar…", narró la pequeña.

"Muchas gracias, estoy feliz", concluyó.