INVIERNO

Solo en Melo, en las primeras 24 horas de frío polar se vendieron 200 mil kilos de leña. Ayer, cuando se registró la temperatura más baja de todo el país (-1,5°C), hubo filas de hasta 10 autos y camionetas, y más gente que llegaba a pie, con carretillas o en motos para comprar atados.

“Como no tengo otra cosa en que cargar ya hice varios viajes en esta moto”, contó un cliente de la leñería Popular que compró $ 500 de palos gruesos, que le darán hasta el domingo, porque enciende la estufa solamente de noche y hasta que se acuesta.

En la capital arachana hay diez leñerías grandes y cada una vendió ayer un promedio de 10 mil kilos. A este negocio se suman en invierno otros pequeños emprendimientos familiares y comerciantes golondrinas que montan una balanza y están listos para ofrecer lo que acopiaron unos meses antes.

Los que se dedican en cambio a la venta de leña de monte, en este invierno ven complicada la situación debido al mal estado de los caminos, que complica sacar el producto de algunas zonas rurales. En general, en todo el país, el kilo de eucalipto colorado se vende $ 3,80 y la astilla de eucalipto blanco a $ 4,20. La tonelada de monte ronda los $ 6.200.

La energía eléctrica también comenzó a ser consumida como en pocos días del año. El pasado martes 2 de julio se dio el récord de energía demandada del invierno 2019, con 37.5 GWh. UTE informó que el máximo del invierno pasado fue 40,3 GWh, verificado el 25 de julio. Hoy jueves, seguramente se llegará a otro récord, puesto que los pronósticos meteorológicos indican que seguirá bajando la temperatura y también la sensación térmica.

En Argentina ya murieron 5 personas a consecuencia de las temperaturas bajísimas de este invierno que comenzó hace diez días. Los partes médicos no pueden mencionar otra causa que la hipotermia, pero esa es más bien la última consecuencia #sufrida por personas que duermen en la calle.

En Montevideo, en la Puerta de Entrada del Mides, una casa reciclada en la calle Maldonado y Joaquín De Salterain, a las 20:00 horas de ayer aún había una veintena de personas que aguardaban bajo techo que le adjudicaran una cama en un refugio. En el sitio se podía comprobar una mejora ostensible de la recepción respecto a la realidad que se vivía antes en la oficina de Convención y Paysandú. Y también era posible comprender que hasta allí había llegado gente que, con un clima menos gélido, sigue prefiriendo pasar la noche en las calles y no en un refugio.

Las pocas personas que anoche estaban entre frazadas, cartones y tiras o bolsas de nylon en algunas esquinas céntricas de la ciudad se exponían, no ya al decaimiento o los escalofríos que aparecen junto a la infección de las vías respiratorias por el virus de la influenza, sino a dormirse para siempre, a morir congelados.

Equipos de calle del Mides que recorren las calles no pueden trasladar a los refugios a estas personas en riesgo salvo que se constate que no están en sus cabales o que tienen un problema grave de salud. En estos casos sí, con el amparo de la ley 18.787 -de 2011- se los podrá llevar a refugios u otros lugares donde puedan ser adecuadamente asistidas, “aun sin que presten su consentimiento, siempre que un médico acredite por escrito la existencia de alguno de los riesgos” y “sin que ello implique la privación correccional de su libertad”.

Cuando se identifica que una persona que se encuentra en la calle puede requerir atención médica debe llamarse al 105 de Salud Pública, ya que el Mides no brinda servicio de atención médica ni cuenta con dispositivos de atención de urgencia. En materia de salud psiquiátrica solo cuenta con un técnico; al último llamado no se presentó ningún candidato.

(Producción en Melo, Cerro Largo: Néstor Araújo).