COMBATE “FRONTAL A LA DELINCUENCIA”
El ministro del Interior se comprometió a presentar resultados y recorrió el barrio de Punta Carretas.
Luis Alberto Heber entró ayer a la Torre Ejecutiva por el estacionamiento de atrás. No es algo habitual en el ministro del Interior, que suele ingresar a Presidencia por la puerta principal, donde hacen guardia los periodistas. Pero la reunión de ayer con el presidente Luis Lacalle Pou era especial, y antes de realizar algún tipo de declaración debía conocer si el mandatario lo respaldaba en su cargo.
El jerarca del Interior atraviesa un momento difícil, dado los 16 homicidios que hubo en los últimos 10 días -el último en la noche de ayer-, y las críticas del Frente Amplio que han catalogado a su gestión como un “fracaso”.
Heber recibió ayer el respaldo del presidente y coincidieron que el Ministerio del Interior debía “redoblar el esfuerzo” para poder llevar adelante un combate “aun más frontal” a la delincuencia, con especial énfasis en el narcotráfico.
El presidente, además, le pidió al jerarca “prudencia”, “más trabajo” y “cautela” en las declaraciones públicas, según comentaron a El País fuentes del gobierno.
Antes del encuentro, el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, declaró: “Sé que hoy el ministro y el equipo del ministerio prepararon un plan de acción de contingencia más potente y más focalizado”.
En la reunión, efectivamente, el ministro del Interior le informó a Lacalle Pou su intención de implementar “un nuevo plan” para el combate a la inseguridad, del que luego se excusó de dar detalles ante los medios de comunicación.
“Es un plan que consiste en que no vamos a ceder un metro en la lucha contra el narcotráfico en toda su dimensión, sobre todo en narcomenudeo. Vamos a redoblar los esfuerzos policiales en la lucha”, dijo Heber.
El plan
Según supo El País de parte del Ministerio del Interior los pasos que tiene previsto dar la cartera incluyen que todas las unidades especializadas en investigaciones pongan foco en el combate al narcotráfico, un mayor patrullaje en las zonas donde se ha registrado mayor violencia (como el barrio Peñarol), y la creación de nuevas funciones y roles dentro de la Policía.
También insistir con la creación de una nueva fiscalía de estupefacientes, algo que debe resolver la Fiscalía, pues no es potestad de la cartera.
En el ministerio hay un convencimiento de que todos los homicidios ocurridos en la periferia de Montevideo se deben a deudas no pagadas a bocas de drogas y también a la puja por territorio entre bandas de narcotraficantes.
Los comentarios entre dirigentes del Partido Nacional ayer eran que la permanencia de Heber en el Ministerio del Interior estaba comprometida. Incluso varios comentaron -fuera de micrófonos- que se pensó en un “enroque” con el ministro de Defensa, Javier García. Sin embargo, según señalaron fuentes de Presidencia, esto no es lo que pasa por la cabeza de Lacalle Pou y sus principales colaboradores.
A los barrios
Una de las estrategias del fallecido ministro del Interior, Jorge Larrañaga, era salir a recorrer barrios y comisarías de la capital y otros departamentos del país. Lo hacía de sorpresa.
Semanas atrás Heber recibió el comentario que en la Ciudad Vieja había un ambiente “pesado” con vagabundos deambulando por la noche, generando una situación “no deseada”. “Hay muchos zombis”, le dijeron, y el ministro salió a recorrer el barrio y visitó comercios. Uno de los bares a los que entró fue el tradicional Fun Fun, ubicado atrás de la Presidencia de la República. “¿Están seguros acá?”, les preguntó el ministro.
Ayer, luego de la reunión con Lacalle Pou repitió la estrategia y acompañado de un equipo de al menos diez personas -entre las que estaban el subsecretario, Guillermo Maciel; el director general de Secretaría, Luis Calabria; el director Nacional de Policía, Diego Fernández; sus asesores de comunicación y jerarcas policiales- se presentó en Punta Carretas.
La recorrida arrancó en 21 de Setiembre y José Ellauri. Primero ingresó a una confitería. “Cuénteme, ¿hubo algún incidente últimamente por acá?”, preguntó el ministro a una trabajadora del comercio. La mujer no lo reconoció y Heber le aclaró que era el ministro del Interior. “Aguardeme que llamó al encargado”, le respondió.
Un cliente, en tanto, le dijo al ministro que no habían vivido ningún episodio complicado, “a no ser por la gente que duerme en la calle”.
Luego se acercó el encargado del local y le comentó que “estaba bueno” ver al ministro recorriendo los barrios. “Después hay que ver si se hace algo o queda solo en recorridas. Pero siempre se agradece la presencia de un ministro por acá”, comentó luego a El País.
Heber cruzó hasta la tradicional pizzería Chez Piñeiro. Habló con los encargados, con los mozos y con el pizzero, que lo convidó con fainá de orillo. “Como debe ser”, dijo Heber agradeciendo la cortesía. Antes de retirarse del lugar hubo tiempo para algunas selfies entre el ministro Heber y los trabajadores de la pizzería.
Después cruzó y entró en un cine. Fue a una farmacia, a un par de kioscos y habló con la gente que pasaba. En la recorrida, el ministro Heber se cruzó con una de las sobrinas de Larrañaga. La muchacha le advirtió sobre los repetidos robos en un kiosco ubicado en la calle Sarmiento. “Lo roban seguido”, le señaló.
En otra pizzeria repitió la consulta al encargado: “¿Cómo está la cosa por acá?”, le preguntó. El trabajador le comentó que, en general, “la cosa está normal”. Pero agregó que veía varios vidrios de autos rotos cuando en la madrugada volvía a su casa.
“Si usted recorre por acá las veredas va a ver que están llenas de vidrios”, le dijo el encargado. Heber le preguntó si estaba en conocimiento de los autores de esos disturbios. “¿Vienen de otros lados?”, consultó. “Como ando trabajando no estoy prestando atención. Si vemos que pasa gente muy seguido, avisamos”, dijo y le comentó de un inconveniente que tuvo con un transeúnte semanas atrás. “Llamamos a la Policía y lo detuvieron”, le contó.
Antes de terminar la recorrida, Heber eligió pasar a visitar al ministro de Defensa, Javier García, que vive en la zona. Pero cuando llegó el portero le dijo que no estaba. “Dígale que pasó el ministro del Interior, que lo está cuidando”, bromeó y se despidió.
Heber y García no se cruzaron por muy poco. El ministro de Defensa llegó a su casa apenas cinco minutos después de que terminara la actividad de Heber. El titular de Defensa sí saludó y charló unos minutos con el director Nacional de Policía, que continuaba en el lugar.
Hallaron cuerpo desmembrado y calcinado en el barrio Peñarol
En el día de ayer se encontraron los restos de un cuerpo calcinado y desmembrado en las calles Luis Pasteur y Trencio, en el barrio Peñarol. Se trata del cuarto cuerpo, el tercero calcinado, que se halla en la zona en lo que va de semana. Ya van 16 homicidios en 10 días (ver aparte).
Fuentes del Ministerio del Interior informaron a El País que una persona realizó la denuncia de que “su vecina estaría quemando un pastizal”. Una vez en el lugar, el equipo de Bomberos comenzó a extinguir el incendio en un terreno baldío, “con vasta vegetación y residuos acumulados. Además constatan que el fuego afectaba un galpón abandonado de dos metros por dos metros, aproximadamente”.
Al momento de realizar el enfriamiento y la remoción, encontraron dentro del galpón, entre los restos del fuego, “un cuerpo humano quemado y desmembrado”. Según expresó el Ministerio del Interior, “se trata de una muerte dudosa”. Al cierre de esta edición se desconocía la identidad de la víctima.
Una ola de homicidios: 16 en diez días
Durante la semana pasada se registraron nueve homicidios. El lunes 2 de mayo, la Policía halló el cuerpo de la joven de 24 años Tamara Borges, en Salto. Estaba desaparecida desde el jueves anterior y su cuerpo se encontró en el Arroyo San Antonio. Al otro día, martes 3, hubo cuatro homicidios: dos en Montevideo, uno en Canelones y otro en Maldonado. Un hombre de 58 años del Cerro resultó herido por un balazo en el pecho; otro hombre de 33 años fue encontrado muerto en una cuneta en Claudio Prolomeo y Francisco Miranda, en el barrio Sayago; y otro de 30 que fue hallado en la zona rural cerca de Progreso, Canelones, con el cuerpo semicalcinado y un disparo en la cabeza. La cuarta víctima fue un joven de 20 años de San Carlos, Maldonado, que también falleció por lesiones de arma de fuego. El viernes pasado, asimismo, una pareja fue asesinada a quemarropa frente a sus hijos de 3, 6 y 10 años en Colonia Nicolich, Canelones. El hombre de 27 años y la mujer de 25 se habían mudado con sus hijos hacía cuatro meses, y según indicó el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, ellos “tendrían vinculaciones con el narcotráfico”.
El sábado 7, la Policía halló el cuerpo de un hombre de 49 años con varios impactos de bala en el barrio 17 de Junio. También en la noche de ese mismo día, alrededor de las 21 horas, un hombre de 55 años falleció por heridas de arma de fuego en Maldonado (en el barrio La Capuera). El domingo pasado, próximo a las 20 horas, vecinos de Toledo Chico alertaron a la Policía que un hombre de 52 años y otro de 29 resultaron heridos por disparos. El hecho se produjo porque dos delincuentes intentaron robar una cantina y dispararon hacia las dos víctimas que trabajaban en el lugar. El mayor de las víctimas falleció en una policlínica. Otro asesinato ocurrió el lunes en el barrio Casavalle, alrededor de las 8 de la mañana. Un hombre de 57 años fue baleado en la puerta de su casa, luego de que se produjera una discusión con dos individuos. La Policía indicó que la víctima tenía problemas de adicciones al igual que antecedentes penales por un delito de hurto y uno de receptación.
En la madrugada del martes de esta semana, la Policía halló dos cuerpos semicalcinados que estaban sobre vías de tren en el barrio Peñarol. Además, a las 23:50 horas del lunes, efectivos hallaron a una persona sin signos vitales a dos cuadras de allí con un impacto de bala en el cuello. Se trataba de un hombre de 56 años sin antecedentes penales. Fuentes policiales indicaron a El País que no descartan que las tres muertes estén vinculadas al tráfico de droga. En tanto, a las 20:21 horas de ayer, la Policía constató a otra persona fallecida en la esquina de Soria y Oliveras (Peñarol) con sangrado debajo de su cabeza.