Corriendo por el vidrio de una ventana, por el techo de una habitación o cerca de una lámpara comiendo insectos. Así se puede ver y cada vez más en casas y apartamentos de Montevideo, Canelones y Maldonado, al gecko mauritánico, este pequeño reptil que llegó a Uruguay de forma accidental, en importaciones que venían desde Europa en la década de los 70 y que, actualmente, está incrementando su población de forma llamativa para los expertos.
Ignacio Etchandy, responsable de Alternatus Uruguay (Centro Educativo de Cría y Rescate de Reptiles) de Maldonado, explicó a El País que si bien esos tres departamentos son los que encabezan el número de preguntas sobre la presencia del Gecko mauritanico, desde Alternatus no descartan que estén también en otras zonas del país. Lo que sí descartan por ahora -y esperan que se mantenga de esa forma- es su presencia en zonas silvestres. Etchandy indicó que lo mejor sería que se mantenga como una especie de zonas modificadas por el hombre, es decir en ciudades, y no en montes o zonas de vegetación, ya que es un animal exótico y no sería bueno que se "naturalizara o silvestrizara".

Además, en algunos casos estos animales, al venir en contenedores desde Europa pueden traer ácaros que también son exóticos y la fauna local no está habituada a enfrentar. No es este un problema que genere alerta, pero sí es la explicación de por qué desde Alternatus aconsejan que si aparece un Gecko Mauritánico en casa lo dejemos. "Que no hagamos nada es la recomendación, al menos por ahora. Porque llevarlo a algún lugar de monte, por ejemplo, no es beneficioso", dijo Etchandy.
"Al no tratarse de una especie nativa, su reubicación en entornos naturales se encuentra absolutamente descartada. Entonces, consultamos a especialistas en invasiones biológicas y coinciden en no favorecer su dispersión intencionalmente. Al momento no conocemos registros en ambientes naturales del país o pruebas de que estén compitiendo o perjudicando a especies nativas in situ, lo cual es bueno", agrega Alternatus.
El Gecko mauritánico "vive dentro de casas y edificios, sus hábitos son nocturnos y es común encontrarlo comiendo polillas, cucarachas, arañas y otros bichos domésticos", y Etchandy contó a El País que una zona de Montevideo en la que su presencia es alta es la de General Flores y José Batlle y Ordóñez.

Además, así como llegaron a Uruguay escondidos en contenedores, también es de esa forma que se esparcen por el país. El experto contó que muchas veces ocurre que personas que viven en Montevideo se mudan a otro departamento y lo trasladan en la misma mudanza. "Son tan chicos que viajan de polizones y nadie se da cuenta", agregó.
Etchandy explicó además que no son peligrosos ni para los humanos ni para las mascotas. Incluso, se pueden agarrar con la mano. La única precaución a tener luego es lavarse las manos con abundante agua y jabón o con alcohol. Y si alguien lo agarra de la cola, que no se asuste si se queda con esa parte del cuerpo del gecko en la mano y el resto sale corriendo, ya que estos reptiles cuentan con el mecanismo de defensa llamado autotomía caudal. Esto les permite desprenderse de esa extremidad, que luego se regenerará.
Además, tienen una particularidad en las patas que les permiten adherirse a cualquier superficie, por lo que se los puede ver corriendo por vidrios, paredes y techos.

En resumen, desde Alternatus recomiendan no entrar en pánico si aparece uno en casa, no realizar ningún tipo de manejo al encontrarlos (no reubicarlos), ni darles muerte. En cambio, dado que son "excelentes depredadores nocturnos, permitirles quedarse donde los encontraste y ayudarte a controlar poblaciones de insectos y arácnidos comunes en ambientes domésticos, que pueden ser de importancia médica y sanitaria o difíciles de controlar con otros productos".