MOVILIZACIÓN
La movilización tuvo como consigna “Las calles son nuestras, el Estado tiene que dar respuestas”.
Fernanda camina por la mitad de la avenida del Libertador. Con sus tacos de aguja, marca el paso de la multitud que desfila detrás de ella este viernes, el último de setiembre, cuando se realiza la 30ª edición de la Marcha por la Diversidad en Montevideo. La aglomeración, que meses atrás era un factor de riesgo por la pandemia de covid-19, se despliega por varias cuadras hasta llegar a la plaza 1° de Mayo.
“Estoy feliz, para mí es un orgullo estar acá adelante. Soy de Treinta y Tres y cada vez que puedo vengo”, cuenta Fernanda a El País. Ella, militante por los derechos de las personas trans, lidera al resto de los manifestantes que lucen los colores del arcoíris, simbólicos de la lucha de la comunidad LGBTIQ+.
En la calle hay hombres y mujeres jóvenes, de edad media, y de vez en cuando abuelas que se aferran al brazo de sus nietos. Una pareja heterosexual pasea a su hijo en un cochecito y varios perros lucen banderas y pañuelos con los colores de la bandera gay.
La marcha partió a la hora 19:00 desde la plaza del Entrevero. Dos horas después, el escenario al costado del Palacio Legislativo se rodeó de personas que escucharon la proclama, que tuvo la siguiente consigna: “Las calles son nuestras, el Estado tiene que dar respuestas”.
Allí, Cintia, militante trans de Melo (Cerro Largo) leyó la consigna y agradeció a quienes 30 años atrás “sentaron las bases” para que hoy en día miles de personas “inunden” las calles para luchar por sus derechos.
La proclama se centró en las carencias que los organizadores de la marcha entienden que el Estado y este gobierno tienen para proteger los derechos de las minorías.
“Marchamos frente a un Estado que lejos de dar respuestas está cada vez más ausente, un Estado privatizador que reproduce y legitima discursos antiderechos, que todo el tiempo precariza y reprime al pueblo”, afirmó la encargada de leer la consigna.
Los manifestantes recordaron los 29 femicidios y el transfemicidio de Salomé, una joven asesinada en Pando (Canelones) a comienzos de mes.
La proclama hizo hincapié en la necesidad de que se cumpla a cabalidad la Ley Integral para Personas Trans y denunció incumplimientos de los ministerios de Salud Pública y del Interior, así como de las dependencias del Estado que no colman la cuota laboral impuesta por la norma de 2018.
“Basta de la falta de datos, de recursos, de herramientas. Basta de obstáculos impuestos cínicamente por el propio Estado para seguir vulnerándonos”, dijo la lectora. Entre otros reclamos, demandaron que se abra un “campo abierto” en todos los documentos identificatorios, para que todas las personas se sientan representadas.
“Uruguay es un país en el que vive la desigualdad y esa desigualdad tiene cara de mujer, de joven, de afro, de trans, de disidencia”, agregó la vocera.
Se señaló que son “aberrantes” el “silencio, la omisión, la falta de escucha y el retaceo de información” en los centros CAIF y en las escuelas “acerca de las identidades sexuales y de género no heteronormativas”. “Supone mutilar posibilidades, reforzando prejuicios, estereotipos y violencias, construyendo la imagen de un monstruo perverso y promiscuo que no existe”, apuntó la Coordina- dora de la Marcha por la Diversidad.
La proclama también dio lugar a otros reclamos, centrados en el gobierno. Los voceros reivindicaron la “lucha de los gremios” que se movilizan y ocupan centros educativos “en contra de los recortes presupuestales” y de la reforma educativa impulsada por la Administración Nacional de Educación Pública, que catalogaron como “privatizadora y mercantilizadora”.
El evento se extendió por varias horas y al final hubo un cierre con diversos artistas, como Dani Umpi. El tránsito , que se había desviado, con las horas retornó a la normalidad.
Marcharon Cosse y más políticos
Varias figuras del Frente Amplio participaron de la actividad, entre ellas la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, que partió desde la Sala Zitarrosa con varios jerarcas de la comuna, como la directora de Cultura, María Inés Obaldía.
En diálogo con El País, Cosse destacó la “libertad, alegría y derechos” que se palpitaban en la movilización, que describió como “maravillosa” y dijo que era un gusto formar parte.