María Noel Vaeza, la representante de ONU Mujeres para la región adelanta a El País que esta semana, previo al 8M, presentarán datos que dan cuenta de la necesidad de ir hacia una paridad entre hombres y mujeres en cargos políticos. Alerta las consecuencias en las mujeres por la pandemia y habla del machismo en Uruguay. En tanto, se refiere a las críticas de Israel hacia la organización luego de los ataques terroristas del 7 de octubre.
-¿Cuáles son las claves que marca ONU Mujeres para este 8M?
-Financiar los derechos de las mujeres y acelerar la igualdad. Queremos hablar de la feminización de la pobreza y poner sobre la mesa instrumentos financieros innovadores, como bonos de género y fondos de garantía con apalancamiento. Con esto surge el problema de la necesidad de educación financiera, de acompañamiento, porque las mujeres tienen una aversión al riesgo mucho mayor a los hombres. Este para nosotros es uno de los temas fundamentales: cómo financiar emprendimientos, cómo permitir que las mujeres tengan acceso a fondos. Hoy los indicadores económicos para las mujeres, luego de la pandemia, son peores: tenemos más desempleo que los hombres, menos acceso a trabajo decente. Cuando hay medidas de austeridad las más afectadas son las mujeres. También hablamos de la necesidad de financiar organizaciones que están cerca de las mujeres, como ser los colectivos feministas. Otra de las claves tiene que ver con lograr sistemas integrales de cuidado públicos-privados. Es necesaria una redistribución social, con base en el principio de corresponsabilidad.
-Cuando usted dice financiamiento, ¿es desde el Estado, filantropía?
-A todo. Nos referimos a un financiamiento estructural. Las mujeres reciben un 25% de crédito menos en promedio. Esto tiene que ver con los sesgos de los analistas de riesgo. Porque existen temores cuando la mujer está en edad reproductiva en cuanto a si va a poder pagar su crédito. La prueba y la evidencia dice que la mujer paga su crédito en un 98%, pero es tanto el machismo y los estereotipos que luego sucede que la mujer va con las mismas condiciones que el hombre y recibe menos crédito. Hay señores que se pierden de colocar recursos cuando hay mujeres que tienen la energía y la capacidad de desarrollar emprendimientos y negocios. Si vos sos una mujer dedicada a la tecnología vas a acceder al 3% de los recursos de inversión e riesgo, mientras que los hombres acceden al restante 97%. Es algo irracional que hace a los estereotipos de creer que la mujer no está en tecnología. Estas son las barreras que tenemos que romper. Lo mismo pasa con los financiamientos públicos, donde solo el 4% de las empresas dirigidas por mujeres son contratadas en América Latina.
-Uruguay les “debe” a las mujeres US$ 1.995 millones, una “deuda” derivada de las pérdidas económicas que sufrieron por la restricción de sus ingresos durante la pandemia por el covid-19, según un informe de ONU Mujeres. ¿Cómo llegan a esta cifra?
-El coronavirus afectó a las mujeres en tres aspectos: el desempleo -hoy en Uruguay hay más mujeres desempleadas que hombres, 10% contra 7,9%-, el cuidado -muchas debieron salir del mercado laboral para cuidar a sus hijos- y en la mortalidad materna -que fue un indicador que subió en la región. El trabajo no remunerado que hacemos las mujeres es un 24% del PBI. Es preciso que el cuidado sea reconocido y dignificado. Cuando la mujer logra salir a trabajar y mejorar su situación económica, lo invierte en la familia. Con el hombre esto no es tan seguro.
“Lo que pasa en gaza es una tragedia humanitaria”
-ONU Mujeres ha sido cuestionada recientemente por el gobierno de Israel, por demorar en presentar una condena clara a los ataques de Hamas el 7 de octubre. ¿Por qué se tardó tanto tiempo?
-Eso no es cierto. Nosotros condenamos los ataques. Mi jefa, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, ese mismo día sacó un tuit condenando fehacientemente el ataque terrorista de Hamas. Así que no hay verdad en esa exposición.
-¿No debió haber sido algo más enérgico que un tuit? Murieron mujeres, mataron niñas, hubo más de mil denuncias de ataques sexuales por parte de Hamas…
-Hubo más de mil denuncias pero hay 11 mujeres por día que mueren en Gaza. ¿Por qué no me preguntás por las 11 mujeres que mueren en Gaza?
-Le iba a preguntar por ambas cosas.
-Yo estoy contestando que mi organización se expresó el 7 de octubre a través de mi directora ejecutiva. El 7 de octubre era muy difícil entender qué pasaba, pero ella se vio en la necesidad de condenar el ataque terrorista (...) Y no tengo ningún plurito de condenar a Hamas como una asociación terrorista, pero también pienso en las mujeres que están en Gaza. Son 11 mujeres muertas por día. Y también ha habido actos de agresión sexual de los dos lados.
-De todos modos la condena formal de ONU Mujeres fue en diciembre…
-No, fue el 7 de octubre.
-¿Con un tuit?
-Lo que pasa es que nosotros dependemos del Consejo de Seguridad de la ONU, y no ha habido resoluciones por el veto de Estados Unidos. En tanto, nosotros como ONU Mujeres nos hemos ocupado. Mi jefa estuvo en Palestina y en Israel, y se reunieron con mujeres.
-¿La ONU maneja los datos del gobierno de Hamas?
-De la organización que nosotros tenemos que se llama Unrra, que trabaja en Gaza y los terrenos ocupados, y tiene 40 mil personas. Ahora se puso en tela de juicio el trabajo de la Unrra, por una denuncia de que 12 funcionarios participaron del ataque de Hamas. Pero Unrra tiene sus números, y son números muy parecidos a los que dice el Ministerio de Salud de Gaza.
-Que responde a Hamas…
-Sí, pero hay también agencias humanitarias, como es el caso de Unicef. Y todos coinciden en que lo que se está viviendo en Gaza es una tragedia humanitaria.
-¿Cómo está parado Uruguay en cuanto a la igualdad de género?
-Uruguay es un país de promedios, y dentro de los promedios parece que estamos muy bien. Yo me quedé muy contenta cuando vi el índice de democracia que sacó la revista The Economist, que quedamos primeros. Pero cuando se ve la información por sexo, ahí bajamos. Esto pasa porque la participación política de la mujer en Uruguay es del 19%, o sea que es una de las más bajas de América Latina. Hay una ley de cuotas, pero hecha la ley hecha la trampa, y a veces las mujeres no logran acceder a los escaños. Estoy fascinada mirando el proceso político de participación de la mujer en México, donde las dos principales candidatas son mujeres. Esto se hizo gracias a la ley de paridad. Van a ser electas 20.000 mujeres. Esto va a hacer una diferencia, porque cuando la mujer entra en la política, la política cambia. En Uruguay tenemos la bancada parlamentaria femenina, donde las mujeres se han juntado para promover la igualdad, por ejemplo a través de la ley integral de violencia. Esto es una demostración de que se puede ir más allá del color político y que se pueden buscar alternativas para la población que lo necesita.
-¿Por qué cree que las mujeres no llegan a más cargos políticos en Uruguay?
-Uruguay está en el lugar 96 de participación política y en el lugar 133 en el Poder Ejecutivo. Y esto lleva a esta pregunta: ¿por qué las mujeres no están? ¿Por qué no se les da oportunidades? A veces se dan las oportunidades y las mujeres no podemos, y la principal barrera en este sentido está en el sistema de cuidados. Porque muchas veces tenemos que cuidar a nuestros hijos, a nuestros padres y quizá también a nuestros suegros. La pobreza en Uruguay afecta más a las mujeres, que han tenido que salir de los estudios porque tienen niños muy temprano, y a veces los tienen por violaciones y otras veces por ignorancia. Si son madres tan jóvenes se cortan su posibilidad de trabajar y estudiar, y entonces es muy difícil que salgan de la pobreza estructural. También las cúpulas políticas de los partidos políticos son las que arman las listas. Yo no puedo considerar que hay una democracia plena sin una ley de paridad.
-Hoy la ley marca que cada tres candidatos a legisladores uno debe ser una mujer. ¿Lo que se busca es que por cada hombre, haya una mujer?
-Sí, lo que queremos es paridad, 50% y 50%. Uruguay ya pasó la etapa de la ley de cuotas, estamos listos para discutir una ley de paridad. No creo que haya consensos, porque evidentemente hay problemas, pero hay que discutir y ver cuáles son los miedos. Es momento de que las mujeres tengan oportunidades para dar un salto a la política e ir rumbo a una democracia plena.
-El próximo 5 de marzo ONU Mujeres va a presentar una serie de encuestas, ¿por dónde van esos datos?
-Lo que hemos visto es que ha crecido cada vez más el interés de la población en cuanto a que tengamos más participación de mujeres en los parlamentos, en las alcaldías y al frente de los ministerios. Necesitamos que las mujeres no sean más un relleno en las listas.
-¿Cuál es su posición en cuanto a lo que pasa en instituciones como la Universidad de la República, a favor muchas veces de reivindicaciones feministas, pero luego uno mira la grilla de docentes y las grado 5 son muy pocas?
-Y no ha habido tampoco todavía una rectora. Esta es una situación mundial. Hay dos problemas graves en la academia: el primero es que las mujeres no llegan, como pasa en Uruguay, y el segundo son las violaciones en los campus, por eso nosotros trabajamos mucho en la academia con protocolos por abusos sexuales en varios países. Tanto en las universidades americanas como en las españolas, entre otras muchas, se da que no hay muchas decanas mujeres. Es un problema incluso mayor al que se da en la política. También pasa en las empresas. Hay países que tienen cuotas, algo que se empezó a hacer en Noruega donde las empresas mejoraron su rentabilidad en un 45% y aumentaron el valor de mercado en un 40%. Esto quiere decir que la igualdad de género es un buen negocio. Aquella empresa que no cambie su composición, va a desaparecer.
-Uruguay está sexto en femicidios en manos de parejas o exparejas, ¿cómo ven esta situación?
-En 2023 bajaron un poquito las cifras de feminicidios en Uruguay, pero subieron las muertes violentas. Uruguay tiene una de las tasas más altas de la región, 1,6 cada 100.000 habitantes. ¿Qué le pasa al país que es tan violento? Los crímenes se dan en el hogar, pero la mujer sufre la violencia en un continuo, desde que sale por primera vez de su casa hasta que es viejita. Todos tenemos responsabilidad para cambiar la actitud machista, eso de que nos consideren una cosa, de que si no sos mía te mato. Uruguay tiene una gran cultura, pero tiene sesgos y estereotipos. Yo veo que Uruguay no avanza; al contrario, retrocede. A mí me da mucha rabia cuando dicen que una denuncia es falsa. No son falsas las denuncias. Es muy difícil animarse y denunciar.
-¿No puede haber denuncias falsas? ¿Entienden que a nivel de la Justicia deberían hacerse cambios?
-Hay que abrir la mente. Acá hay un tema de tratamiento social, y los medios tienen responsabilidad. Una mujer que denuncia, no lo hace la primera vez que fue víctima de abuso o acoso. Lo piensa y luego se anima. Las mujeres tienen más aversión al riesgo que los hombres. He estado con muchas mujeres en la región y en el mundo, y es muy difícil que la mujer mienta. Obviamente se puede dar, y lo vemos en las películas, pero es muy difícil.