Menos casamientos en 2024: ¿en qué departamentos hubo más y cómo varió la cifra en los últimos años?

Atrás quedó la época donde era más habitual ir al registro civil: hubo 8.204 casamientos en 2024, un 14% menos que en el año anterior y a un abismo de distancia con los 25.310 que hubo en 1974.

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Hombre le pone anillo en el dedo a mujer en un casamiento.
Un hombre le coloca la alianza a una mujer en un casamiento.
Foto: Canva.

“Sí acepto” son dos palabras que, juntas, cada vez se escuchan menos en Uruguay. La cantidad de matrimonios tuvo una caída por segundo año consecutivo: hubo 8.204 en 2024, un 14% menos que en el año anterior. Atrás quedó la época donde era una práctica más recurrente, como en 1974 cuando hubo 25.310 casamientos. En 2003, más cerca en el tiempo, hubo 14.147.

La cifra en 2024 se posicionó, no obstante, por encima de la de 2020, año en el que solo se realizaron 6.661 casamientos, fenómeno que se puede explicar por la imposibilidad de llevar adelante fiestas durante gran parte del primer año en que los casos de covid-19se registraron en Uruguay. Ya al año siguiente, en 2021, hubo un repunte con 8.120 matrimonios, aunque aún sin alcanzarse el valor prepandemia.

Un salto se registró, sí, en 2022, cuando se registraron 9.726, la cifra más alta desde 2016, cuando fueron 9.820.

Tras el repunte de 2022 —que responder a aquellas personas que debieron posponer sus casamientos por la pandemia—, la cantidad de matrimonios tuvo una reducción. En 2023, el número de bodas se redujo un 2% (9.505 en 2023 frente a 9.726 en 2022). Fenómeno que se acentuó en 2024, con una reducción de 14%, una caída que fue mayor en Montevideo (23%) que en el interior (7%), según datos de la Dirección General del Registro de Estado Civil a los que accedió El País.

Si se divide el país entre la capital y el interior, en Montevideo hubo 3.153 matrimonios mientras que fueron 5.051 en el resto del país.

Al analizar el interior, solo tres departamentos tuvieron un aumento en la cantidad de casamientos de 2023 a 2024: Flores, con 74 matrimonios en año pasado (subió un 37%); Cerro Largo, con 247 (8%); y Maldonado, con 585 (7%).

En el resto hubo caídas, en algunos departamentos más profundas que en otros. En Artigas es donde se dio la mayor, dado que hubo 194 casamientos en 2024, un 27% menos en comparación a 2023. Le siguieron Colonia —con una reducción de 21%, con 203 matrimonios—, Durazno —con una baja de 16%, con 93 bodas— y Río Negro —con un 15% menos, con 122 celebraciones.

En tanto, en Florida hubo 115 casamientos (un 14% menos en comparación a 2023), en Rocha hubo 190 (11% menos) y en Paysandú fueron 229 (11% menos).

Otros tres departamentos tuvieron una caída de 10%: en Salto hubo 311 casamientos, en Tacuarembó 214 y en Soriano 194.

Por último, en Canelones hubo 1.391 (lo que representa una caída de 8%), en Treinta y Tres fueron 121 (-5%), en Lavalleja 85 (-4%), en Rivera 458 (-3%) y en San José 225 (-2%).

Cada uno por su lado

Al mismo tiempo que hubo una caída en la cantidad de matrimonios, hubo un aumento en el número de divorcios, según el último dato disponible en el Anuario Estadístico Anual del Instituto Nacional de Estadística, que se publicó la semana pasada, y que corresponde a 2023.

La cantidad de divorcios, de hecho, aumentó por tercer año consecutivo, luego de la caída que se registró en el año de la pandemia, 2020, cuando se iniciaron 2.555 trámites, la cifra más baja desde 2011, que a su vez es el dato más antiguo disponible.

La poca cantidad de divorcios en 2020 se puede explicar, de hecho, por la dificultad para realizar los trámites, debido a la feria judicial extraordinaria que se decretó en el marco de la emergencia sanitaria.

En 2023 se iniciaron 2.931 divorcios en Uruguay, un 2% más en comparación a 2022, cuando hubo 2.865.

De los últimos 12 años, 2011 es el que registró la mayor cantidad de divorcios iniciados en el país, con 8.007. Le siguieron 2013 con 4.355, 2012 con 4.047 y 2014 con 3.895.

De los 2.931 divorcios iniciados en 2023, la mayoría (1.933 trámites, el 66% del total) se hicieron por causal, que pueden ser riñas y disputas, injurias graves, abandono voluntario del hogar o separación de hecho, entre otros.

Luego, hubo casi un tercio (937 divorcios, un 32% del total) que se hicieron por sola voluntad, tras presentarse ante un juez letrado.

Ya en un porcentaje menor (50 divorcios, el 1,7% del total) están las parejas que se separaron por mutuo consentimiento, o sea que ambos fueron al juez para expresar su voluntad.

También hubo siete casos en que el divorcio se llevó a cabo tras la condena de uno de los cónyuges a pena de penitenciaría por más de 10 años. Y tres donde se alegó la “tentativa de uno de los cónyuges contra la vida del otro, pronunciada la sentencia criminal condenatoria”, lo que está establecido en numeral 7 del artículo 148 del Código Civil.

Por último, hubo un caso donde, tras tener por al menos tres años una sentencia de separación personal —que no disuelve el vínculo jurídico matrimonial pero sí ya no es necesario que vivan juntos—, uno de los cónyuges pidió convertirla en divorcio.

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