POLÍTICA SOCIAL
Los fallecimientos ocurrieron el 4 y 5 de julio. Arismendi compartió el razonamiento del diputado blanco Pablo Abdala en cuanto a que la responsabilidad de esos insucesos es del ministerio
La ministra de Desarrollo Social (Mides) Marina Arismendi admitió la responsabilidad de la cartera por la muerte de dos personas en situación de calle a comienzos de julio como consecuencia de la ola de frío que se abatió entonces sobre el sur el país.
Uno falleció en la zona de La Blanqueada y el otro en Pando, con pocas horas de diferencia, en ambos casos debido a un cuadro de hipotermia, es decir el frío intenso sufrido en la noche por estar a la intemperie.
Arismendi concurrió a la comisión de Población y Desarrollo de la Cámara de Representantes a instancias del diputado nacionalista Pablo Abdala, quien cuestionó que el organismo estatal no aplique la ley 19.787 que obliga a llevar a personas que viven en la calle a los refugios en casos de que se constate que estas corren riesgo de morir.
El primero de los fallecidos, incluso, una semana antes de su deceso había estado internado en el Hospital de Clínicas con un cuadro similar.
Los fallecimientos ocurrieron el 4 y 5 de julio. Arismendi compartió el razonamiento de Abdala en cuanto a que la responsabilidad de esos insucesos es del ministerio. Tanto la ministra como otras autoridades de la cartea informaron en la comisión aspectos del seguimiento que hacen de las personas en situación de calle.
Recientemente el Mides contabilizó a 2.038 personas pernoctando en las calles y refugios de Montevideo. La compulsa arrojó un crecimiento respecto al censo desplegado tres años antes. Pero, a la vez, el incremento fue menor al esperado: 23% en cifras absolutas y 18% si se ajusta la metodología para hacerla comparable.
“Está claro que esas muertes no debieron ocurrir”, dijo Abdala en la reunión. Las autoridades del ministerio no respondieron cuál había sido el “error” que terminó costando la vida a ambas personas, relató Abdala. “El ministerio trata de justificarse diciendo que tiene cupos suficientes para personas en la calle o se escuda en decir que la gente no quiere ir a los refugios”, sostuvo el diputado.
En la reunión también se analizaron los números que arrojó una encuesta reciente sobre las personas en la calle. De acuerdo con el perfil construido, se trata de hombres, de mediana edad (38 años en promedio), que mayormente habían roto los vínculos con familiares y amigos, donde varios habían pasado por la cárcel (69%) y por una internación psiquiátrica (40%).
La subsecretaria del Mides, Ana Olivera indicó respecto al anterior censo, el de 2016, que la mayoría de aquellas personas “ya no vive en la calle”, a lo que el diputado replicó que “entonces eso es más grave porque quiere decir que la sociedad está expulsando a la gente a la calle. Es una rotación complicada”, afirmó.
El diputado de Alianza Nacional le indicó -aunque reconoció no tener pruebas que lo avalen- que su “percepción” es que ahora hay más gente viviendo en la calle que los 2.038 que arrojó el último censo.
El intercambio con las autoridades duró varias horas.
Los datos en el año electoral
Cuando se conoció el último censo, a fines de mayo, las autoridades del Mides explicaron la situación. La subsecretaria Ana Olivera salió en defensa de su cartera: “No estamos asistiendo a un fracaso de las políticas sociales por decir que hay 2.000 personas en situación de calle”. La ministra Marina Arismendi añadió: “Si no estuviésemos trabajando, y si no nos preocuparan las personas, no estaríamos presentando datos en año electoral”.