Redacción El País
La directora de Medio Ambiente de la Intendencia de Maldonado, Bethy Molina, cuestionó este viernes las condiciones en las que se dio la apertura de la Laguna Garzón, que se encuentra invadida por plantas acuáticas. La jerarca de la comuna fernandina señaló que la maniobra "no se hizo en el lugar ni el momento adecuado".
Entrevistada en el programa Nuestra mañana, de radio Aspen de Punta del Este (103.5 FM), Molina dijo que en la jornada del jueves, junto a técnicos del Ministerio de Ambiente y el subsecretario Gerardo Amarilla, recorrieron la laguna. Además, si bien señaló que la apertura es necesaria "desde el punto de vista biológico y para asegurar la salud ambiental de la laguna, es muy importante que la laguna se abra al mar naturalmente, en algunas fechas clave como otoño y primavera, por ejemplo para la salida de los cangrejos Siri y que lleguen al agua salada" o "en primavera cuando entran a criar los camarones".
"Hemos manifestado, en diferentes oportunidades, no estar de acuerdo con el sitio que se elige para abrir la barra y no estamos de acuerdo tampoco con el momento. El Ministerio de Ambiente optó por un criterio de altura de agua, junto con el Centro Universitario Regional del Este (CURE). La apertura es algo multicausal, hay que tener en cuenta que la laguna tenga agua, pero también cuáles son las condiciones climáticas, sobre todo de viento, oleaje y el lugar de apertura", expresó Molina.
La directora de Ambiente de Maldonado comentó que el lugar de la apertura "tiene que ser lo suficientemente profundo para que cuando el mar esté calmo no deposite arena y lo tape". "Cuanto menos profundo es el lugar donde se abre, más chances tengo de que se cierre rápidamente, que fue lo que ocurrió con esta apertura. Se cerró, como aumentó el nivel del mar se volvió a abrir y pensamos que será cuestión de 48 horas cuando el mar baje se va a volver a cerrar", añadió.
Molina recordó que la apertura en sí misma "significa un trauma ambiental, ya que se rompe una duna, y no se cumple la función que debería: hacer que salga agua dulce, con plantas que en este momento tiene la laguna por un proceso de eutrofización, y que entre agua salada para mantener el agua salobre natural de esos cuerpos".
Además, la jerarca fernandina consideró que la laguna "está en muy malas condiciones porque se interrumpió la conexión natural". "Esto está agravado porque cuando se construyó el puente quedó mucho material debajo, que obstruye la salida hacia el mar", acotó. En ese sentido, dijo que el subsecretario Amarilla "tomó cartas en el asunto" y "el Ministerio de Ambiente intimó al Ministerio de Transporte y Obras Públicas, como responsable de la obra, a retirar esos materiales”. Molina dijo que “aparentemente, se va a corregir en breve” esta situación.
Por último, recordó que la laguna "tiene que abrirse en un sitio profundo para que el mar tarde en cerrarla y permita la entrada de agua salada".