SALTO
Oscar Presentado luchó varios días contra el virus. Por teléfono, los médicos le decían que sus síntomas “no eran más que parte del proceso de la enfermedad que estaba cursando” y que "pasarían".
Oscar Presentado falleció el martes a los 37 años de edad, luego de pelear durante varios días contra el COVID-19. Vivía en la Colonia 18 de Julio, un paraje ubicado a pocos kilómetros de la ciudad de Salto, donde residen personas cuya principal actividad es el trabajo rural.
Como muchos uruguayos, se contagió de coronavirus sin tener claro cómo. Según contaron a El País algunos de sus familiares en estas horas de dolor, hacía algunos años que Oscar y su esposa habían comenzado un emprendimiento de elaboración de facturas (masitas, alfajores, entre otros) en su propia casa. Por tanto, su contacto con la gente era fluido.
Tras el diagnóstico permaneció en su casa junto a su familia. Comenzó a recibir atención telefónica por médicos de la RAP, quienes le harían el seguimiento de su situación. Pero con el correr de los días su situación fue agravándose.
Ante esto, los familiares señalaron que se comunicaron en reiteradas ocasiones con el equipo médico de la RAP de ASSE en Salto, donde un grupo de profesionales trabaja en la atención a los pacientes con COVID-19. Los médicos les hicieron saber que los síntomas que tenía Oscar “no eran más que parte del proceso de la enfermedad que estaba cursando” y “que mantuviera la calma, porque los mismos pasarían pronto”.
Los familiares relataron que estos intercambios se repitieron varias veces. El día previo a su fallecimiento empezó a tener dificultades para respirar, por lo cual solicitaron asistencia médica nuevamente. Sin embargo, desde la atención telefónica les transmitieron que estaban desbordados, aunque continuaron diciéndoles que sus síntomas eran parte de lo previsto por el desarrollo de la enfermedad, pronosticando que pronto mejoraría.
Consultadas sobre esta situación, fuentes allegadas al equipo de dirección del Hospital de Salto afirmaron a El País que el fallecido había sido atendido en la Unidad Básica Asistencial (UBA) N° 7, una policlínica periférica de ASSE en Salto, donde los familiares de Oscar hicieron una consulta por las complicaciones que estaba evidenciando. Agregaron que les hicieron saber que su atención seguiría de forma telefónica por la asistencia que brinda la Red de Atención Primaria (RAP) en Salto, y que se le prestó toda la atención que estaba al alcance del servicio a través de ese sistema.
Cuando solicitó asistencia domiciliaria, fue derivado al servicio de emergencia de ASSE (SAME 105), que nunca llegó a destino.
Cuando acudieron desde la empresa fúnebre a la casa del fallecido a retirar su cuerpo, también concurrió al lugar el personal policial de la seccional 4° de Salto. La viuda, conmocionada por la situación, le mostró al funcionario policial la cantidad de llamados a los servicios de emergencia médica que figuraban en su teléfono celular, lo que el efectivo registró en el acta, según declararon familiares de Oscar a El País.
En tanto, fuentes policiales dijeron que los datos de este hecho fueron entregados a la Fiscalía Departamental de turno para que analizara si corresponde una actuación de oficio en este caso.
La familia de Oscar manifestó su malestar porque entienden que hubo una falta de atención durante el proceso de la enfermedad y sobre todo al final de la misma, cuando horas antes del fallecimiento solicitaron que fuera hospitalizado y no encontraron respuesta del prestador de salud estatal.
Hacía 13 años que estaba casado con Analía Farías, de 36. Con ella tuvo un hijo que ahora tiene seis, y se hacían cargo de otro niño adoptado desde sus primeros días, también de esa misma edad.